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— ¡¡¡Ay!!!

Después de descubrir que tenía algunas partes del cuerpo como: el brazo izquierdo, el labio, la pierna, la cabeza y el abdomen. Golpeado, amoratado e hinchado. Me quede dormida profundamente, según papá dormir por horas. 

Me sentía menos cansada pero me dolía el cuerpo, papá se ofreció a curar el corte de mi labio y poner hielo en la parte inflamada y una venda en mi abdomen debido a un morado gigante que tenía allí. Estaba quitando la sangre de mi cabeza y grite por lo doloroso que era.

— Espera falta poco.

— Duele mucho.  —me queje

— Lo se.

Cuando terminó se sentó a mi lado, no pregunten donde estamos porque ni yo lo sé. Solo se que desperté en una cómoda cama con ganas de respuestas.

— ¿Me dirás cómo terminamos aquí?

— Si —hice ademán para que continuara y así lo hizo— Después del accidente te desmayaste.

—  Aja...

—  Al hacerlo tu corazón dejó de bombear sangre, tus pulmones estaban lleno de humo, por lo que literalmente... estás muerta.

Quede en blanco.

— ¿Li... li...teralmente? —no sabía ni lo que decía.

— Si.

Entonces recordé todos los libros de ficción que leía, la biblia. Hasta que logre formular una pregunta coherente.

— ¿Entonces si estoy muerta porque siento los golpes del accidente como cardenales, si estoy muerta, no se supone que debería estar en paz, tranquila, sin dolor alguno y en el cielo?, ¿No es así?

Papá me miró con orgullo y su gran sonrisa lo demostró.

— Sabía que eras inteligente.  

Sonreí con suficiencia pero me arrepentí de inmediato por el dolor agudo que sentí en el labio. 

Me coloque el hielo y escuche atentamente.

— Sientes los golpes y dolor, porque estas literalmente muerta —lo mire expectante—. No es tu momento de morir, hija. Por eso estas literalmente muerta, tu alma está aquí y tu cuerpo en tierra. Tu debes volver a tu cuerpo para revivir. Los doctores no lo han conseguido porque estas conmigo.

— ¿Qué quieres decir?

— ¿Recuerda tu último sueño?

El del laberinto. Asenti.

— Te sentías culpable por ser egoísta necesitabas disculparte, así lo quieres, aunque no lo supieras —quede sorprendida—. Por eso en el momento que te desmayaste y tu alma abandonó tu cuerpo llegaste aquí, el lugar donde podrías hablar conmigo.

Quedé boquiabierta y en shock, actualmente ese era mi estado.

Nunca imagine que esto pasaría en mi vida, que hablaría con un muerto, cualquiera me ficharian de loca, y no los culparias esto es una completa locura.

Cualquiera en su sano juicio diría que es de dementes hablar con muertos y mucho más estar en su mundo.

Pero tu no estas demente.

Lo sé, pero ¿Puedes creer que estoy con papá?

Si, es una locura.

Deje de inventar tantas cosas y centre mi atención en lo que estaba sucediendo.

— ¿Estas diciendo que esto pasaría en cualquier momento? —asintió.

Me puse a maquinar en mi cabeza todo, ate cabos y uni todas las piezas. Hasta que hice la gran pregunta.

— ¿Volveré a mi cuerpo? ¿A mi vida de antes?

— Si así lo quieres, yo estoy aquí porque así lo querías tú, te disculpaste conmigo, ahora debes decidir si volveras o no.  

— ¿Puedes llevarme a donde esta mi cuerpo ahora?

— Esperaba este momento, cariño. Sujeta mi mano —dijo emocionado, lo hice sin protestar— ¿Lista?.

Me hizo recordar a Tyler cuando me preguntó si estaba prepara para enfrentar a Andrew.

Sonreí por ese pensamiento y accedí.    

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