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Dios nunca imagine que en mi aburrida vida me sucedería este acontecimiento, estando en este mundo me sentía libre, sin peso alguno y se me olvidaba mi nombre.

Según mis libros de fantasía El ángel de la muerte es aterradora, huesuda y opaca. Me mataba la curiosidad por saber si era así, pero no tenía el valor suficiente para subir la mirada y comprobarlo. 

En mis 17 años de vida, nunca imagine conocerlo se que moriria pero jamás creí que seria como todo lo que aprendí en este tiempo.  

De un segundo a otro me sentí pequeña, intimidada como si fuera un ratón al cual un león devoraría en cualquier momento.

El movimiento de sus dedos o huesos en mi espalda baja me causo un escalofrío que me recorrió desde la columna hasta la médula, joder estaba cagadisima.

Todo a mi alrededor se sentía pesado, su presencia si que asustaba, pero la pregunta era ¿Qué hace la muerte aquí? Obvio este era su mundo y él era una especie de rey al cual todos le temían y yo no era la excepción.

Me soltó y se alejó de mí, por un segundo me sentí mal y desee que no se hubiera alejado. Me quedé mirando el piso como si fuera la mejor cosa del mundo sin ganas de subir la mirada.

¿Pero que mierda te pasa chica?, ¿Donde esta la Brenda que era capaz de retar a Andrew?, ¿Dónde está la chica que golpeó a su compañera de segundo grado por romper su dibujo? ¿Dónde está la Brenda valiente? 

La amarraron y se hundió en el mar. —Respondí.

Si eres idiota, demuestrale que no le tienes miedo, asi sea la mismísima muerte.

Y como si mis pensamientos me mandaran, levante la cabeza decidida sin temor a nada, pero toda mi decisión flaqueo al ver el Ángel que se encontraba observandomé, era hermoso. Quede sin palabras, el aire me faltó al mirarlo a los ojos.

Creo que debería existir una regla en la cual los muertos no pueden tener contacto con los vivos a menos que seas un ser supremo; o espera si la hay pero en mi no recae por que soy un caso distinto. 

«Maravilloso»

Como alguien tan oscuro puede causarte tan vivas llamas, porque así me sentía, como si estuviera hirviendo, sus ojos eran como luces que consumían todo de tí, me sentía viva. Es una especie de red que te atrapaba hasta que no tuvieras escapatoria, siempre imaginé al Ángel de la muerte como alguien huesudo, grande y con un hacha de guerra en su mano, esperando el momento en que la mencionaras para llegar a tí. Nunca me imagine a un chico sexi o yo lo consideraba así, en realidad "La Muerte" era hermosa. Era un chico enigmático el cual todo su ser gritaba "Alejate", era alto, con ¿Cuerpo?, pero lo llamativo eran dos cuencas doradas que adornaban sus ojos haciéndolo más extraño aún.  

— ¿Así que tu eres la mortal que llegó a mi mundo?

Su voz, Dios su voz, era lo mejor que he escuchado en estos días, pero ya va, me dijo ¡Mortal! ¿Eso es una ofensa? Si no lo era me lo tomé como tal.

— ¿Mortal? Como te atreves a decirme que soy un...

«Mierda, Brenda recuerda lo que dijo tu padre si te preguntan niega todo, actúa como ellos»

— Yo no soy una mortal. —dije firme.

Sonrió maliciosamente haciendo que me asustara, me miro a los ojos y empezó a caminar a mi alrededor como quien saca a su presa. 

— Modera tu tono, estás hablando con el rey de este mundo —iba a protestar pero hablo antes—. Y no trates de engañarme sé quien eres, y lo que eres. 

AtrapadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora