Murió. Ryan murió. Era una noticia fuerte optando con que había sido mi pasado y ahora todo se regresaba como un Boomerang, toda la vida, recuerdos, palabras, momentos que intente borrar regresaban a mi de manera potente y con sed de venganza.
Como un rayo mi cerebro maquino trayendo a la vida todos esos recuerdos que guardaba en lo más profundo de mi ser.
Llegué al recuerdo donde le decía a Ryan que me iba, sentí los golpes como si fueran recientes, un chico a la salida me ayudo al ver lo mal que estaba, eran ojos azules llenos de tristeza y agonía, sentí miedo al verlo pero lucía diferente no como el chico de ahora.
Di dos pasos atrás al recibir el impacto de mi nombre salir de su boca.
— ¿Hace dos años no lucias así?
— Me hice cirugías y la pubertad ayudo un poco.
El miedo invadió mi cuerpo, podía verlo, podía ver a través de él, el odio y la rabia mezclado con la tristeza eran claros en su mirada. El quería hacerme pagar la muerte de su hermana al igual que había hecho con Ryan. Mis ojos escocieron ante la imagen de él muerto, había sido un animal conmigo pero eso no quita los sentimientos que tuve por él.
Se acercó a mí a paso lento, retrocedí pero mi espalda choco con la pared quedando acorralada, estampó una de sus manos contra esta haciéndome estremecer, su mano libre paso por mi labio.
— Ahora entiendo por que enloquecen por ti —tragué duro—. Eres como el infierno, caliente, tentador, atractivo, ni las chicas con las que he estado te superan, ¿Me pregunto que se sentirá estar dentro de ti?
Me pegue más a la pared en un intento de alejarme, tenia miedo, él era más grande que yo. Lo golpeé en sus pelotas haciéndolo retroceder, salí de hay corriendo por el pasillo en busca de una salida, escuché su voz llamarme pero no me detuve. A lo lejos vi una puerta, mis pies descalzos sentían el frió del suelo pero el calor que emanaba mi cuerpo lo superaba, abrí la puerta con esperanza de que fuera una salida.
— ¡Ah! —un grito desgarrador salio del fondo de mi garganta al ver la escalofriante escena—. No, no ¡No! —repetía, mi cuerpo temblaba, las lágrimas salieron en gruesas gotas mientras me dejaba caer al piso devastada. Sentí un sudor frió recorrer mi espalda y frente.
Me arrastre por el piso hasta llegar a su lado, mi pulso fallo cuando vi su rostro.
— ¡Johan! Johan despierta —el dolor en mi cuerpo era intenso, mi garganta dolía por los gritos. No el—. Mírame por favor —mi voz era una suplica—, lo lamento tanto.
Abracé su cuerpo frío tratando de calmar el dolor que me causaba verlo sin vida. La sangre manchó mis manos pero no me importo en ese momento solo quería que regresara, lo quería conmigo.
— Te dije que te detuvieras, ¿Por que lloras?
Su voz me enfermaba, salio tan dulce que asustaba, verlo en la entrada de la puerta era causar más emociones en mi cuerpo.
— Oh Johan —expreso con pena fingida—, fue tan lindo en intentar salvarte. El me descubrió espiándote, intento deshacerse de mi que iluso fue, morir por amor eso es de la época pasada.
La rabia invadió mi cuerpo al escucharlo decir eso.
— Lloras por su muerte, creí que era por tu amiga. —abrí mis ojos.
— ¿Qué? —pregunte con un hilo de voz.
— La muy zorra se metió donde no debía —soltó una carcajada—, fue tan estúpida al creer que lograría algo.
— ¡¿Donde esta?!
Señalo algo detrás, con el corazón en la boca mire en la dirección. Podía sentir la bilis subir.

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Atrapada
Science FictionBrenda Calvins, estudiante de secundaria y linda chica, vida millonaria pero aburrida, hasta que un accidente lo cambia todo en su vida. No te dejes llevar por lo primero que ves. A veces la confianza puede llevarte a la perdición.