Capítulo dos ೃ⁀ Instagram post

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Una semana después...

Casandra

Esta ha sido la semana culiá más infernal de toda mi vida, y estoy segura que todo este suplicio se debe a una sola persona:

El Bruno.

No sé por qué anda tan atravesao' conmigo, si no le he hecho nada. Al parecer no le interesa hablar conmigo y solo vive para mirarme mal, ignorarme e incluso ir a encerrarse a su pieza cuando siente lo más mínimo de mi presencia. Aunque bueno, hueá suya si prefiere quedarse encerrado, ser un ermitaño y jalarse el ganzo todo el día.

Sacudí rápido la cabeza pa' sacarme al Bruno de los pensamientos y me miré con atención en el espejo para ver si podía arreglar algo más antes de salir.

Hoy me voy a juntar con la Anto, teníamos planes de antes, pero a las dos nos surgieron algunas cositas que retrasaron un poco este momento tan esperado.

Salí de mi pieza y fui a la de mi mamita para decirle que ya me iba.

—Anda con cuidado, Casandra.—Me advirtió.—Mándame tu ubicación apenas salgai de la casa y avísame cuando estí con la Antonia.

—Sip.—Me acerqué y le di un beso en la mejilla.—Te amo, cuídate.

Salí casi corriendo de la casa y me fui rápido al paradero, porque la Anto me dijo que ya iba en camino. Apenas logré subirme a una micro, busqué como hueona la cuestión pa' pasar el pase, pero resulta que la hueá se pagaba.

¿Más huasa que yo? No existe.

Me bajé en el puerto de San Antonio y me senté a esperar a la Antonia, que me dijo que ya había llegado pero estaba comprando unas cositas para su mamá.

—¡Cassy!—A los minutos escuché la voz de la Anto y caché que venía corriendo en mi dirección.

Me levanté rápido y cuando ella llegó al frente mío, nos dimos de esos abrazos eufóricos que se ven en los videos de reencuentros de parejas.

—Hueona, tanto tiempo que planeamos esto.—Dije terrible emocionada, porque no siempre se puede conocer de esta manera a tu mejor amiga.

Ella sonrío:—Casandra Garrido, tanto que espere este momento.

¿Cómo nos conocimos con la Anto? Es una historia chistosa, que partió porque yo empecé a criticar a La Rosa de Guadalupe en una página de memes y la Anto, que es ultra fan, estaba buscando los comentarios hater y encontró el mío, así que, empezó a defender su serie favorita. Ahí nos pusimos a pelear en los comentarios y luego me escribió el medio mensaje por chat pa' putearme y yo hice lo mismo, pero al parecer le dio risa mi mensaje. Y bueno, ahí empezamos a hablar más hasta que nos hicimos amiguitas.

—Hueá linda.—Dijo la Anto, mientras hacía como que lloraba y me seguía abrazando.—Estoy segura de que este va a ser el mejor día de mi vida.

Después de nuestro encuentro, nos fuimos a caminar por el puerto de San Antonio, mientras la Anto me contaba de su pololo y que pronto van a estar de aniversario. Yo, por mi parte, no tenía mucho que contarle.

Yo cacho que lo más interesante que me ha pasado es verle la cara de hoyo todos los días al Bruno.

—¿El Bruno Hidalgo?—Me preguntó con sorpresa.—¿Viví con ese hueón?

Me encogí de hombros.—Supongo que es el mismo Bruno.

Ella se rio.—¿Es uno de rulitos?

Asentí.—Sí, y con cara de hoyo.

—Es mi compañero de curso.—asintió lento y me miró con una sonrisa tranquila.—Su amigo y él son los "bacancitos" del colegio. No hablo mucho con ellos, pero los conozco desde la básica; su mejor amigo siempre me pide la materia cuando se queda dormido en clases.

Culiao PesaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora