Casandra
A veces me cuestionó si mi temperamento es el mejor, y cuando me doy cuenta que fui un poquito desagradable, lo reconozco.
—Bruno,—Di leves golpecitos en su puerta.—¿Estai?
—¿Qué querí?—Abrió la puerta después de un rato y apoyó su hombro en el marco de esta.
Suspiré.—Perdón.
—¿Mmh?—Frunció el ceño.
—Perdón por haber dicho... Vivimos en la misma casa, yo creo que un poquito de armonía entre nosotros no vendrá mal.
Me quedó mirando por unos segundos y luego suspiró.—Perdóname también, no debí haber dicho que te entregabai al primero que te daba algo de cariño.
Sonreí a boca cerrada.—Y yo que solo serviai pa'... Ser hombre.
Se rio y negó con la cabeza.—Oye, esto no implica que voy a dejar de cuidarte ¿Lo tení claro? Y te aviso altiro que el Felipe...
Lo interrumpí y lo miré con seguridad.—No me meto en tu vida y tú no te metí en la mía.
—Se lo prometí a tu mamá y a la mía.
—Solo...—Suspiré.—Tratemos de llevar la fiesta en paz, porque estoy cansada de pelearme todos los días contigo.
Él asintió decidido.—Bueno.
Suspiré aliviada.—Gracias.
Empecé a bajar las escaleras y me fui a sentar al sillón con la esperanza de poder dormir una siesta, pero a los segundos escuché la puerta abrirse.
—¡Cassy!—Me resalté y miré al Pablo, que venía entrando con un pie de limón en sus manos.—¿Está el Bruno? Mira lo que compré pa' tomar once.
Me reí.—Hola, Pablito.
—Me dijeron por ahí que iban a tener otra visita...—Sonrió con ternura, mostrando sus dientes.—Es la Anto, por si no cachaste.
Me reí.—Sí, me dijo que iba a venir a tomar once.
—¿A qué hora llega?
—Pablo, son las una de la tarde.—Me reí.—Yo creo que va a llegar como a las ocho.
—¿Llegó el Pablo?—Escuché la voz del Bruno y caché que venía bajando las escaleras.—¿Qué chucha hací con un pie de limón?
—Lo traje pa' la once.
—Pero si vo' nunca traí nada.
—¿Cómo que no, culiao? Siempre traigo hambre.
Me reí y mientras estos dos se molestaban me quedé raja dormida. No sé como lo logré, porque se estaban puro riendo y gritando hueás.
꩜ ꩜ ꩜
—¡Despierta!
Me desperté de golpe cuando escuché la voz de la Anto y seguido de eso, sentí un peso sobre mi cuerpo.
—¡Antonia!—Exclamé y me llevé la mano al pecho.—Te dije que nunca más me despertarai así, tonta hueona.
—Como ya sabí, querida Cassy, quedan solo dos semanas pa' entrar al liceo y necesito ir a comprarme los útiles escolares.—Hizo un puchero.—¿Me acompañai, mi lady?
Sonreí, porque no hay na' que me guste más que ir a comprar útiles.—Voy.
Después de haber despertado un poquito, con la Anto nos fuimos pa' el puerto de San Antonio, porque me dijo que ahí había visto las cosas que le habían gustado y quería pa' el liceo.
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Culiao Pesao
Dla nastolatków༶•┈୨CHILENSIS୧┈•༶ Los problemas de la Casandra no empezaron cuando se fue a vivir a la playa con la mejor amiga de su mamá, pero sí empeoraron cuando conoció al Bruno; un mino antipático con el que tendrá que convivir a diario en la casa. ┍━━━━━━»•»...