Casandra
A veces me pregunto si la Anto tiene alguna hueá pa' ver la hora, porque la hueona siempre llega tarde.
Llevo como media hora esperándola detrás de la puerta de la casa, porque así llega y le abro altiro.
—¿Qué chucha estai haciendo atrás de la puerta?
Me llevé la uña a la boca y empecé a morderla.—Estoy esperando a la Anto.
El Bruno me corrió la mano de la cara.—No te comai las uñas.
Sonó la puerta y abrí rápido, pero fruncí el ceño cuando caché quién estaba ahí.—¿Felipe?
—Hola, amor.—Dicho eso, se acercó a darme un beso.—¿Cómo estai?
Fruncí el ceño.—¿Qué hací acá?
—Te vine a ver po'.—Sonrió e iba a entrar, pero lo detuve con la mano.—¿Qué onda, Cassy?
—Te dije que hoy iba a salir con la Anto.
—Si sé, pero creí que no iba a ser problema que saliera con ustedes.
—¿Y por qué no me preguntaste antes?
Se rió incómodo.—Porque quería darte una sorpresa.
—Felipe...—Suspiré.—¿Podí irte? Le prometí a la Anto que iba a ser nuestro día.
—Pero...—Lo interrumpí.
—Estamos juntos todos los días, también quiero compartir con mi mejor amiga.
Se rió de mala gana.—Hace la hueá que querai.
El Felipe se fue terrible enojado y yo suspiré, porque hasta el momento nunca le había dicho cómo me sentía con respecto a que estuviera todo el día conmigo.
—Se enojó parece.—El Bruno apareció detrás mío y caché que se estaba tomando un vaso con jugo.
—Soy más metio' que mano de matrona.
Él me miró con las cejas alzadas.—¿Cómo?
Me reí al ver su expresión.—Lo que escuchaste.
—¿De qué te reí?
—De tu cara.
—Erí un enigma, Casandra.
—¿Qué significa eso?
Negó y me miró con cierta confusión, como si estuviera tratando de analizarme.—Nunca logro saber qué te pasa y eso me irrita caleta.
—A mí me irrita verte la cara de amargao' todos los días.
—Esta es la cara del futuro amor de tu vida, anda acostumbrándote.—me desordenó el pelo.
—¿Andai con intención de perder, Brunito?—Levanté dos de mis dedos.
Negó con la cabeza, sonrió de costado y susurró en mi oído.—Yo creo que los dos sabemos quién va a perder primero.
—¡Llegué!—Escuché la voz de la Anto y me separé rápido del Bruno, que me miraba con atención.—Perdón la demora, que se me rompió la chala y tuve que volver a cambiarme por unas zapatillas.
—Hola, mi Antito.—Me reí y abracé a la Anto.
—Hola, Cassy.—Sonrió y miró por sobre mi hombro.—Hola, Bruno.
Me giré a mirar al Bruno que le sonrió a la Anto y movió sus dedos en forma de saludo:—Hola.
—¿Vamos, Anto?—Volví a mirar a mi amiga.

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Culiao Pesao
Roman pour Adolescents𓂃⟡ ୨CHILENSIS୧ ⟡𓂃 Los problemas de la Casandra no empezaron cuando se fue a vivir a la playa con la mejor amiga de su mamá, pero sí empeoraron cuando conoció al Bruno; un mino antipático con el que tendrá que convivir a diario en la casa. ╭──────...