Someday (I'm here for you II) |l.t|

22. Stop loving me!

~~Emma~~

Lunes, 8 de abril de 2013.

2:30 am.

“-Pequeña Emma…- escuché una voz terriblemente familiar canturrear.

-¿Hay alguien allí?- mi voz se reprodujo en el silencio en forma de eco.

No podía ver nada, pero algo me decía que aunque hubiese luz, no iba a encontrar nada a mi alrededor.

-Emmy- la voz susurró cada vez más cerca, más cantarina y tenebrosa.

No me moví ni un metro, aterrada de dar un paso en falso. Y de pronto, todo el sitio se iluminó, cubrí mi rostro por un momento, acostumbrándome a la repentina luz, luego volteé mi rostro por el lugar, esperando reconocer algo. Pero allí no había nada, era solo un gran salón, no habían mesas, ni sillas, solo el salón vacío.

-Emma- escuché la voz de nuevo detrás de mí. Me volteé rápidamente para observar a dos chicos, él estaba de espaldas a mí, cubriendo el cuerpo de la chica —podía decir que era una chica porque sus brazos estaban entrelazados en su espalda— me detuve solamente a observarlos por unos minutos, hasta que una suave música empezó a sonar y ellos comenzaron a bailar y justo allí pude ver sus rostros.

El chico era Louis. Y ella… ella era yo.

Sus rostros estaban dolorosamente unidos, sonrientes. Yo me acerqué lentamente a ellos, esperando que notaran mi presencia y se separaran. No sabía por qué exactamente sentía un peso en mi estómago al verlos así.

-Louis…- susurré

Él no me miró, pero ella sí. Me miró y sonrió. Ella definitivamente era yo.

-Él es mío, Emma.

-No- negué con la cabeza.

-Tú lo olvidaste y él a ti. Ahora me quiere a mí.

-Tú eres yo.

-Te equivocas. Yo soy Amy- su sonrisa se hizo más amplia mientras tomaba el rostro de Louis y lo besaba con fiereza.”

-Shhh calma, aquí estoy, solo es una pesadilla- Louis susurró en mi oído.

-No no, tú… suéltame- exclamé desesperada.

-Estás bien amor, estoy contigo, estoy aquí contigo- repetía una y otra vez en mi oído mientras acariciaba mis mejillas, hasta que me calmé.

-Hey, mírame un momento- pidió y no pude mirarle a los ojos así que me concentré en sus labios.

Pasé mi lengua por mis labios, que estaban resecos e intenté tragar saliva cuando él mordió su labio inferior, pero casi no podía tragar.

Louis alcanzó un vaso de agua y me lo dio. Tomé agradecida y se lo devolví murmurando un inteligible “gracias”. Me recosté en la cabecera de la cama, pero me puse de lado para poder mirarlo. Fijé mi vista de nuevo a sus labios, incapaz de encontrar sus ojos.

-Emma- él murmuró pero no me moví- No hagas eso, por favor.

-¿El qué?- repliqué mordiendo mi labio inferior suavemente.