《17》

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(Ustedes sabrán cuando darle play y cuando quitarla ♡. Disfruten)

Lauren's POV.

Salí a la terraza a fumar un cigarrillo, necesitaba una manera de encontrar respuestas a todo lo que pasaba en esta casa. Lo relacionado con Phillip y sus planes, a propósito que ya no lo había visto desde hace varios días.

-De nuevo fumando, Lauren.

-Ayuda a veces -le pasé la cajetilla a Camila.

Ella tomó uno y lo encendió. El humo se perdía en la noche. Había una luna preciosa. Típica escena romántica.

-¿En qué piensas?

-Nada -fumé-. Es sólo que a veces me pregunto si... mis padres estarán orgullosos de mí.

-Yo me pregunto lo mismo...

Dijo un poco melancólica. 

-Creí que Phillip era tu padre.

-No -intentó reír-. Es un intento, pero ni siquiera se acerca a los míos.

Mi curiosidad fue mayor que mi silencio, sentí que no perdía nada con preguntar así que me arriesgué.

-¿Los extrañas? -pregunté mirándola.

-Mucho... pero agradezco que me dejaron un regalo.

-Sofía -sonreí y ella hizo lo mismo.

Asintió despacio.

-Sí, Sofía...

-¿Sabes? Yo tendría un hermano ó hermana, sólo que ese accidente acabó con los tres.

-Lo siento.

-Descuida -aventé lo que quedaba del cigarrillo-. Creo que lo superé.

-¿Fue difícil?

-¿Qué cosa?

-Aprender a vivir por tu cuenta.

-Un poco. Pasé por muchas cosas, pero encontré a ese par de tontos y bueno, aquí me tienes.

Siguió fumando. El sonido proveniente de los grillos era lo único que nos acompañaba. La luz de la luna pegando justo en nuestros rostros. Fue cuando tuve la oportunidad perfecta para apreciar a Camila en todo su esplendor. Sin falsas expresiones, sin falsas palabras. Éramos como unas buenas amigas poniéndonos al día de lo que había pasado.

¿Cómo se llamaban?

-Alejandro y Sinuhe -limpió una lágrima-. Te juro que eran de por lejos los más amorosos y comprensivos padres de todo el mundo.

-Después de los míos -intenté hacerla reír.

-Después de los tuyos -afirmó-. ¿Cuáles eran sus nombres?

-Mike y Clara.

-Haré algo tonto... -pregunté qué cosa y ella añadió- Mike, Clara -empezó mirando al cielo-, gracias por crear a tan hermoso ser humano y dejarmela.

La comisura de mis labios se levantó.

-Alejandro, Sinu -era mi turno-. Prometo que cuidaré de sus hijas -ella me miró mientras se mordía el labio y sus ojos estaban llorosos-. Será así... siempre. 

-Yo los maté -dijo. Cayó sobre sus rodillas al suelo y cubrió sus ojos.

Empezó a llorar y sentí como mi pecho se iba encogiendo poco a poco. Jamás la vi tan vulnerable a una situación. Tomé lugar justo a su lado y la abracé. La abracé tan fuerte como pude y como mis brazos soportaron. Mis ojos estaban a punto de liberar todo el peso de las lágrimas y justo a este punto fue cuando lo descrubrí. Quería a Camila para toda la vida, quería abrazarla en sus mejores y peores tiempos y decirle que todo estaría bien, que todo pasa y que la vida es para sonreír y hacerle frente a las batallas ganando una a una.

Cazadores De VampirosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora