《15》

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Alexa bebía algo de vino en una preciosa copa de cristal. Sus iniciales venían grabadas, fue un regalo de su padre. Movía con toda cautela su brazo al compás de los movimientos de aquella bebida.

El canto de los grillos era su única compañía. Se dio cuenta que estaba sola y estaría sola hasta el fin de sus días ¿quién quiere a una chica rota a su lado? La respuesta era sencilla. Nadie. Nadie podía ayudarla con sus demonios y la chica en la que se fijó estaba enamorada de su peor enemiga. Camila.

Estaba por irse a dormir cuando una densa capa de humo blanco se observó en la habitación. Intentó llegar hasta el celular para informar de esto a los chicos, pero un pie se lo impidió. Cayó de frente al suelo. Dos piernas se aferraron a su alrededor mientras que un fuerte pisotón cayó sobre su mano derecha. 

-¡Joder! -gritó. Se llevó la mano al pecho.

-No podrás escapar, vampirito...

-¡Joder! ¿Ahora qué hice?

-¿Te parece poco llevarte a Vero? -recibió una bofetada. La mano pesaba. Era Kyle- ¿En dónde la tienes?

-No sé de que hablan...

-¿Quieres que te refresque la memoria? -otro golpe- ¡Responde, maldita!

Alexa comenzó a reír.

-Son de verdad tan tontos -Kyle apoyaba una estaca en el pecho de la chica-. YO. NO. LO. HICE.

-¿Por qué creeríamos en ti?

La chica sentía como la madera afilada quemaba su piel, pero no daría su brazo a torcer y si tenía que morir siendo inocente lo haría. Sí. Alexa era inocente, pero para su desgracia y por más que lo intentara aquellos chicos no creerían en sus palabras. Es por eso que la tomaron con la mayor fuerza que pudieron. Ella no protestó ni les hizo daño y vaya que podía sino que esperó a que ellos la dejaran ir por su propio pie. Amarrarom varias sogas a su alrededor atando bien las extremidades de la chica. Vendaron sus ojos y sellaron su boca con una cinta.
Alrededor del cuello le pusieron un enorme collar hecho a base de ajos.

El simple olor le asqueaba. Kyle la tomó en sus brazos echándola contra la cajuela del auto. No tendría los mejores tratos.

Los tres hermanos subieron al auto. Luego de checar y levantar casi piedra por piedra la casa no encontraron rastros de la chica ni de ningún otro vampiro cerca. Eso les alivió y claro que les ayudó a ganar tiempo.

Kyle golpeó el volante con evidente frustración. No tenía noticias de su amada y quizás no volvería a tenerlas. 

-La vamos a encontrar -Liz lo animaba-. Lo prometo.

Silencio.

-Y... ¿si ella dice la verdad?

-¿Qué? -preguntó- ¿En verdad crees que Alexa nos diría la verdad? -Lauren se encogió de hombros- Lo dudo mucho. Está diseñada para mentir.

-Deberíamos darle el beneficio de la duda...

-¿Por qué debería? -insistía.

-Porque no se lo diste a Vero y ella nos demostró cómo era en verdad...

Ante las palabras de la ojiverde ambos chicos quedaron pensativos. Sabían que ella tenía razón, pero a la vez era lo suficientemente arriesgado como para tener una pronto respuesta. La deuda aún no estaba del todo saldada.

Condujeron por los siguientes minutos hasta que regresaron al hogar de los Karnstein. Con toda cautela -ó de alguna manera la mayor posible- consiguieron llegar hasta su habitación. Nunca entraba nadie que no fuera alguno de los tres y tenían planeado contar con la misma suerte. Acercaron una silla en donde dejaron el cuerpo de Alexa.

Cazadores De VampirosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora