Cazadores De Vampiros

《13》

Camila's POV.

-No puedo creerlo...

-Lo sé -respondí-. Esto apesta.

-No, no -dijo Dinah mientras leía algo-. No puedo creer que lo dejara morir -fingió limpiar una lágrima-. Ella lo amaba...

Le aventé un cojín dando justo en su rostro.

-No puedo creer que estoy como estúpida diciendo algo y tú no me hagas caso.

-Lo siento ¿bien? -cerró el libro- Mueve tu culo para acá.

Quedé justo a su lado mientras mis labios se encargaban de hacer un puchero. Ella me abrazó.

-No entiendo porque ella no siguió -dije frustrada-. Sé que ella lo estaba disfrutando.

-Pues... -se lo pensó- quizás sólo es algo temporal. Lauren se siente atraída por ti, es más que obvio.

-¿Tú crees? -la miré.

-Estoy segura de ello -apretó el puente de mi nariz-. No debes molestarte con ella o sentirte insegura. Anoche lograste muchas cosas.

-Y tú tuviste mucho sexo -respondí alargando la palabra.

Ella rió.

-Sí, así es. Tuve mucho sexo y del bueno.

-¡Basta! -le solté un golpe en el brazo- No quiero saber tus cosas... personales.

Ella se puso de pie. Colocó el libro en mi estante.

-Te veo en el desayuno ¿bien? -asentí- Iré a buscar al torbellino de Sofi... esa niña es peor que tú.

Rodé los ojos y vi como me dejó en aquél enorme sitio. Miles de pensamientos acudieron a mi cabeza llegando uno tras otro.
Después de lo que sucedió anoche mi mente no dejaba de darle vueltas a lo mismo. Lauren acariciando mis muslos. Lauren devorando mis labios. Lauren dejándome con las ganas. Odiaba esto. Odiaba quedarme con las ganas y que a ella le hubiese importado tan poco.

¿Quién se cree ella que es?

Tocaron a mi puerta. Era Elliot. La comida estaba en la mesa y sin ganas tuve que bajar. Hoy mi apetito estaba por los suelos y eso solía ser siempre lo contrario. Bufé molesta y no me quedó más remedio que encontrarme a los tres chicos ya sentados a la mesa.
Me coloqué la servilleta justo en mis muslos y esperé mi plato.

-Buenos días, Camz -la miré molesta. Ella sonreía.

-No tienen nada de buenos...

-¿Qué te pasa? -insistió. Volví a verla mal.

Su carita era de inocencia. La odie más por eso. Agarré mi tenedor y arremetí contra la comida que ni la culpa tenía. La fuerza con la que devoré el primer trozo fue la suficiente para hacer temblar a más de uno.

-Eso no te incumbe...

-Seguro que no -volvió a su plato.

Elliot entró de nuevo. Justo cuando terminé se me informó que padre solicitaba de nuevo mi presencia en su despacho. Estaba cansada de estos juegos idiotas en donde jugábamos con los chicos humanos. Era idiota porque tarde que temprano mas de uno saldría lastimado, pero según él debemos verlo por el lado divertido.

Agradecí que no involucrara a mi hermanita. Eso no lo hubiese perdonado.

Toqué tres veces. Recibí un 《Adelante》 de su parte y me senté en la silla justo frente a su escritorio. Él estaba viendo por el ventanal.