《04》

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Kyle's POV:

Dos días pasaron volando. Todo era totalmente rutinario, salíamos por las mañanas acompañados de una "escolta" que se nos otorgó para no escapar. Dábamos unas vueltas por la casa, luego salíamos al bosque, volvíamos para las comidas y finalmente después de la cena ibamos a dormir.

Lauren y Liz estaban encantandas, parecía que no veían lo que yo, era lógico que querían matarnos. Debo mantenerme por las dos. No pueden ni consigo mismas y con esa maravillosa distracción que es Camila las comprendo en parte.

Camila es un ser hermoso. Siempre con sus labios rojos y esa piel pálida, sus ojos color chocolate que estoy convencido cambian a rojo y esa forma de mover las caderas que... alto no, debo concentrarme. Esta chica nos hará perder los estribos.

Justo ahora estoy sentado en una roca que habita el patio trasero de la gran casa. Fumo un cigarrillo y sólo me detengo a observar como el humo brota de mi boca y se esparce por el aire. Es relajante.

-Hola Kyle.

Me sobresalté y ella se sentó justo a mi lado.

-Hola Camila -le sonreí- ¿qué haces por aquí a estas horas?

-No podía dormir -asentí-. Además te vi desde mi ventana aquí solo ¿tú qué haces aquí?

-Pensando -dije.

-¿En qué?

En que seguro me matarás, en que vamos a morir y saldremos de aquí en ataúdes...

-Nada. Sólo en lo maravilloso que es fumarse un cigarrillo -le ofrecí y ella negó.

-¿Lauren y Liz son tus hermanas?

-No de sangre -le di otra calada-. Somos hermanos porque la vida nos juntó. Conocí a las chicas hace diez años.

-Ya veo.

Dirigió su mirada hacia enfrente y yo la imité. Por extraño que parezca no sentía con las mismas intenciones a la chica, pero no podía estar tan seguro. Si algo sabía era que hay que estar atento a cualquier mínimo movimiento y esta ocasión no sería la excepción.

Tiré el filtro del cigarro al suelo y aplasté lo que quedaba de él. Metí las manos en los bolsillos de mi chaqueta. Respiré profundo.

-¿Cuántos años tienes? - terminó el silencio.

-Veinte ¿y tú?

-Trescientos...

-Eres una anciana -le di un suave empujón en su hombro. La hizo reír.

-¿No estás asustado?

-¿Por qué? -dije- ¿Por el hecho de tu edad o porque eres un vampiro?

-¿Lo sabías?

-Claro. Lo sabemos -dije refiriéndome a las chicas y a mí-. Lo supimos desde que llegamos.

-¿Por qué se quedaron?

-Vamos, los vampiros no pueden ser tan malos.

-Eso no lo sabes -agachó la cabeza.

-No creo que seas mala -tomé su barbilla y alcé su cabeza-. No veo maldad en ti, Camila.

-Ni siquiera me conoces -se apartó-. No sabes que puedo o no hacer.

-Tal vez no, pero sé que no puedes ser tan mala.

-Tienen que irse, Kyle -volvió a verme-. No pueden quedarse mucho tiempo -colocó sus manos en mi pecho-. Veré la manera de ayudarlos ¿de acuerdo?

Cazadores De VampirosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora