Disfruten amantes de los vampiros ♡
Bienvenidos al inicio del juego.
Bienvenidos a la historia en donde la pelea por el amor de una chica traerá separaciones, en donde el último en pie tendrá su recompenza y en donde la seducción no tendrá límite al...
-Al parecer tiene fiebre y algunos espasmos musculares...
-Vete ya, Verónica -dije-. No olvides avisarme cualquier cosa de esa chica.
-¿Por qué tanta insistencia?
-Eso no te interesa, sólo haz lo que te pido.
Saliendo del sitio me dirigí a la pequeña barra sirviéndome un trago de whisky con varios cubos de hielo. Tragué al instante sintiendo como corría el líquido y quemaba mi garganta. Reviví aquellas imágenes, aquel accidente en donde perdí al hombre que más amaba. Mi esposo. Tan sólo por la codicia de aquel hombre Phillip Karnstein y sus deseos de que yo estuviese con él. Recordé el día que me aparté de mi pequeño ángel... mi hija. Viéndola a lo lejos como crecía y enviando ayuda con personas desconocidas me hizo sentir un poco mejor y ahora verla como toda una mujer es de los sentimientos más puros que una persona tan enferma como yo pueden tener. Lauren Jauregui es mi hija y pienso recuperarla de una u otra manera, sacando del camino a ese hombre y terminando con su descendencia.
Camila's POV
-Quita esa cara hermanita -acercándose cerró mi boca con su mano-. Las moscas andan volando.
-¿Qué haces aquí?
-Papá llamó -tomó asiento en mi cama-. Dice que está preocupado porque estás jugando con humanos...
-Eso no les importa.
-Pero claro que nos importa -de nuevo de pie-. ¿No te pusiste a pensar las consecuencias de este jueguito?
-No es juego, Karla...
-Lo es -comenzó a reír-. Sé que se llama Lauren y es nada más que una caza vampiros. Vaya gustos los tuyos.
-No te metas en mi vida -solté- ¿por qué no te vas por ahí a tus viajes costosos y me dejas en paz?
-No me iré -tocó la punta de mi nariz-. No es tan fácil. Digamos que estoy interesada en conocerla.
-No te atrevas -apunté-. No sabes de lo que soy capaz.
-Awww -hizo una seña con sus manos-, la tierna Camila Karnstein se ha enamorado.
-¿Qué hay de ti? -tiré- ¿Te suena el nombre de Ana?
-Cállate...
-Somos hermanas, Karla -me acerqué-. Sé tus caídas, tus puntos débiles, tu talón de Aquiles siempre será Ana... ¿no pudiste luchar por ella?
-Te dije que te calles, Camila...
-¡Joder! Déjame vivir mi vida y ser feliz por una puta vez... ¿no entiendes? Lauren me hace feliz y no dejaré que te acerques a ella.
-Uy -volvía esa sonrisa-. Me encantan estos juegos. Voy a quedarme con tu chica porque nadie quiere a alguien como tú... con tan poca autoestima -encaró-, con falta de seguridad, con miedos. Nadie.
-Ella me... me quiere -bajé la cabeza-. Yo sé que me quiere.
-El día en que me conozca eso se termina -dio media vuelta y antes de girar la perilla de la puerta que daba al pasillo añadió-. Adiós hermana, volvemos a la guerra de amores.
-Lárgate...
Cerró al puerta y al instante regresó.
-Por cierto... Sofía está de maravilla, por si te interesaba.
-¿Fuiste tú? -me acerqué- ¿En dónde está?
-Descuida -sonreía-. Mañana estará de vuelta con nosotras y espero que esta vez si la cuides y no estés tan ocupada con tu humano.
Salió de nuevo.
Disparando su risa arrojé lo primero que encontré a la mano. Un jarrón que se estrelló y se hizo pedazos en el suelo. Maldita seas Karla... tú y tus juegos y esas ganas de querer arruinarme la vida. Me recargué en la pared y comencé a caer hasta tocar el suelo. Coloqué mis brazos alrededor de mis piernas y comencé a llorar. Karla y yo por algún motivo siempre fuimos rivales... desde aquellos tiempos con mis padres, ella siempre fue la "hija perfecta", la que todos querían, era la chica inteligente, la bonita, la segura de sí misma y yo era sólo Camila... la chica problemática de la familia, la chica que daba dolores de cabeza. Era increíble como en el transcurso del tiempo me fui volviendo sensible, lloraba por la forma de mi cuerpo, porque ella ganaba en todo, porque a pesar de que intenté ser como ella todo le salía mejor.
Extraño la época en que éramos unidas y ella tenía un poco de amor hacia mí. Todo cambió el día en que ellos murieron. Quizás aún me culpa por la muerte de mis padres y es verdad... yo los maté.
Intenté recostarme y descansar. Al menos Sofía estaba bien, con vida aunque en las manos de gente sucia. Mañana sería diferente, mañana sería un buen día y no sé, quizás la pesadilla llamada Karla Karnstein desaparecería de mi vida. Sólo quizás, esto apenas comenzaba.
