CAPÍTULO 01.

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                                                                            LANA.


Subo los escalones lentamente, maldigo el momento en el que solo quedaba libre el departamento del segundo piso, y como no es de lujo este edificio no cuenta con elevador, no tengo el suficiente dinero para mudarme a otro mejor, mi vida realmente apesta.

Detengo mis pasos, dejo las bolsas con los pocos alimentos que faltaban en la despensa, hago un gesto y me inclino, apoyo mi mano en la pared y quito uno de mis tacones, el alivio recorre mi pie al sentirse libre, hago lo mismo con el otro y suspiro.

-Odio ser pequeña- Gruño.

Para el trabajo de mesera en el bar de mala muerte que trabajo,  el jefe me ordeno que debía usar zapatos de tacón alto, el idiota decía que de esa forma luciría mejor mis piernas, y los clientes estarías contentos con volver al bar varias veces a la semana, asqueroso cerdo.

Estaría feliz de dejar ese trabajo, pero desgraciadamente no podía darme ese lujo, necesitaba el maldito dinero.

Tomo mis tacones con una de mis manos, me inclino y con la otra tomo las bolsas de las compras, reanudo mi camino hasta el departamento.

Ser mayor de edad es una mierda, por una parte fui feliz, porque por fin podía dejar la casa de mis padres, mi padre siempre fue un culo borracho, era una jodida pesadilla, siempre tirado en el sofá de esa vieja casa frente al televisor y en su mano nunca faltaba una cerveza, un maldito alcohólico sin trabajo.

Y por otro lado se encontraba mi madre, una puta, y en el sentido literal. Cuando estaba pequeña no entendía porque tantos hombres entraban y salían de casa, se quedaban en el cuarto de mis padres con mamá, con el pasar de los años lo entendí, mi madre era una prostituta, y mi padre estaba satisfecho si con eso conseguía dinero para su asqueroso vicio, el alcohol.

Lo único que agradezco es que nunca me utilizaron para algo como eso, a pesar de todo mi madre no permitió que ninguno de  esos hombres se acercaran a mi.

Desde pequeña trabaje, primero en una tienda como cajera, de esa manera no dependía tanto del poco dinero que mi madre me diera, sabía que debía salir de ese infierno.

Y apenas cumplí la mayoría de edad lo hice, me mude con mi amiga, ella nunca sufrió con sus padres ni paso necesidades económicas, simplemente es de clase media, y se dedica a estudiar en la Universidad.

Yo hubiera deseado tener la oportunidad de solo dedicarme a estudiar, pero debido a la condición de mi familia me vi en la obligación de trabajar desde niña, y hasta ahora esa ha sido mi vida, tengo dos empleos, uno es cajera en una tienda de conveniencia de día y el otro es de mesera en un bar de mala muerte en la noche.

Para cuando regreso al departamento me encuentro exhausta, prácticamente no tengo vida.

Cuando estoy frente a la puerta del departamento frunzo mis labios, elevo mi mano con los zapatos y toco la puerta tres veces, estoy muy cansada, ni siquiera tengo energía para buscar la llave en mi bolso y abrir la puerta.

Luego de unos segundos la puerta se abre, mi amiga Lucy se encuentra al otro lado, ella sonríe y se acerca a mí para tomar las bolsas ayudándome a cargarlas.

Se encuentra con su bata, un moño en su cabello castaño y sus lentes, eso me indica que probablemente está estudiando.

-Estoy muerta- Murmuro, arrastro mis pies hasta el sofá y me dejo caer. Lucy vuelve y se sienta en el sofá frente a mí.

-Te he dicho que trabajar en ese bar puede ser peligroso, una chica linda como tú no debe andar por las calles a las dos de la madrugada- Riñe Lucy, mantengo mis ojos cerrados incapaces de abrirlos.

-No puedo dejarlo, las propinas son buenas- Murmuro sin abrir mis ojos, hundo más mi rostro en la suave almohada del sofá –Ser pobre es una mierda- Añado cansada.

Lucy guarda silencio, abro mis ojos y la miro, ella frunce su ceño mientras mira sus manos.

-¿Qué sucede?- Pregunto al verla de pronto nerviosa, ella se remueve, aprieta sus labios y luego me mira.

-Debo confesar algo- Murmura, me mira y noto su rostro apenado, frunzo mi ceño, a pesar de mi cansancio me siento en el sofá y enfoco toda mi atención en ella, elevo mis cejas y espero que hable –Mis padres no estas pagando mi carrera- Dice con seriedad.

Elevo mis cejas, ruedo mis ojos y vuelvo a caer en el sofá sin creerle, Lucy no trabaja no hay forma de que ella pague su Universidad, sus padres es la única manera de que ella estudie, ella opto por una beca pero le fue negada, sus calificaciones no eran tan buenas, y sus padres tienen una posición económica buena.

-Estoy diciendo la verdad Lana, ellos no aceptaron que no quería estudiar derecho, les dije que quería estudiar Arte y se negaron, yo me pelee con ellos y por eso fue que acepte en venir a vivir contigo-

La miro incrédula, la sinceridad en su mirada me hace sentarme nuevamente y fruncir mi ceño.

-Me estás diciendo que tus padres no pagan tu Universidad, ¿Cómo demonios pagas tú la Universidad?- Pregunto confundida, ella se remueve, baja su mirada y sus mejillas se vuelve un poco rojizas -No, como pagas todo, el alquiler, la comida, la casa, todo-

-Soy una sugar baby- Susurra, me mira y sonríe, parpadeo un par de veces, ladeo mi cabeza y la confusión hace un nudo en mi cabeza.

-¿Una qué?- Pregunto, ella suspira.

-Sugar babys son chicas que salen con algún hombre con dinero, y bueno... ellos pagan por tu compañía- Explica encogiéndose de hombros.

Me congelo en mi lugar, abro mis ojos y un jadeo sale de mis labios, Lucy rueda sus ojos, cruza sus brazos y eleva su fina ceja.

-Como creías que conseguía todas las cosas que compro, son demasiado costosas- Dice con obviedad, me levanto de golpe y cruzo mis brazos, la miro de forma acusatorio.

-¡Eso es ser una prostituta!- Exclamo horrorizada, Lucy suspira nuevamente, ladea su cabeza y me mira.

-No me acuesto con él- Dice frunciendo su ceño.

Parpadeo mirándola incrédula, ella mira su mano perfectamente cuidada, y ahora sospecho si se ha arreglado sus uñas con el dinero que gana de esa forma, un escalofrío me recorre.

 –Tengo un contrato, mi Daddy- Elevo mis cejas y ella hace una pausa –Así se les llama a los hombres- Señala, intento no rodar mis ojos, me vuelvo a sentar y la miro –Mi contrato con él es solo de compañía, salgo con él a comer, a cenas que tenga, a algún lugar que él quiera ir, nada más-

La miro horrorizada, nunca imagine que Lucy era esa chica, siempre pensé que se encontraba centrada en sus estudios, incluso la envidie en un momento por tener una vida perfecta, pero ahora, simplemente estoy impactada.

-Lana, si te confieso  esto es porque he visto como sufres, sé que has tenido una vida dura y siempre estás trabajando para apenas sobrevivir- Frunzo mi ceño –Ser una sugar baby no es malo, en realidad es dinero fácil y te diviertes- Dice con voz suave.

Me levanto nuevamente y la miro con seriedad, ella me mira dudosa.

-Sabes que odio lo que es mi madre, no seré como ella- Murmuro con enojo, Lucy se levanta y me mira.

-No es lo mismo Lana- Murmura suavemente, ella suspira -si cambias de opinión me dices- Termina de decir y pasa por mi lado directo a su habitación.

Frunzo mi ceño, cruzo mis brazos y un malestar se instala en mi vientre, siempre rece por no ser como mi madre.

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Nueva historia comienza.

Espero mucho apoyo, intentare actualizar a diario 💜

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SUGAR BABY (MAFIA 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora