LANA.
Algo sacude mi cuerpo, frunzo mi ceño, no quiero despertar, me siento muy cansada, mi cuerpo duele por una extraña razón.
-¡Lana, despierta!- La voz de Lucy me hace brincar, parpadeo varias veces, ella mantiene su ceño fruncido y sus ojos muestran preocupación.
-¿Qué haces durmiendo en el sofá?, ¿Ya viste la hora?, llegaras tarde a la tienda- Habla rápidamente Lucy preocupada.
Frunzo mi ceño, elevo mi mano y miro la hora en mi reloj de muñeca, son casi las diez de la mañana, abro mis ojos, me levanto rápidamente y prácticamente corro a mi habitación para alistarme lo más rápido posible.
La realidad tarda en caer a mí, me detengo lentamente, coloco mis manos en mi cintura, cierro mis ojos y me regaño por ser tan tonta. Suspiro y me giro para mirar a Lucy, ella se sienta en el sofá y coloca sus bolsas en el suelo, parece que fue de compras.
-Me despidieron- Aviso sin poder ocultar mi tono afligido, Lucy frunce su ceño y me mira.
-¿Qué ocurrió?, no habrás golpeado a alguien ¿cierto?- Pregunta dudosa, sonrío levemente y niego.
-Es una larga historia- Me limito a decir.
Recuerdo lo ocurrido y en ese momento el chico de la tienda que me ayudo pasa por mi mente, un jadeo sale de mis labios, llevo mi mano a mi frente y mi mirada cae en el amplio sofá, él no está, como no lo recordé antes, él debió irse temprano en la mañana y no lo vi.
-¿Qué pasa?- Pregunta Lucy mirándome dudosa, trago con dificultad, mi mirada fija en el amplio sofá donde estuvo el hombre tendido.
-Él se fue- Susurro, parpadeo varias veces, de pronto un poco de molestia invade mi interior.
El tipo se fue después de que le salve la vida y ni siquiera tuvo la molestia de despertarme para darme las gracias, es un completo idiota malagradecido.
-¿Por qué pareces que tienes ganas de asesinar a alguien?- Pregunta mi mejor amiga con un poco de diversión, aprieto mis labios, cruzo mis brazos y la miro.
-No es nada- Susurro, doy la vuelta y me dirijo hasta mi habitación, una vez adentro me siento en mi cama.
Pienso en el desconocido, me hubiera gustado saber si se sentía mejor, hago un gesto ante el dolor en mi nuca, dormir en ese sofá pequeño no fue una buena idea.
-Estúpido desconocido- Grupo con molestia, suspiro y bajo mi mirada - Ni siquiera supe cual era su nombre- Susurro, miro la hora, falta mucho para entrar en mi turno del bar.
.....
Me miro al espejo, pequeños shorts ajustados, altos tacones y un top crop, debía ir de esta forma al bar, es un requisito que las meseras se vistan de esta forma para llamar más la clientela.
Paso una mano por mi cabello negro suelto, solo el flequillo en mi frente con fastidio por tener este trabajo, no tengo opción, tomo mi bolso y salgo de mi habitación, frunzo mi ceño al escuchar silencio, me atrevo a caminar hasta la habitación de Lucy, su puerta está abierta me asomo y elevo mis cejas al verla con pijama y durmiendo.
Trato de hacer silencio al salir del departamento, abro la puerta principal, doy un paso para salir y abro mis ojos cuando pateo una botella pequeña, parpadeo observando la botella, ladeo mi cabeza, es una bebida, frunzo mis labios al ver una nota pegada en la bebida.
Me inclino y tomo la nota, está limpia, algunas letras en ella escritas en perfecta letra cursiva, leo con atención cada palabra.
"Estamos a mano".
Elevo mi ceja, me lleva uno segundos entender, miro la botella de bebida, es de la misma que él tomo gratis como recompensa por salvarme del enmascarado, sin poder evitarlo sonrío, tomo la botella y la observo.
Frunzo mi ceño y niego con una sonrisa, el probablemente esté bien entonces, me dirijo a los escalones para comenzar a bajar, por una extraña razón, ahora me encuentro de mejor humor.
....
Aprieto mis manos en puños enfadada, miro el traje en las manos de mi jefe y lo miro a el con furia inundando mi sistema.
-¡No me voy a poner esa maldita cosa!, no soy una stripper!- Exclamo ofendida, por la diminuta tanga y el pequeño sostén.
Mi jefe frunce su ceño, eleva su ceja y me mira con arrogancia.
-Este será el nuevo uniforme de las meseras, si no puedes con esto puedes irte- Responde encogiéndose de hombros, me lanza el pequeño conjunto, lo tomo en el aire por instinto, la ira quema en mi interior.
-¡Entonces puede metérselo donde le guste!, ¡Renuncio!- Grito, le lanzo el pequeño conjunto en su cara y salgo hecha una furia de su despacho.
Mi cuerpo tiembla ante la ira contenida, paso por el interior esquivando las mesas aun vacías, me dirijo hasta la puerta y no me detengo para salir, camino con expresión furiosa por lo menos una cuadra, cuando la ira se va desvaneciendo toda la realidad me va cayendo como un balde de agua helada.
Detengo mis pasos, recargo mi espalda a la pared cercana y llevo mis manos a mi rostro, no tengo empleo, no sé cómo hare para pagar mis gastos, mi madre no tardara una semana sin llamarme y pedirme dinero, no podre darle y ella volverá a su vida.
Un nudo se forma en mi garganta, lagrimas pican en mis ojos, pero soy más fuerte, he pasado situaciones duras antes, cuando estaba en casa de mis padres habían ocasiones en que no comía por varios días porque no había nada que comer, el poco dinero mi padre lo gastaba en alcohol y mi madre desaparecía por días cuando se iba con algún hombre.
Frunzo mi ceño al recordar al estúpido dueño del bar y su condición de utilizar ese nuevo uniforme, estaría prácticamente desnuda ante un montón de hombres ebrios, el enojo vuelve a mí, el deseo de golpear algo me hace elevar mi mano y golpear con fuerza la pared.
De inmediato ahogo un grito con dolor, el inmenso dolor me hace estremecer, cierro mis ojos y tomo mi mano con cuidado, abro mis ojos y miro mi mano, dos de mis dedos tienen sangre en los nudillos, no los puedo mover, sin poder evitarlo las lágrimas se acumulan en mis ojos y salen, debo tener fracturado esos dedos.
Comienzo a caminar hasta el departamento, buscare en línea algún empleo disponible cercano, solo espero que mi mano herida este sin dolor alguno para mañana, necesito poder trabajar.
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Nuevo capitulo ♥️
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SUGAR BABY (MAFIA 1)
Short Story-Ahora eres mi sugar baby, solo mía- Murmura mirándome fijamente, frunzo levemente mi ceño, apesar de que él es muy apuesto, hay algo siniestro en su mirada, su mirada no deja la mía, me obligo a sonreír de forma fingida. Nadie me advirtió cuanto c...