LANA.
El hombre logra moverse, lo ayudo a levantarse, hago un gesto cansado cuando él se poya en mí, a pesar de la oscuridad noto que es joven, a juzgar por su cuerpo musculoso y su cabello castaño un poco largo, junto con la barba que cubre su mandíbula, lo hace más varonil, no logro ver su rostro bien por la oscuridad y no se distingue ante tanto golpe y sangre.
-Vamos, te voy a ayudar, pero debes cooperar en caminar, no puedo con todo tu peso- Murmuro, coloco su brazo sobre mis hombros y paso mi brazo por su torso con cuidado por su herida de bala en el abdomen.
–Eso es- Susurro cuando comenzamos a caminar con dificultad y lentamente.
Hago un gesto cansado, aún queda bastante camino, y este chico es grande, su altura es alrededor de un metro noventa, es mucha diferencia comparado con mi metro sesenta y tres, no sé cómo hare para llegar, él no parece poder aguantar mucho, tiene una herida de bala, me estremezco, y es hasta ahora que me aterro ante la idea de que sea peligroso, si tiene este tipos de problemas es porque no anda en nada bueno.
Muerdo el interior de mi mejilla, ya no puedo hacer nada, no tengo el corazón para dejarlo tirado en la calle nuevamente, él probablemente moriría.
Aprieto mis labios, y con dificultad, sigo caminando, tratando de ayudarlo y no dejarlo caer, cuando sus rodillas fallan.
....
-Oh maldición- Digo al ver los escalones, el chico a mi lado, respira de forma agitada, cada vez parece más débil –Debemos subir estos escalones, no son tanto, vamos grandote, tu puedes- Susurro, pero el temor y la inseguridad me invade.
Avanzamos poco a poco, justo cuando llega el ultimo escalón sonrío, guío al desconocido hasta la puerta del departamento, me alejo un poco, él se recarga en la pared de al lado, noto su piel pálida, el está cada vez más grave.
Busco rápidamente la llave en mi bolso, Lucy dijo que hoy no pasaría la noche en casa, antes pensaba que iba a casa de sus padres, ahora lo dudo.
Cuando la encuentro abro la puerta y me acerco al hombre, lo ayudo a caminar nuevamente, hago un gesto cuando él apoya su peso en mí, parece que su cuerpo se quiere desvanecer, él es grande y yo soy pequeña intento mantener el equilibrio, aprieto mis labios y lo ayudo a acostarse en el sofá.
Me levanto para ir a la cocina y buscar algo de agua para darle pero su mano envuelve mi muñeca, abro mis ojos asustada, bajo mi mirada y miro al chico gravemente golpeado y herido, el mueve sus labios pero no entiendo, me inclino y me acerco.
-Debes sacar la bala y cocer- Es lo que susurra, entre su respiración entre cortada.
Trago con dificultad, el miedo me invade, aprieto mis labios, miro la gran mancha de sangre y luego el agujero en su camisa pegado a su abdomen.
-Llamare a los paramédicos- Digo alarmada, me levanto dispuesta a hacerlo pero su agarre en mi muñeca se hace más fuerte, frunzo mi ceño y lo miro.
-No, no lo hagas- Logra decir, lo miro indecisa, si no los llamo el morirá, su agarre en mi muñeca no sede, cierro mis ojos y tiemblo levemente –No lo hagas- Repite y hace un gesto de dolor.
-Bien, lo hare yo, extraeré la bala- Digo con miedo, el afloja su agarre en mi muñeca.
Mordisqueo mi labio inferior ignoro el leve dolor que dejó su agarre en mi muñeca y corro a mi habitación, tomo el botiquín de emergencia, busco unos pinzas y unas tijeras.
Corro hasta la pared para encender las luces y tener una mejor visión, miro al hombre tendido en el sofá, muerdo mi labio inferior nerviosa.
Me coloco de rodillas cerca de la orilla del sofá, tomo su camisa y comienzo a cortarla con la tijera, su abdomen que da expuesto, trago con dificultad, es un abdomen marcado parpadeo nerviosa, pero me estremezco al ver la herida de bala.
Mis manos no dejan de temblar, busco en el botiquín un poco de gasas, tomo el alcohol y las mojo, miro con pena al hombre, cierro mis ojos unos segundos.
-Esto dolerá- Advierto suavemente, el hombre no responde, simplemente logra llevar su antebrazo tapando sus ojos.
Suspiro profundo, tomo el alcohol y dejo caer sobre la herida, muerdo mi labio inferior, paso con suavidad la gasa con alcohol limpiando, tomo las pinzas, desinfecto el artefacto con alcohol, es momento de extraer la bala, mi mano tiembla y me obligo a controlarme.
-Hazlo rápido, estoy perdiendo sangre- Murmura con voz ronca.
Cierro mis ojos unos segundos, los abro y asiento, él podría empeorar si demoro más, debí hacer esto.
....
Lavo mis manos con cuidado, frunzo mi ceño, me miro en el pequeño frente a mí y sonrío, lo hice bien, nunca había hecho algo parecido, estoy orgullosa de mi misma por salvarle la vida a ese sujeto.
Salgo del pequeño baño y vuelvo a la sala, cruzo mis brazos, me acerco en silencio, me inclino y lo observo, el recupero un poco su color, está profundamente dormido, mi mirada busca la herida de bala, vende su abdomen para evitar que la herida se infeccione, a pesar de que logre extraer la bala y cocer la herida, es solo provisional, él debe recibir atención médica adecuada.
Frunzo mi ceño al recordarlo negarme el pedir ayuda, esos hombres que lo dejaron malherido para que muriera no pueden ser buenas personas, profundizo mi ceño, un escalofrío me recorre al no saber a qué clase de persona ayude a vivir.
Mi mirada vuelve al rostro del hombre, mi corazón se ablanda al observar todos los golpes en su rostro, la sangre mancha su rostro y un poco de suciedad, frunzo mis labios, miro el botiquín aun en el suelo.
Me siento en el suelo, alcanzo el botiquín y tomo una gasa, la mojo con alcohol, me arrodillo a un lado del sofá, miro su rostro unos segundos y luego comienzo a limpiar su rostro con cuidado, trato los golpes y las pequeñas heridas con cuidado, sin toda esa sangre y suciedad noto que es muy apuesto.
Parpadeo varias veces mirándolo, frunzo mi ceño, suelto un jadeo y llevo mi mano a mis labios, él fue el que me ayudo con el enmascarado en la tienda, es el mismo chico.
Me paralizo cuando frunce su ceño, el lentamente abre sus ojos, me mira fijamente, me encojo con un poco de miedo ante el frio en su mirada, hay algo siniestro en él, algo que me causa temor.
Muerdo mi labio inferior y bajo mi mirada, incapaz de mirarlo a los ojos, varios segundos pasa, luego de un par de minutos en que no recibo nada por parte de él, me atrevo a elevar mi mirada, él está con sus ojos cerrados, no sé si duerme, pero el hecho de que no dijera nada indica que no quiere hablar.
Suspiro, busco en el botiquín una pomada para las heridas, frunzo mis labios, sería una pena si su lindo rostro se ve estropeado por futuras cicatrices, aplico con cuidado la pomada sobre sus heridas.
Cuando finalizo guardo todo, tomo el botiquín y me dirijo a mi cuarto para guardarlo, un bostezo me abandona, frunzo mi ceño, no dormiré con un desconocido en casa, vuelvo a la sala y me dejó caer sobre el sofá cerca del desconocido.
Cruzo mis brazos, a pesar de que estoy cansada lo mejor será mantenerme alerta, no sé de lo que este hombre será capaz.
Lo vigilo por largo tiempo, no sé cuánto tiempo pasa pero mis ojos comienzan a cerrarse, sacudo mi cabeza y vuelvo a abrirlos, pero es imposible luchar, el cansancio me gana, caigo profundamente dormida.
♥️♥️♥️♥️♥️♥️♥️♥️♥️
Nuevo capitulo, espero les vaya gustando la historia.
Les recuerdo que es una historia corta por lo que no serán muchos capítulos💋
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SUGAR BABY (MAFIA 1)
Conto-Ahora eres mi sugar baby, solo mía- Murmura mirándome fijamente, frunzo levemente mi ceño, apesar de que él es muy apuesto, hay algo siniestro en su mirada, su mirada no deja la mía, me obligo a sonreír de forma fingida. Nadie me advirtió cuanto c...