CAPÍTULO 20.

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                                                           LANA. 

Devon abrió la puerta de la habitación y con un empujón me hizo entrar, trato de mantener mi estabilidad, respiro de forma agitada, me giro y miro a Devon, el cierra la puerta con seguro, trago con dificultad y sollozo en silencio. 

Devon quita su saco y lo deja colgado, abre algunos de los botones de su camisa de vestir, y luego me da una mirada siniestra, se encuentra molesto, el me hará daño. 

-Deja de llorar- Gruñe con voz ronca, intento dejar de hacerlo, pero el temor que siento no lo puedo controlar, Devon esta demente, no se de lo que es capaz. 

Me tenso al verlo acercarse, toma mi muñeca y me arrastra hasta la cama, los latidos en mi pecho son más acelerados. 

-Sube a la cama- Demanda con seriedad, su expresión fría no cambia, mi cuerpo tiembla aun más, más lágrimas salen y niego. 

-Por favor no, no lo hagas- Susurro con voz temblorosa, algo en mi interior se quiebra por lo que esta sucediendo. 

Sabía que empezaba a enamorarme de Devon, pero el ver sus acciones y su forma de actuar conmigo simplemente me indicaba que para el no era más que una adquisición más, Devon no sentía nada por mi, el estaba dispuesto a lastimarme, sin importar, que más tarde lo odiara. 

-Eres mía, para esto te conseguí- Dice sonriendo de medio lado, hago un gesto ante sus palabras, cada una de ellas es como una puñalada -No le repetiré, sube a la cama muñeca- Lo miro unos segundos con dolor, el me mira fijamente y luego aparta su mirada, frunce levemente su ceño pero no dice nada. 

Sin poder controlar el temblor en mi cuerpo subí a la cama, aun tenia el papel con el número del agente en mi mano, Devon no lo había visto, dude en si tirarlo o guardarlo, observó como Devon termina de quitar la camisa blanca de vestir, su torso queda desnudo, tiene un cuerpo muy trabajado, el me observa y una sonrisa arrogante se forma en su rostro, aparto mi mirada cuando comienza a quitar su cinturón, a él no le importa lo que siento. 

Mientras Devon esta distraído escondo el papel con el número entre las sábanas, Devon esta demente, no sabía que vendría luego con el, tal vez, el agente tenía razón, podria necesitar su ayuda. 

Me tenso cuando Devon sube a la cama, aun se encuentra con su pantalón, el se acerca a mi, me niego a mirarlo, el eleva su mano apara acariciar mi mejilla, pero como por reflejo volteo mi rostro, el con enojo toma con su mano mi rostro, ejerciendo fuerza en sus dedos en mis mejillas, mas lágrimas salen, el me hace mirarlo. 

-¿Por qué lo haces difícil?, muchas estarían encantadas de compartir una noche conmigo-Gruñe entre dientes ejerciendo más fuerza en su agarre, el nudo se forma en mi garganta. 

-No soy como todas esas- Murmuró con dificultad mirando a Devon, su mirada fría escanea mi rostro con lágrimas. 

-Me perteneces, eres mía, puedo hacer lo que quiera contigo, y lo que quiero es esto- Susurra a centímetros de mi rostro, él suelta su agarre y de golpe atrapa mis labios con los suyos, movimientos desesperados que no correspondo, eso lo enfada, se separa y me mira de forma seria. 

-No me toques- Murmuro con voz quebrada, apartando mi mirada de la suya, el me empuja haciendo que quede acostada, se sube sobre mi, coloca cada brazo al lado de mi cabeza sosteniendo su peso. 

Deja un beso en mi cuello, luego otro, mientras sube lentamente hasta dejar uno rápido en mis labios. 

-Tu aroma es delicioso Lana, me vuelvo loco- Murmura, se inclina y recorre mi cuello con su nariz, cierro mis ojos con fuerza, luego subió a mi mejilla, acariciando lentamente, me estremezco ante su tacto -Eres toda mía Lana, como no te encontré antes si estas hecha para mi Lana- Susurra haciéndome temblar por sus palabras enfermas. 

SUGAR BABY (MAFIA 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora