La cercanía de dos cuerpos en una fricción perfecta, amándose o -quizás no- pero a fin de cuentas devorándose uno a otro le enriquecía los sentidos. A veces le pesaba en el humor y no aguantaba tantas demostraciones afectuosas, pero con él, no le pasaban esas cosas. A él lo extrañaba, lo necesitaba y lo llevaba en su mente sea a dónde valla.Entonces lo buscaba,encontrándolo distraído y lo observaba por largos minutos. Examinando sus gestos y contando cada lunar y cada marca de los años, leves a su corta edad, pero ya marcadas por el cansancio. A él le parecía divino por dónde lo mire.
Porque lo que no se dice con palabras el cuerpo lo grita al igual que el alma. Y a Carlos se le notaba en los gestos y en sus ojos, eternos de cariño tímido. Y lo miraba sin contenerse, cuando quería se lo hacía saber, ponía los ojos picaros y Ramón atendía dichoso con un disimulo muy mal logrado. Le sonreía a lo lejos cuando nadie veía y a Carlitos le hacía gracia el juego a escondidas que siempre los invadía.Y ese día ambos estaban descansando en un parque apartado de alguna ciudad que transcurrieron sin notar, solo por la emoción de viajar y viajar dónde el momento los lleve. No había nadie al menos cerca, y estaban solos disfrutando del aire.
Carlitos tendido sobre el césped verde y cómodo, lejano de toda molestia instalada en su mente. Mantenía sus ojos cerrados y la tranquilidad en su rostro era comparable con la de un bebé que duerme placido.
A veces los días así de calmos le venían demasiado bien, cuando el día no pintaba más que otros planes que sentarse y admirar.
—¿Preferís ésto a un bar?—Le preguntó a Ramón a su costado, tomándolo por sorpresa.
El morocho que también parecía calmado y concentrado en quién sabe qué, dejó de mirar el suelo para prestarle atención al chico acostado entonces al lado suyo.
—Pero de noche es distinto, es mejor estar en un bar, además hay alcohol...—respondió como si fuera lo más obvio.
Carlitos no tachó su respuesta como errónea, también tenia razón, pero para él la luz del día renovaba y le daba la energía que normalmente utilizaba en las noches, para los robos como eran su especialidad.
—¿Por qué no llamas a tu mamá?—rompió Ramón la tranquilidad que se esfumó tan rápido como Carlitos abrió los ojos al escuchar la pregunta.—Se lo prometiste cabeza...—le dijo Ramón en un tono compinche, para atrapar de alguna forma una pizca de la tranquilidad esfumada.
Carlitos meditó tanto que decir, que el morocho creyó que no le respondería. Pero la verdad era que él no estaba realmente interesado en la respuesta, porque ya la intuía. Sin embargo se vió obligado a hacerla por orden de su padre.
—Lo único que hago para ella...es causarle dolor.—
La respuesta tan directa que dió Carlos y su voz tan cargada de seriedad hizo que Ramón agachara la cabeza, a veces Carlitos demostraba tener consideración por todo lo que lo rodeaba y rompía todo esquema que tenías formulado sobre él.
—Ella nunca va a entender lo que soy, y si lo entendiera algún día, la mataría. Porque nació con una naturaleza distinta a la mía, y contra eso no podemos correr. Es algo que te aplasta si te queres resistir. Porque al fin y al cabo es tu verdad. La única forma de pararlo, es morir.—tan claras y trasparentes fueron sus palabras que a Ramón lo convenció esa idea de la vida y no objetó nada más.
—Pero mi papá por más que sea delincuente, tampoco tiene pasta de artista, que es lo que yo me siento.—Respondió Ramón luego de un rato donde se debatió dudoso.
Carlitos escuchó y lo miró con atención, una pequeña arañara tan diminuta que no la habría visto de no ser por su aguda vista, se trepaba entre los rulos oscuros de éste.
Acercó su mano con lentitud mientras los ojos de Ramón le prestaban atención a su gesto. Corrió la araña y la deposito en el suelo, dónde la vio irse hasta desaparecer entre los patos.
Al Morocho lo sobresaltó esa leve caricia, que a penas le tocó la piel, pero que logró encenderle los sentidos.
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| El Ángel | Corazón ¿contento?
AdventureBasada en la película "Él Ángel", una suposición de lo que no se vio y una vista más a fondo de los personajes.