Ramón oyó la confesión de Carlos y guardó silencio. Su rostro estaba neutro, pero para sus adentros la alegría se esparcía.
Claro que había entendido a que se refería con él. Y en un punto se sintió culpable, solo por dar esa imagen a Carlitos, pero no por sus acciones.A lo largo del paseo, llegaron a un bar que lucia moderno y les pareció buena idea pasar el rato.
Ramón no imaginaba ni de cerca que en realidad Carlos seguía divagando, pero no por un plan, en éste caso las palabras que el morocho le había dicho con anterioridad retumbaban en su cabeza peligrosamente, despertando sus instintos rara vez dormidos, pero al fin y al cabo, ahora calmos.
Si el padre de las gemelas los tenía a la vista, debían actuar rápidamente.
Carlos tuvo la intención de comunicarle a Ramón lo que para él sería mejor hacer. Pero al verlo a éste observándolo con una sonrisa invisible inhalando aquel cigarro dónde la ceniza nunca caía, sus instintos más dominantes se hicieron presentes.
Y despertando aquel ángel oscuro, una sonrisa macabra adornó sus facciones.Porque Ramón lo potenciaba, era su componente más potente logrando sacar su lado más real, y el más terrible.
Aquel niño de rulos y piel pálida que una vez fue, quedó dormido para siempre. La vida que lo marcaría hasta el final de su respirar comenzaba a reencarnar. Pronto no habría pesadilla que le sacara un susto, ni el más pequeño, no habría desgracia que lo abatiera, ni obstáculo que lo detuviera.
Allí, frente a los ojos marrones de Ramón, el ángel nacía en su faceta más oscura.
—Carlitos, la moza espera que le digas que vas a pedir...—lo despertó Ramón hablándole con tranquilidad, todavía para el morocho aquel chico delante de él, era el mismo que le sonreía con dulzura y a veces ocasionaba los berrinches más ridículos.
Carlos apuntó su vista a la chica que lo miraba con atención, pidió y ella anotó en una pequeña libreta que luego guardó en su bolsillo.
Con amabilidad la muchacha pidió permiso para recoger unos vasos ya usados que estaban en la mesa antes de que ellos la ocuparán. El chico levantó los brazos y ella insinuante acarició su mano rozandola levemente, la electricidad le llegó a ambos para cuando Carlos la miró con una ceja levantada y su rostro lleno de picardía. Antes de irse la moza le sonrió atrevidamente.Carlos la miró caminar hasta que ella desapareció cruzando la barra que separa hacia la cocina. Luego volteó la cara hacia Ramón, quién lo miraba divertido. Éste sacó el cigarrillo terminado de su boca y lo apagó en el cenicero sobre la mesa, ladeaba la cabeza divertido ante la situación.
Dijo algo inaudible entonces, pero los oídos agudos de Carlos lo oyeron perfectamente.
"No voy a decir nada porque ya sabes, sos mío."
Carlitos no se evitó una sonrisa, que borró inmediato a que la chica vino con sus bebidas.
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Ramón despertó de una sacudía producida por un mal sueño, al percatarse de su sudor se levantó con desgano hacia el baño. Dónde orinó para después lavarse las manos y mojarse el rostro. Se miró al espejo y se desconcertó en un escalofrío que le duró menos de un segundo, pero lo alertó.
Salió del baño y buscó a Carlitos en la sala, sin encontrarlo se quedó estático unos minutos hasta despabilar. En la oscuridad de la noche y con solo una lámpara débil, observó hacia una esquina de la habitación dónde había una pequeña y vieja mesa de luz, ahí acostumbraba a dejar las llaves del auto. Hizo una mueca con la boca al comprobar que no estaban.
Carlos conducía con tranquilidad sobre la ruta que regresaba a su barrio, hora después llegó a lo que era la entrada. Dejó el auto en un aparcado y cruzó el cartel a pie.
Con paso lento, sin dinero en sus bolsillos, con la llave del auto puesta aún en el coche, solo sus armas dentro de su pantalón lo acompañaban.
No caminó más de veinte minutos en una calle qué el conocía muy bien, era un atajo que solo usaba cuando no quería ser visto.
Solo con el sonido de la noche y los grillos, paró su caminata en un barrio rico, frente a un portón que le era más que familiar.Sus ojos entonces eran más oscuros que la noche, la única luz que emanaba eran de su cabello recibiendo los tibios reflejos de la luz lunar.
Caminó decididamente y esquivó la entrada principal, trepó entonces un gran árbol que el tiempo había echo crecer haciéndolo mucho más alto que la gran mansión.
No le fue difícil ingresar en la vivienda, para cuando los grillos cesaron su cantar él ya había echo varios pasos en la alfombra roja del lugar.
Conociendo el interior, se dirigió a una habitación situada al extremo de las escaleras, eran dos iguales, le costó segundos decidirse por una, pero luego notó con claridad que en una de ellas, una lámpara estaba encendida, y así pudo ver un gran cuadro que el mismo había robado.
Se paró en el marco de la puerta dejándose caer sobre éste, apoyado miró con una sonrisa cínica a Marisol dormida. Se dejó contemplarla varios minutos en silencio, solo un silencio qué el podía guardar, un silencio de más aterrador.Pero volvió en si y recordó el motivo de la tal visita, saliendo de allí busco otra habitación, a lo lejos de la escalera, era una puerta blanca y amplia. Estaba cerrada, lo que confirmó a quién pertenecía.
Antes de entrar, debía asegurar una puerta que sería su salida rápida, luego de terminar con eso su decisión fue tomada, no había vuelta atrás.
La noche fue su única cómplice cuando le disparó al hombre que yacía dormido al lado de una mujer adulta con cabello rubio. No tembló, ni una mueca se veía en su cara, al soltar el disparo quedó medio segundo pensante, comprobando la muerte rápida del hombre.
El otro medio segundo lo dedicó a salir por la puerta que había preparado minutos antes.Ese día dos jóvenes perdieron a su padre, una mujer a su marido, Carlos otro pedazo de alma, y Ramón un plazo que le aseguraba más tiempo de vida.
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Escribí esto recién y voy a confesar que me dio cosa escribir la última parte, posta que retractar el retrato de un asesino así es escalofriante.
También se me hace que a veces la historia se vuelve más oscura a lo que me gustaría, pero así fue la vida de esta persona y esto solo es una versión ficticia más light.
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| El Ángel | Corazón ¿contento?
AventuraBasada en la película "Él Ángel", una suposición de lo que no se vio y una vista más a fondo de los personajes.