Narra Raúl:
Me levanté y salí de mi cuarto como buen zombie que parecía. Fui lentamente por el pasillo hasta llegar a la cocina pero antes me giré y miré el interior del salón y vi a mi madre sentada en el sofá leyendo un libro. Levantó un poco la mirada y me sonrió. Le sonreí un poco y le saludé con la cabeza y entré en la cocina. Cogí una andaluza y la corté por la mitad y la metí en la tostadora. La enchufe y baje el muelle para que bajara el pan. Mientas saqué un vaso grande y un plato para las tostadas. Del frigorífico saqué la mantequilla y el zumo. Me eche zumo en el vaso y deje la mantequilla al lado del plato. A los pocos minutos las tostadas saltaron, estaban en su punto. Las saqué y me quemé un poco los dedos y las casi tiré en el plato. Cogí un cuchillo y empecé a huntar la mantequilla en las dos tostadas. Lo guardé todo y cogí el vaso y el plato con las tostadas y me fui al salón.
Me senté en el sofá delante de la televisión y la encendí. Mi madre había seguido con su lectura y no me había mirado. Puse FDF y empecé con mi desayuno. Me lo comí demasiado tranquilo. Mi madre estaba muy callada esa mañana y me extrañaba mucho. Pero pasé, siempre estaba intentando sacarme cosas de chicas, de mis amigos, de lo que hacía... Y yo no le decía nada, es que era mi vida, a ella no le importaba lo que hiciese. Me terminé de comer las dos tostadas y me tomé el resto que me quedaba de zumo. Me levanté y deje todo en el fregadero. Salí al pasillo y me metí en el cuarto de baño. Me desprendí de toda la ropa y me quede en calzoncillos. Abrí el grifo del agua caliente de la ducha y mientras esperaba que saliente caliente me lave los dientes. Cuando acabé me quité los calzoncillos y me metí en la ducha.
Me di una ducha relajante dejando que todos mis músculos quedaran como nuevos y cualquier pizca de estrés se dejase de notar. Cerré el grifo, me di la vuelta y me la encontré. Me encontré la imagen de ella sentada en mi bañera con la espuma llegándole casi a los pechos, con una sonrisa mirando hacia la izquierda y cerrando de pronto la mampara y yo quedando como un gilipollas esperando que la abriese... Pero, ¿por qué pensaba eso? De verdad, si que era gilipollas. Salí de la bañera y me puse una toalla por la cintura. Recogí la ropa del suelo y la metí en el cesto de la ropa sucia y salí totalmente relajado del baño.
Entre en mi cuarto y estaba mi madre haciendo mi cama.
-Mamá, yo sé hacerla...-Me miró y me sonrió.
-Ya, ya, pero si viene Carmen quiero que la tengas bien echa, por dios hijo.-Soltó una risa.
-No sé cuando volverá a venir... No creo que sea pronto.-No quería parecer un desesperado, y aunque quisiese estar con ella, no le hablaba seguido para quedar, no quería ser pesado.
-Yo sé que si. Lo veo en la mirada, venga ya, los dos morís por pasar tiempo el uno con el otro...-Se irguió y me miró con ojos tiernos.
-Chorradas mamá, no sabes nada de lo que tenemos...
-No sé nada pero se ve como se miráis y vuestros movimiento...¡No hace falta hablar para saber como se sentís! Con solo veros se nota. Que eres mi hijo, no se que te crees, ¿qué no te conozco?
-Si me conoces mamá, pero lo que pasa por aquí-Me di un golpecito en la cabeza el dedo índice-No lo puedes saber, y menos lo que siento por una persona.
-Otra vez Raúl... Cuando tu padre y yo nos veíamos, a mi madre no le hizo falta que con le dijese nada, tan solo con verme a mi lo contenta que estaba y con la alegría que llegaba a casa a veces, sabía que estaba enamorada. No hizo falta que le dijese nada, un día llegue a casa con tu padre y ella ya lo sabía...-Se le puso cara de tonta a recordarlo, mi madre estaba muy enamorada de mi padre, y mi padre de mi madre.
-Vale mamá, eso era en tus tiempos...-Siempre usaba esa frase y a ella le mataba, me miró y sus ojos echaban fuego...
-¡Raúl Santiago!-Dios, me la iba a liar, creo que esta es la única mujer que me aguantará el resto de mi vida, y ella...¿Pero qué digo? Miré a mi madre y estaba cogiendo aire por la nariz muy fuerte, eso significaba que estaba muy, muy, enfadada...-¡Una cosa es que uses esa escusa para llevarte todo el día en la calle o jugando a la maquinita y otra muy diferente para darme a entender que no se le nota cuando la gente esta enamorada solo con sus actos!-Estaba mosqueadisima y cuando se pone así me da un coraje, se enfada sin razones.
-A ver mamá, tienes que entender que si solo me la follo, no es mi novia y quizá ni mi amiga, solo me la follo.- Enfatice el 'follo' para que lo entendiera. Vi como se ponía rojisima y hizo un movimiento y 'Plaf' torta en la cara que me dejo en blanco.
-Te prohibo que veas a esa niña...¡No quiero que la vuelvas a traer a casa! Y eso de estar solo en casa se va a ir acabando, ¡tu en mi casa no vas a meter a quien te de la gana, yo no te educado así!
Y con esas ultimas palabras salió de mi cuarto dejándome paralizado por lo que me había dicho en medio de la habitación. Me toqué la mejilla izquierda y la tenía caliente por la hostia que me había dado. Me senté en los pies de la cama y miré hacia la cabecera y la vi a ella, acurrucada con mi camiseta puesta y sus ojos cerrados, durmiendo tranquilamente... Negué con la cabeza deshaciéndome de esa imagen. No se lo que me pasaba pero desde hacia bastante tiempo no la dejaba de ver por mi casa, y que ahora mi madre me dijera que no la podía ver me había dejado vacío de ideas para tenerla cerca. He sido un estúpido al decirle eso pero es que mi madre solo sabe rayarme y si no se lo que siento y encima ella remueve mas las ideas pues me lía y exploto.
Saqué mi móvil y la llamé... Saltaron cuatro pitidos y lo cogió:
-¿Hola?-Su voz sonaba cálida y tranquila pero sabía que estaba nerviosa.
-Hola, ¿quieres quedar esta tarde y nos vamos a tu escalera?-Lo dije rápido, lo primero que pensé, ella tardo en contestarme.
-No puedo Raúl, esta tarde he quedado y temprano... Mañana si no voy para tu casa o lo que sea.-Me imaginaba su imagen hablándome con tranquilidad y su sonrisa a modo de disculpa...
-No sé ya te hablo yo.-¿Siempre tenia que ser tan frío con ella? No se lo merecía.
-Venga vale...-Estaba contenta y se que yo ya le había jodido y todo por no hacerle creer que me gusta o algo...
-Ya hablamos, adiós Carmen...
-Adiós...-Colgamos y me tiré en mi cama.
Vi que Vicente y los demás me habían hablado por whatsapp para bajarme. Me puse una camiseta y unas calzonas y mis botines. Cogí las llaves, la cartera y el móvil y me fui.
-Vuelvo a la hora de comer, adiós.
Salí por la puerta sin esperar respuesta de mi madre, no la necesitaba tampoco así que me fui.
Me fumaría unos cuantos porros y me olvidaría de todo, fin.
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'Cariño tumbate que voy a echarte dos o tres'
Teen Fiction'Mi vida cuando aparecio Raul' es un relato, no se si corto o largo, que no va a ser nada ficticio, nada de exageraciones ni historias raras, solo una historia normal que puede que la hayais vivido. No esta retocada voy a ir escribiendo cuando tenga...