Cápitulo 17; El por qué.

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Narra Mari

Sabía que Carmen estaba mal y no me gustaba verle así que ideé un plan, investigar un poco sobre su actitud tan guay con Carmen.

Me baje sola con Mar y nos a otro sitio donde se juntaba el mucho. Llegamos allí y estaba con sus amigos liándose un porro, y nos acercamos como si nada a saludarles y estuvimos un rato con ellos. Nos fuimos para otro banco y nos sentamos que me iba a liar yo un porro. Cogí tabaco, el cachito para el porro y lo queme y mezclé todo y, ala, se me había olvidado el papel. Miré a Mar y sonreí. Giré la cabeza y le llamé.
-Raul, ¿puedes venir?- No me contesto, solo me miró y vino hacia nosotras.
-¿Qué pasa?- Vino super prepotente e imbécil y me hizo dio coraje, si el iba ser chulo, yo más.
-Dame un papel que no tengo.- Me miró y mientras me miraba sacaba un papel del bolsillo y me lo daba. Lo cogí y lo estiré un poco porque estaba arrugado. Y empecé a liarmelo.
-De nada eh.- Le miré y le sonreí de mala gana.
-¿Qué es lo que te ha pasado con Carmen?-Mar salto como la que no quería la cosa y las dos le miramos esperando una respuesta.
-A mi no ne ha pasado nada con ella.- Se rió, que gilipollas.
-Mira Raul, lo sabemos todo, ¿eres imbécil?- Entre cerré los ojos y le mire.
-Que me equivoqué tía, fue cosa del momento que me deje llevar pero yo no quiero nada con ella, ¿Vale?-Se acercó más mientras susurraba y miraba hacia sus amigos, seguramente para ver si nadie nos escuchaba.- Si estoy con ella siempre hablarán de mi, que si por qué estoy con ella, que no saben como puedo estar con ella después de hacerle todo lo que le hemos echo...                               -¡Vaya imbécil! ¡Entonces es por la gente no por ti!-Mar subió el volumen y le miró con el ceño fruncido.               -Shh, cállate, no grites. Que paso de que la gente este comiéndome más la cabeza y me toquen los cojones. Paso, sigo con lo mio y ya esta, para mi ella no es nadie, nunca lo ha sido ni lo es. Así que nos vemos.                                   Se dio la vuelta y se fue con sus colegas y paso de nosotras. Miré a Mar con los ojos abiertos y flipandolo.         -Pues nada tía que la chupe el cabrón, se cree que es super-ideal y no es ni un peo, que asco. Mari, mejor ni mu de esto a Carmen, como si nada que se olvide ya que este tío no sirve para nada.                  
-Tranqui, que no le voy a decir nada, mejor, porque si no va acabar peor...-Nos quedamos serias y me hice el porro en silencio.- Vamonos de aquí anda, a ver si se bajan ya esta gente.- Mar me asintió y nos fuimos de la plazoleta donde se juntaban.

Nos reunimos todas en el parque redondo de detrás de mi casa y empezamos a charlar para distraer a Carmen un poco y reírnos todas de este asunto tan feo. En conclusión hicimos lo de siempre, echarnos unas risas en el parque entre todas, fumarnos algún cigarro y subirse para cenar. Carmen y yo nos quedamos para fumarnos el ultimo cigarro y charlar.                                                         -Tía, ¿cómo estás?- Estaba algo seria pero ella siempre aparentaba estar bien. Le dio una calada al cigarro.         -La verdad es que paso del tema, olvidado, porque es seguir la misma historia año tras año, así que... A tomar por culo.-Sonrió y siguió fumando.                                                       -Ya, solo espero que no te afecte esto... De manera que cambies de pensar y de como eres.                      
-Que va nena, me ha sentado mal, porque ha sido como si me diesen lo que siempre he deseado en la vida y en un momento me lo quitasen, y pues molesta, da coraje... Pero sigo siendo la misma Carmen de siempre.-Sonrió de nuevo pero esta vez conforme y tranquila.                               -Dame un abrazo anda tonta.-Me fui para ella y la abracé fuerte. Cuando nos separamos le dio una calada al cigarro y me lo dio.- Para no cambiar.- Nos reímos juntas y seguimos hablando de otras cosas. No veía bien que volviese hablar y remover otra vez lo mismo y que se sintiese mal.

Acabamos y nos quedamos quince minutillos más y nos subimos a casa para cenar y dormir. Estaba contenta de que todas estuviésemos bien y muy unidas porque siempre seriamos amigas. Y si siempre estábamos juntas pasase lo pasase, lo afrontaríamos todas y así sería más fácil y no estaríamos solas.      
                               
Hablando por whatsapp decidimos salir este fin de semana siguiente algún sitio guay a beber y para despejarnos de las cosas. Teníamos ganas, las cuatro solas, conociendo a gente nueva, riéndonos, bebiendo y sin ningún problema.                                                                                                
Me estaba quedando dormida así que me despedí de las niñas y me dormí en nada.

'Cariño tumbate que voy a echarte dos o tres' Donde viven las historias. Descúbrelo ahora