Sinceramente, no tenía muchas expectativas con respecto al dichoso primer día de escuela. Sólo esperaba regresar intacto y completo a mi casa.
Mi tía Mora había podido acompañarme al final de cuentas, por lo cual los nervios no eran tantos en comparación a los que habría sentido en una situación distinta.
—¿Por qué aquí? —le pregunté cuando vi el instituto en el que a partir de ese momento estudiaría.
Se trataba de la escuela Whitney High School, y se decía que ahí sólo iban estudiantes de excelencia o con el dinero suficiente para pagar una inscripción. Recuerdo que en mi anterior instituto todos hablaban pestes de allí, y siempre calificaban a los que ahí estudiaban como "niños mimados" o "egocéntricos presumidos".
Yo no estaba ni cerca de ser un estudiante de excelencia. En realidad sentía que mis calificaciones dejaban mucho qué desear; lo único que tenía bien en mi colegiatura, era mi carta de buena conducta, pero no consideraba que fuese suficiente.
—No lo sé —respondió mi tía, la cual me acompañaba en mi primer día—. Yo igual me sorprendí cuando tu madre me contó de esto; la inscripción es muy cara porque es una escuela privada. Supongo que Angela tiene el dinero suficiente para pagarla; no creo que con tus calificaciones hayas conseguido un descuento —se burló.
—¡Oye! —intenté regañarla.
—No me grites, niño grosero. No olvides que aún soy tu tía.
—Lo siento. Pero me alegra que hayas podido llegar y acompañarme hoy —dije con gratitud.
—Igual a mí —estacionó el carro—. Ahora, escucha. Sabes que te amo con cada parte de mi corazón y que eres el hijo que yo nunca pude tener; cuentas conmigo para todo y si alguien te hace algo, soy capaz de mover el cielo y la tierra por ti —acarició mi cabello y luego plantó un beso en mi frente.
Yo le sonreí con tristeza, sabiendo que ella también sufría y aún a pesar de eso se encargaba de intentar hacerme feliz a mí; me dolía saber que yo no podría entregarle mi alegría completa mientras las cosas dentro mío siguieran siendo deseos suicidas y tristeza.
—Nos vemos más tarde, tía Mora. Prometo contarte cada detalle de mi día después —hablé en señal de despedida bajándome del coche.
—Prometo escuchar tus quejas de princesa —contestó poniendo en marcha su vehículo hasta alejarse del establecimiento.
Observé aquella ENORME escuela frente a mí. Me sentía intimidado y nervioso por lo que pudiera esperarme dentro. Pensé en Finn, y caí en cuenta de que no iba a poder saber si estábamos en el mismo lugar si ni siquiera conocía el nombre del colegio al que él iba.
Me armé de valor, haciéndome la idea de que debía continuar esta lucha sin ayuda, y tome rumbo al interior del instituto.
Por dentro, era igual. Todo era tan... asombroso, que me asustaba. Se notaba que los estudiantes disfrutaban de muchos lujos y que éstos debían ser realmente jóvenes de excelencia. Había tanta gente cool; por un instante consideré la posibilidad de que mi mejor amigo estudiara aquí mismo. Él definitivamente encajaría con estas personas.
Yo no.
Sentía algunas miradas curiosas de algunos chicos sobre mí y eso me hacía sentir más incómodo. Revisé el horario que me había entregado mi madre ayer por la noche.
Física era mi primera hora. Genial.
—Ehh, hola —me atreví a saludar a un chico que estaba ahí cerca.
Él se giró a verme cuando lo llamé, y sus ojos grandes y verdes por un segundo me intimidaron. Luego me sonrió, aunque yo no pude devolverle el gesto.
—Hola, soy Noah —me dijo extendiendo su mano hacia mí; yo le correspondí, tampoco era tan grosero.
—Disculpa si te molesto, Noah, soy nuevo y no sé dónde se encuentra el salón de física, ¿me podrías decir dónde queda?
—Oh, qué genial. Yo llevo estudiando mucho tiempo aquí —dijo—. Mira, no estás muy lejos; sólo necesitas seguir avanzando por este pasillo hasta llegar al salón con la puerta número 27. Eres de tercer año, ¿cierto?
—Sí, ¿cómo--
—¿Lo supe? —completó mi frase—. Todos en la escuela sabíamos que llegaría un chico nuevo; los rumores vuelan en 5 minutos —me contó sin perder ni un segundo la sonrisa—. Bien, ha sido un gusto, chico nuevo. Ojalá coincidamos en otro momento, justo ahora debo ir a clase.
—Sí, claro —dije reaccionando—. También debo irme.
Hice caso a sus indicaciones, y avancé hasta llegar a la puerta que Noah me había indicado. Estaba abierto, y yo ingresé con pasos lentos hasta un asiento vacío al fondo del aula, cerca de la ventana. Justo como me gustaba.
El salón de poco a poco se iba llenando y pronto el profesor que seguro impartía la clase entró e intentó cerrar la puerta tras de sí, pero dos chicos que corrieron intentando pasar se lo impidieron.
—¿Otra vez ustedes? —preguntó con cansancio—. Acaban de iniciar otro año y siguen llegando tarde. Ya entren.
—Gracias —dijeron al unísono entrando.
—Oleff —llamó a uno de ellos. Un chico de cabello largo y rizado fue el que se giró ante el llamado—. Por lo menos recógete un pedazo de ese cabello.
El maestro sonrió y el muchacho le devolvió el gesto de forma apenada. Y luego tomó asiento junto al chico de piel morena con el que había llegado.
Pude ver desde donde yo estaba, cómo el chico de piel oscura golpeaba levemente con su codo al de cabello chino, haciéndole un gesto para que volteara a verme. Él le hizo caso, y giró su rostro; su cara... esa cara ya la he visto antes.
El rizado puso una expresión de sorpresa al verme, y yo incómodo me giré para prestar atención a la clase. Miraba de vez en cuando discretamente hacia donde los chicos estaban. No dejaba de pensar dónde lo había visto, yo estaba seguro de conocerlo.
¿Oleff? No estaba ni cerca de recordarlo por su apellido. Pero su rostro me era tan familiar. Pensé y pensé... intentando recordar.
Estaba tan distraído que no noté que el profesor me estaba hablando hasta que se acercó a mi lugar.
—Hola —me saludó—. Tienes suerte de que esta clase haya pasado entre plática y plática, de lo contrario tendrías un serio problema en detención, niño nuevo.
—Me llamo Jack —informé sin ganas de discutir con él. Escuché cómo el timbre sonaba.
El profesor se dio la vuelta y luego dio la indicación de salida. Me apresuré a retirarme del salón e irme a mi casillero, sin darme cuenta que detrás de mí, habían personas siguiéndome.
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𝐒𝐄𝐑𝐄𝐍𝐃𝐈𝐏𝐈𝐀 ; fack ✦
Fanfic𝐒 | donde finn salva a jack en medio de su intento de suicidio.