𝐒𝐄𝐑𝐄𝐍𝐃𝐈𝐏𝐈𝐀 ; fack ✦

28 ; sophia's house ✦

—Deberíamos hacer algo hoy, para celebrar que Jack ya no está enfermo y el grupo está completo de nuevo —opinó Wyatt mientras salíamos de la escuela tras el timbre.

—Películas —dijo Jaeden sencillo.

—Me gusta la idea, en mi casa puede ser.

—¿Tu mamá no se molesta de vernos siempre? —le pregunté a Sophia.

—No, ya se acostumbró a sus horribles rostros —nos sacó la legua a todos.

—Bueno, podemos ver películas, y perder nuestro tiempo un rato —murmuró Jeremy—. Perder el tiempo con ustedes es lo que más me gusta en el mundo.

Luego de agendar la hora y prometer la visita, todos nos despedimos con un "hasta luego" y tomamos rumbos diferentes para ir a nuestras casas.
Yo caminaba tranquilo por la acera rumbo a mi hogar, pateando las piedras que se atravesaban en mi camino, y mientras avanzaba, iba pensando en Finn y en lo mucho que él me gustaba. Era una completa locura; me había enamorado de mi mejor amigo y vaya que eso sí era una novedad.

Cuando llegué a mi casa, mamá estaba sentada en la mesa de la cocina fumando un cigarrillo mientras trabajaba. No sabía qué decir respecto a nuestra situación, sólo sabía que era complicada.

—Buenas tardes, mamá.

—Buenas —respondió—. Mora dejó comida para ti en el microondas.

—¿Mi tía Mora vino? ¿Por qué ya se fue?

—Tenía trabajo, agradece que te hizo comida —respondió tosca y luego revolvió unos papeles que tenía en la mesa—. Come en tu cuarto, aquí no hay espacio.

—Sí, mamá —respondí.

Subí a mi habitación para dejar mis cosas y cambiarme de ropa, y luego bajé a traer mi comida. Le hice caso a lo que mamá me pidió y pronto volví a mi cuarto para poder comer las albóndigas que mi tía había preparado.

Cuando terminé hice a un lado mi plato y me recosté en mi cama para escuchar un poco de música en lo que esperaba que la hora de reunirme con los chicos llegara. No contaba con que terminaría quedándome dormido; afortunadamente tenía un milagro muy grande llamado Finn Wolfhard, quien muy amablemente llegó a mi casa a despertarme.

—LEVÁNTATE, GRAZER —gritó con fuezas en mi oído, turbando por completo mi dulce sueño.

—¿Qué? —pregunté desorientado por el despertar brusco y confundido por su presencia en mi habitación.

—Es hora de ir con los chicos —informó, miré la hora en mi teléfono y efectivamente ya era tiempo de irnos.

—¿Qué haces aquí? —pregunté confundido y aún somnoliento.

—Nada más quise pasar por ti para llegar juntos a casa de Sophia —informó—. ¿Te molesta?

—No, no. Sólo... no esperaba que vinieras.

—Sí, bueno, aproveché que Nick iba a tomar prestado el coche de papá y le pedí que me trajera aquí. ¿Estás listo? Porque nos está esperando.

—Estoy listo —lo tranquilicé—. Pero aún le avisaré a mi mamá que saldré.

—Te espero.

Así pues, me acompañó con mi mamá, la cual accedió a que yo saliera porque le emocionaba pensar que Sophia era mi novia.

—Vamos —dije a Finn y juntos salimos de mi casa.

Fuera estaba parado el coche de los Wolfhard esperando por nosotros. Finn abrió la puerta para mí y yo lo miré entre confundido y extrañado.