10 ; angela ✦

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Cuando mi madre se despertó ese mismo día por la tarde, no preguntó nada. Al parecer no recordaba con claridad lo que había ocurrido el día anterior, y yo me sentí agradecido por eso.

Sin embargo, días después, en el antepenúltimo día para terminar el ciclo escolar, ella recibió una llamada. Solicitaban su presencia en la escuela, y también pedían que yo la acompañara.

—¿Qué hiciste? —me preguntó confundida, pero no molesta.

—Nada —le respondí, y luego alcé mis hombros.

Ella asintió levemente, y después de eso subió a su cuarto. Desde que había despertado del trance en el que había quedado inconsciente el día que me golpearon, ella se comportaba diferente. Se veía avergonzada; y yo la entendía.

Suponía que Nia y mi tía Mora habían tenido mucho que ver con su nuevo comportamiento, porque incluso había comenzado a preparar el desayuno de nuevo.

Era extraño; y no estaba acostumbrado a ese "buen trato" que incluso me daba miedo.

El último día de clases, mamá y yo fuimos al que era mi instituto. Para entonces el dolor en mi cuerpo ni siquiera se sentía, aunque aún había rastro de leves moretones.
Apenas crucé la puerta, sentí las miradas y cuchicheos por parte de todos los chicos que estaban cerca; compartían susurros entre ellos, haciéndome sentir apenado, pequeño. Mi madre pareció notarlo, y entonces hizo algo que hacía ya mucho tiempo que no hacía: colocó una mano en mi hombro, como señal de apoyo y protección. Me sentí tan extraño que casi de forma inmediata y brusca me aparté de ella, pero no por coraje. Por miedo.

No volvió a intentar tocarme, pero el ambiente entre nosotros se volvió denso e incómodo. En silencio llegamos a la oficina de la directora, y ella nos ofreció asiento antes de comenzar a hablar.

—Buenos días, señora Grazer.

—LaFever —corrigió. Desde que papá había muerto ella no soportaba que la llamaran por su nombre de casada y, en su lugar, usaba el de soltera.

—Bien, señora LaFever —le sonrió la directora—. Hace mucho no teníamos noticias suyas.

—Mi hermana siempre asiste a los eventos en mi lugar —informó ella, podía notar lo tensa que se sentía.

Y apenas estaba comenzando.

—Sí, lo sé. Pero el día de hoy he decidido llamarla solamente a usted porque, como imaginará, la situación es un poco más delicada en este caso.

—¿A qué se refiere? —su confusión era notoria.

Claro, ella no sabía de la paliza que me habían dado.

—No tiene que guardar las apariencias conmigo, señora, ni tampoco me haga sentir más culpable de lo que ya me siento por no haber cuidado de manera correcta a su pequeño muchacho.

Mi mamá me miró sin comprender, y fue cuando decidí interrumpir a la directora.

—Directora Lucy, ella no sabe lo de... eso.

En realidad, ni siquiera yo sabía que en la escuela sabían sobre eso; Brent me había golpeado cuando ambos nos encontrábamos a una extensa distancia del recinto escolar, por lo que me resultaba extraño.

—¿Qué? —ella se notó sorprendida—. Oh, bien, en ese caso le comentaré. Hace un par de días me llegó un informe por parte de uno de nuestros alumnos, diciéndonos que había visto cómo otro de los estudiantes de un grado mayor golpeaba a su hijo.

¿Alguien nos había visto? ¿Quién? Quise preguntarle a la directora quién era el chico que probablemente había hecho justicia en mi honor, pero el grito exaltado de mi madre me interrumpió.

—¿¡Que hicieron qué!? —preguntó molesta, yo podía notar la furia en sus ojos y en su voz, pues era la manera en la que solía gritarme a mí cuando hacía algo que no le gustaba.

—Descuide, señora, ya hemos tomado cartas en el asunto, y el joven que hirió a Jack ha sido expulsado de esta institución.

—Menos mal —cometó con el mismo tono hostil y furioso que antes.

—Puedo asegurarle que no volverá a ocurrir —habló la otra mujer—. Es más, estamos creando un programa contra el bullying que seguramente le gustará muchísimo a Jack, cuando quiera puede integrars--

—Tiene razón, estimada directora, estoy cien por ciento segura de que esta situación no se volverá a repetir... porque Jack ni siquiera va a volver el próximo año. Quiero que me entregue y devuelva los documentos necesarios para poder inscribir a mi hijo el próximo año en otra escuela.

—Pero--

—Me escurren sus "pero", he dicho algo y usted me ha escuchado. Esperaré el tiempo necesario mientras usted comienza a juntar todos los papeles fuera de su oficina; mientras, mi hijo y yo iremos por algo de beber a la cafetería.

Yo no dije absolutamente nada, en realidad sólo escuchaba lo que de la boca de mi madre salía y me parecía... irreal. Ella estaba actuando como si yo... como si yo le importara.

WOWOWOW. MI MADRE ESTABA ACTUANDO COMO UNA MADRE.

Ella salió de la oficina como había dicho, y antes de acompañarla, decidí hablar una última vez con la directora.

—Lo siento —me disculpé—. Aunque no creo que un alumno menos le parezca trágico, en especial tratándose de mí.

—Eres un buen muchacho, Jack. Eres de los pocos alumnos que nunca han tenido reportes de mala conducta. Aunque no lo creas, estoy al pendiente de todos mis estudiantes, aunque contigo fallé. Discúlpame tú a mí.

—Descuide; no ha sido su culpa y no he muerto —dije—. Antes de irme, ¿podría decirme quién fue el chico que le informó sobre la golpiza que me dieron?

—Sí, claro —se acercó a su escritorio y miró en unas hojas—. Angel, Asher Angel.

Bueno... ahora sabía a quién más debía darle las gracias una última vez. Por primera vez mi mamá había hecho algo pensando en mí y en mi bienestar, así que afortunadamente no tendría que pisar esa horrible escuela nunca más.

—Nos vemos, directora Lucy.

—Hasta pronto Jack, te deseo el mejor de los éxitos.

Ella me sonrió y yo le devolví el gesto antes de salir de su oficina. Esa sería las última vez que estaría ahí dentro.

 Esa sería las última vez que estaría ahí dentro

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𝐒𝐄𝐑𝐄𝐍𝐃𝐈𝐏𝐈𝐀 ; fack ✦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora