maratón 1/?
—A ver, espérate —oí que me decía Nia colocando una de sus pequeñas manos al frente—. Estás diciendo que le tiene miedo a las alturas, y yo no le veo nada de malo; todos le tenemos miedo a algo.
—Lo sé; pero, ¿no lo entiendes?
—No, la verdad no.
—El día que lo conocí, se paró al borde del puente conmigo, ¡se puso en la orilla! Y hasta donde yo recuerdo, él no lucía asustado.
—Entonces probablemente él no sufre de vértigo.
Sacudí mi cabeza en señal de negación.
—Tiene —aseguré—. Ayer no quiso subir a la rueda de la fortuna porque le da miedo estar tan alto. Cuando Sophia y Wyatt me lo dijeron, pensé que era mentira; pero oírle a él decirlo fue... diferente.
—¿Diferente por qué?
—Porque... no sé.
—Yo sí —se levantó de la alfombra donde estaba sentada—. Es porque te gusta.
—¡Que no! —regañé.
—Claro que sí. ¿Cómo más vas a explicarlo? Me refiero a que sí, uno tiene mejores amigos en la vida, pero estoy segura que aunque yo te hubiese dicho que Finn tenía vértigo tampoco me habrías creído, a pesar de que yo soy tu mejor amiga. Lo mismo te pasó con Sophia, que siendo la mejor amiga de Finn tampoco quisiste creerle.
—Sólo fue porque lo dijo Finn; creo más en las verdades cuando las dice la persona correcta. Lo del vértigo era algo de Finn y por eso yo necesitaba que él me lo dijera.
—Desarrollamos diferentes niveles de confianza cuando se trata de personas especiales —sus ojos me miraban expectantes—. Creo que lo que pasa contigo es que tienes miedo.
—Miedo —repetí como hipnotizado.
—Sí —afirmó aunque yo no había hecho ninguna pregunta—. Miedo a que él no sienta lo mismo que tú.
Me levanté con brusquedad de la cama.
—¿Te estás escuchando? —pregunté alterado.
—Eh, ¿sí?
—Estás loca, Nia. Muy loca —casi sentía que podía reír de histeria—. ¡A mí no me gusta Finn!
—Esperaba oír el clásico "no soy gay" de todos los gays closeteros. Se me estaba olvidando que tú ya saliste del closet hace un tiempo —se detuvo a verme con más detalle—. Me sorprende que te hayas revelado por un idiota como Chris y que hoy te de vergüenza aceptar que te gusta un chico asombroso como Finn.
Chris, qué raro sonaba ese nombre cuando lo mencionamos ahora. Es una historia súper vieja, él me gustaba, pero nunca se lo dije y todos los días de su vida se dedicó a hacerme miserable, hasta que lo expulsaron de la escuela por golpear a un niño dos cursos menor que él. Era un idiota en serio.
—Es diferente; Chris no era mi mejor amigo.
Justo cuando terminé de hablar mi teléfono sonó indicando una nueva llamada.
Y era de Finn.
—¿Bueno? —dije cuando contesté.
—Hey Jack —me saludó. Escuchaba voces más allá de donde estuviese Finn—. Espérate —murmuró—. ¿Cómo estás, Jack? Oye, quería... —una exclamación de dolor sonó del otro lado—. ¡No me pellizques! ¡Yaaa! Ya voy. Jack, Sophia quiere hablar contigo.
—¡Hola, Jack! —me saludó ella igual de energética que siempre—. ¿Estás ocupado?
—Un poc--
—¿No? Qué bien, entonces ven a mi casa. Dentro de una hora estará todo el grupo completo para pasar un rato.
—Pero Soph--
—Te queremos, Jack. No faltes —y colgó.
—Qué mierda —expresé confundido. Volteé a ver a Nia y ella estaba con su ceño fruncido.
—¿Quién era?
—Primero era Finn, y luego Sophia.
—¿Y qué pasó?
—Quieren que vaya a una reunión de grupo —expliqué—. Pero no voy a ir.
—¿Por qué no?
—Pues porque tú viniste a visitarme.
—Entonces llévame a mi casa y luego puedes ir con tus amigos —me sonrió—. Vamos, Jack. Siempre soñé con verte así de radiante; desde que conociste a Finn tu depresión ha disminuido y--
—La depresión no se cura con una persona —expresé cortante.
—Lo sé; pero hay personas que te ayudan a volverla menos dolorosa.
Ella me miraba con cariño y comprensión. La quería mucho.
—Gracias, Nia.
—De nada. Ahora vamos a decirle a tu madre que iremos a mi casa y ya puedes pasar el resto de la tarde con ellos.
—Pero--
—Sin peros. Estoy tan emocionada de verte socializar con otras personas que no seamoss tu madre o yo.
La golpeé amigablemente en el brazo. Salimos de mi cuarto y luego de mentirle a mi mamá con que iba a pasar la tarde en casa de Nia, salimos juntos.
—¿Sabes? —habló en medio del silencio—. Espero que Finn te ayude a liberarte un poco de ese miedo que no te deja dormir por las noches.
—Deja eso, no me gusta.
—Llegamos —señaló su casa. Hace mucho que no la veía y estaba un poco cambiada, renovada—. Espero que un día puedas visitarme en serio.
—Seguro. Nos vemos, Nia.
—Suerte, Jack —y entró.
Sabiendo hacia dónde iba y con quiénes me encontraría, creo que sí necesitaría de esa suerte. Tal vez demasiado.
gracias por leer 💜
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𝐒𝐄𝐑𝐄𝐍𝐃𝐈𝐏𝐈𝐀 ; fack ✦
Fanfic𝐒 | donde finn salva a jack en medio de su intento de suicidio.