maratón 4/?
Sentía que el aire me faltaba.
Supongo que Finn comenzó a sentir lo mismo, porque poco a poco se alejó de mí. Al abrir los ojos, lo primero que seguí viendo eran sus pecas; pude haber seguido de esa manera, simplemente contemplándo, pero la realidad me golpeó derepente, y recordé que estábamos en público.
Miré a todos, y todos me miraron a mí. Sus expresiones eran de incredulidad, pero no de asco o desaprobación. Incluso Sophia sonreía como psicopata, y se notaba estar haciendo un gran esfuerzo para no gritar.
—Wow —dijo Chosen rompiendo el silencio en la habitación.
La pelirroja no pudo más y soltó un grito demasiado agudo y comenzó a zarandear a Wyatt.
—¿LO VISTE? ¿SÍ LO VISTE? —seguía gritando.
—Sí, lo he visto, Soph. Ahora respira.
—Buen beso —dijo Jeremy con una sonrisa.
Ambos nos pusimos colorados; giré mi vista hacia Jaeden, y sólo alzó los pulgares como un gesto de satisfacción.
Me sentía abrumado, acababa de besar a mi mejor amigo, enfrente de todos, y me había gustado... Nia tenía razón.
Ahora todos debían imaginar que yo era gay y me iban a hacer a un lado, como todos. Se burlarían de mí, y luego se alejarían.¿Por qué Finn había hecho eso? ¿Qué ganaba con evidenciarme frente a los demás? Probablemente él ya lo sabía, y se sintió molesto porque yo no se lo dije... tal vez por eso hizo aquello. Para vengarse de mí.
Sentí ganas de llorar, así que lleno de pánico me paré como pude del piso y salí de su habitación.
—Jack, ¡Jack, espera!
Todos comenzaron a llamarme, pero yo no me quedé a escucharlos. Bajé las escaleras a toda velocidad y luego salí de la casa, para tomar rumbo a la mía; la desesperación, la culpa, el miedo, la vergüenza, todas esas emociones me estaban lastimando el pecho. Sólo quería llegar a mi cuarto y encerrarme ahí hasta desaparecer.
omnisciente:
—Te dije que no funcionaría —repetía desde la última media hora el azabache—. Mierda, Sophia, te lo dije.
—Algo no cuadra —insistió Jaeden a sus amigos—. Él te correspondió, ¿no es así?
—No... bueno sí. Ay, no sé. Yo sólo podía concentrarme en lo que estaba sintiendo que no noté lo que sentía él.
—Pues nosotros sí que lo hicimos —dijo Chosen—. Y a él le gustó, no hay ninguna duda.
—Ahora, yo me pregunto —intervino Jeremy—. ¿Esto ya estaba planeado y yo no estaba enterado?
—×2 —apoyó el de piel morena a su amigo.
—Bueno, todo fue mi idea —confesó la pelirroja—. Y es que el día que lo hicimos, el idiota de Finn nos acorraló en mi casa porque pensó que le contamos a Jack que estaba enamorado de él. Lo siento chicos.
—Te perdono si me cocinas unas galletas de chocolate de las que das en navidad —negoció Jeremy.
—Bueno —accedió ella sonriente.
—¿Qué voy a hacer ahora? —se lamentaba Wolfhard—. Lo perdí, no va a querer volver a verme nunca más, tendré que hacerme cirugía plástica para poder pasar inadvertido y volver a tenerlo junto a mí sin que me reconozca.
—Estás dramatizando todo; ahora déjamelo a mí.
—¡NO! La última vez que "te lo dejé a ti" cometí esta estupidez y estoy a nada de perder a mi mejor amigo y al único chico que realmente me ha importado en mi vida.
Finn comenzó a llorar y a hacer gestos exagerados por su desesperación.
—YA BASTA —le gritó la única chica a su amigo—. Escúchame bien, renacuajo de quinta: soy tu mejor amiga y desde que llegaste a la puta ciudad no he hecho más que ayudarte; esta no va a ser la excepción, voy a hablar con Jack y te juro por mi vida que no vas a perderlo, él va a seguir siendo tu mejor amigo y las cosas seguirán su curso normal, ¿OÍSTE?
Él iba a contradecir una vez más, pero sabía que estaba siendo injusto con la chica. Ella tenía razón; desde que Finn se había mudado de Vancouver, Sophia lo había recibido con los brazos abiertos, y gracias a ella tenía sus amigos. Ella nunca le había fallado y nunca lo haría.
Una vez más, Wolfhard se refugió entre los brazos de su mejor amiga, y siguió llorando con pesar y preocupación. Quería confiar en que todo estaría bien, pero no podía evitar sentirse asustado.
Poco a poco, el resto de sus amigos se acercaron a donde él estaba, y entre todos lo reconfortaron con un cálido abrazo. Probablemente no podían sentir lo mismo que el azabache, pero si había algo que ellos podían hacer era evitar que cayera, o en todo caso, acompañarlo en la caída.
si ven errores, señálenlos por favor:c
¡gracias!
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𝐒𝐄𝐑𝐄𝐍𝐃𝐈𝐏𝐈𝐀 ; fack ✦
Fanfic𝐒 | donde finn salva a jack en medio de su intento de suicidio.