Super Bowsette Quest

Acto 2 Prologo: El caballero y su amado reptil

Ya habían pasado dos días desde la partida del amo Bowser hacia el Reino Sombrero, a pesar del poco tiempo que llevaba su salida, la falta de su presencia comenzó a ser demasiado palpable en el enorme castillo, antiguamente ninguno de los sirvientes extrañaría a su malhumorado jefe pero, luego de que su rey adoptara esa apariencia tan atrayente, la melancolía por la falta de su presencia llego por primera vez al castillo.

Muchos sirvientes estaban bastante conscientes de que, era un terrible error enamorarse de su rey, no solo por el hecho de que era un hombre, sino también por los terribles castigos que había propinado Bowser a todo aquel que trataba de pasarse de listo con él por su apariencia, eso dejo en claro que en el castillo parecía que reinaba la predilección por mujeres peligrosas y de carácter dominante.

De todos los sirvientes, uno en específico ya no podía soportar un minuto más estar apartado de su hermosa doncella, este sirviente en cuestión no era otro más que Goombartur, uno de los caballeros de alto rango del castillo y que, había quedado completamente prendado con solo un vistazo de tan bella y delicada belleza.

Goombartur no era muy diferente a otros Goombas, salvo por su legendario casco de caballero que, había sido no solo su insignia personal, sino que también lo que lo ayudo a ganar múltiples batallas y sobrevivir a encuentros que, solo los mas fuertes de corazón se atreverían a tomar.

Desde que vio aquella grácil figura siendo instruida por Kammy Koopa, sus pensamientos no habían podido apartarse de ella, incluso todas las veces que lo atraparon espiando el entrenamiento de su amo y fue severamente golpeado, pateado y quemado, no frenaron su deseo de hacer lo posible por conquistar a la encantadora damisela que se había transformado su rey.

Dejándose guiar por su suspirante corazón e ignorando toda razón y consejo de sus amigos y camaradas en armas, decidió partir en busca de su amada, empaco todo lo que creyó que le sería útil antes de abandonar el castillo rumbo a su incansable búsqueda, quizás no tenía mucha idea donde podría estar su amada pero, estaba seguro que no tardaría en encontrar información de alguien con tan encantadora presencia como la de ella.

Mientras tanto en la nave sombrero de lujo, Bowsette estaba en su despacho revisando sus cartas de navegación mientras fijaba el curso hacia el Reino de los Héroes, donde el antiguo mapa señalaba la ubicación de la primera pieza de la corona, en otras circunstancias partir ahí seria casi un suicidio, considerando que los habitantes de la zona no dudarían en atacarlo y hacerlo pagar por todas sus fechorías, pero afortunadamente con su nueva apariencia era casi imposible que lo reconocieran y, mientras viajara en una nave como esta y con el apoyo de la presencia de Peach, dudaba que fuera mal recibido en aquel reino.

Pensando en ella aun le costaba trabajo creerse los tres maravillosos días de viaje que había tenido con Peach, era simplemente un sueño hecho realidad convivir con ella de manera tan civilizada sin haber tenido que obligarla o secuestrarla, debía admitir que estos días de convivencia habían hecho que se enamorara incluso más de ella, su conversaciones eran interesante, sus modales eran encantadores y qué decir de su agraciada risa, definitivamente había tomado la decisión correcta al invitarla en este viaje, sus pensamientos fueron interrumpidos por unos suaves toques a su puerta que, reconocería en cualquier lugar.

-Pasa, la puerta está abierta-dijo en tono amable para que segundos después Peach emergiera de la puerta con su encantadora sonrisa y, con una charola con lo que parecía ser un almuerzo para dos personas.

-Has estado mucho tiempo trabajando en eso, no te vendría mal acompañarme en el almuerzo-dijo Peach en tono gentil.

-No tienes que preocuparte tanto por mí, pero sin dudas acepto tu propuesta-dijo Bowsette en tono seguro mientras sentía que su rostro se calentaba, que bien se sentía recibir este tipo de atención de Peach.