Super Bowsette Quest

Acto 4 El árbol maldito

Desde que llegaron a aquella maldecida tierra Bowsette, había intentado hacerse a la idea de que las cosas, resultarían ser más complicadas de lo que ya eran, como si no fuera suficiente tener que explorar un bosque que, no solo estaba rodeado de seres no-muertos y criaturas de pesadillas listas para asesinarlas y tomar lo que quedara de ellas como si fueran un nuevo recipiente de medio uso... sino que también ahora tenía que lidiar con la demente reina de este lugar... a estas alturas Bowsette sabía que necesitaría un tiempo muy largo de descanso luego de todas estas desventuras...

Queen Boo era de ese tipo de personas que, más te valía no ganarte su enemistad, no solo era toda una experta en la magia más oscura y corrupta que haya visto cualquier reino, era además una nigromante experta, manipuladora, maniaca y, aparentemente una pervertida de mucho cuidado, odiaba que ella se hubiera convertido en su principal blanco pero, al menos eso mantendría a Peach a salvo de esa tipa... no importaba que tan sexy se viera eso en la imaginación de Bowsette, no permitiría que esa loca se llevara la pureza de SU princesa.

Llevaban casi una hora caminando por el traicionero camino y Bowsette podía decir que el viaje había sido... interesante de alguna extraña manera, la compañía de Jill y Lucy no era un problema y de hecho, al parecer Lucy era la única que podía mantener a Queen Boo bajo control hasta cierto punto... lastimosamente eso no evito que Queen Boo les diera una pequeña exhibición de su gran poder...

Cada vez que se acercaba uno de esos miserables seres huecos, Queen Boo sin temblarle el pulso, lanzaba su magia oscura que, no solo quemaba por completo al malsano ser, sino que también quemaba sus almas como si quisieras darles una probadita del infierno antes de mandarlos ahí... Bowsette estaba segura que aquellos gritos descarnados de esas almas las atormentarían a todas por el resto de sus vidas...

Llegaron a un punto en el que, aquellos entes huecos comenzaron a literalmente huir de ellas, como si incluso la energía malsana que los poseía le tuviera pavor a la sola presencia de Queen Boo, al menos eso evito tener que ver más antorchas humanas que, no paraban de gritar hasta que lentamente eran reducidas a cenizas...

Paso un rato más antes de que llegaran a su destino, una especie de enorme zona baldía donde la tierra tenía una coloración azulosa pútrida, había un penetrante aroma que apenas era tolerable, el aire se sentía increíblemente frio en la zona y, como si esas señales no hubieran sido suficiente mala señal, las runas de la túnica de Bowsette no habían dejado de brillar desde que llegaron, incluso el resplandor era lo suficientemente intenso como para comenzar a molestarlos... ¿Qué diablos se escondía en ese paraje de desolación y muerte?...

-Bien, hemos llegado a nuestro destino-dijo Queen Boo en tono jubiloso.

-Supongo que el árbol debe estar protegido por algún tipo de barrera mágica-dijo Pauline en tono tranquilo mientras, su boca liberaba algo de vapor debido a la baja temperatura.

-Brillante y zagas Pauline, definitivamente estas captando más mi interés-dijo Queen Boo en tono seductor, Pauline solo le limito a ignorarla.

-¿Cómo pasaremos la barrera?-pregunto Jill con aire curioso, sus parásitos no había detectado ninguna barrera pero, no es como si fuera una experta interpretando sus mensajes... a pesar de llevar varias décadas con ellos...

-No te preocupes Jill, deja que la reina de este lugar se haga cargo-dijo Queen Boo con aire confianzudo antes de que sus ojos comenzaran a brillar de manera antinatural, casi de inmediato todas se hicieron a un lado.

El aura de Queen Boo comenzó a hacerse más notable, al punto de que pronto fue rodeada por unas extrañas flamas colores morados y lilas que, liberaban una energía que incluso a Bowsette le provoco escalofríos, Queen Boo levanto la mano antes de hablar en una especie de dialecto que nadie fue capaz de comprender y lanzar las llamas que la rodeaba que, comenzaron a formar un intrincado símbolo.