Acto 5 Debajo de la mascara

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Para sorpresa del grupo, Koopido resulto ser no solo un gran conocedor de la zona donde se localizaba el misterioso templo, sino que también la extraordinaria música de su mandolina fue pieza clave para apartar, la naturaleza cristalina que cuanto más avanzaban, más intentaba cubrirles el paso, como si estuvieran protegiendo celosamente la ubicación del santuario, al menos eso era una señal de que estaban en la pista correcta.

La zona era un enorme bosque que estaba hecho por completo de cuarzos de diferentes tipos y colores, las hojas de los árboles y la vegetación verde estaban compuestas de malaquitas, los troncos de los árboles o cualquier trozo de madera en el lugar eran de granate, algunas aves de color azul estaban hechos de lapislázuli, incluso Peach logro ver lo que parecían ser unas ardillas que estaban hechas de lo que parecía ser ámbar.

El suelo parecía un camino pulido de cuarzo lechoso que, de alguna manera daba la impresión de que alguien, se había tomado la molestia de dejarlo tan liso como un camino recién construido, avanzaron por unas horas observando la cautivante naturaleza del lugar, hasta que por fin llegaron al imponente templo.

Aquel santuario era una estructura enorme, imponente que estaba erguida en medio de la extraña naturaleza cristalina del reino, era una gran estructura de cristal que era parcialmente reflejante, pero no lo suficiente para cegar al grupo de aventureros, aquel santuario cuadrado tenía una especie de porche con columnas en frente de él.

Contaba con cuatro grandes cámaras que se extendían por todo el gran claro, en la cámara central se encontraba un enorme domo cuya fachada estaba cubierta por decoraciones talladas a mano donde, tal parecía que contaba algún tipo de leyenda o cuento sobre los constructores del enorme templo, pero lo que emociono al grupo fue que, en la parte superior de este estaba lo que daba la impresión de ser un dibujo de un fragmento de la legendaria corona.

-¡Lo logramos!-grito animada Jill antes de abrazar a Lucy.

-Debo reconocerlo señor Koopido, realmente cumplió lo que prometió-dijo Pauline con una sonrisa tranquila.

-No necesita ser tan formal conmigo mi hermosa alcaldesa, solo cumplo mi deber con las hermosas damas que existen a todo lo largo y ancho de este mundo-dijo Koopido en tono caballeroso y haciendo una reverencia.

-Bien si este... bufón termino su cometido, iré al frente a explorar la entrada-dijo Goombartur en tono decidido antes de encaminarse a la entrada del templo, no iba a permitir que ese... ¡Canalla! Siguiera luciéndose frente a su amada diosa de la guerra.

-Quien diría que los caballeros "puros" podían sentir celos kukukuku-dijo Boobell en tono divertido mientras levitaba algo relajada con su parasol en mano.

-Por favor Boobell, no molestes más al pobre Goombartur-dijo Peach en tono preocupado, la verdad le había parecido un milagro que Goombartur no se le hubiera arrojado encima a Koopido mientras recorrían el bosque de cuarzo.

Goombartur decidido, comenzó a subir las escaleras que llevaban a la enorme entrada del templo pero, cuando apenas puso un pie en el umbral de la puerta, una luz lo golpeo con tanta fuerza que, lo lanzo por los aires, azotándolo con fuerza contra el suelo, de inmediato, todas fueron a socorrerlo esperando que no estuviera herido de gravedad.

-Eso sí que fue un azote-dijo Boobell en tono divertido mientras Lucy y Peach ayudaban a Goombartur a ponerse de pie.

-¿¡Qué demonios fue eso!?-dijo Bowsette con evidente mal humor.

-Parece que lo que dice esa canción es cierto-dijo Koopido en tono tranquilo mientras comenzaba a tocar un poco su mandolina para desagrado de Boobell.

Super Bowsette QuestDonde viven las historias. Descúbrelo ahora