Super Bowsette Quest

Acto 7 Prologo: El camino que recorreré

A pesar de los daños causados por el antiguo espíritu destructor de la selva, la ciudad aun se mantenía hasta cierto punto intacta, afortunadamente la defensa que realizo el valeroso grupo de guerreros evito que la ciudad quedara devastada, pero desafortunadamente la jungla sufrió una gran cantidad de daños y, luego de un esfuerzo conjunto de las autoridades de la ciudad y el grupo de Bowsette, apenas fueron capaces de frenar el enorme incendio después de varias horas.

A pesar del cansancio y de todo el estrés físico y mental que llevaban todos desde que iniciaron su peligroso viaje por la selva, aun les quedaba algo importante por hacer, si bien ahora tenían el fragmento que tanto buscaban, este seguía siendo propiedad del clan de Shy Guys de la selva y Bowsette, no estaba dispuesta a quedar mal con Peach solo por robar ese cochino trozo de metal.

Luego de terminar con el asunto del incendio, el grupo se dirigió hacia la aldea de los Shy Guys y, por un momento Bowsette sintió un deja-vú al ver la destrucción causada por el infame grupo de mercenarios Caparazón Sangriento.

Había una gran cantidad de casas quemadas, casquillos de balas en algunas calles, puestos y tiendas destruidos, comida, objetos y artesanías estaban esparcidas en algunas calles y otras estaban completamente destruidas, pero lo que acabo preocupando a Bowsette fue la cantidad de heridos que estaban en la ciudad y... las visibles marcas en el cuerpo de algunos habitantes que, eran la marca insignia de aquel desalmado grupo... a Bowsette le costó trabajo ocultar una cara de visible malestar cada vez que veía a otro Shy Guy marcado.

Casi de inmediato Peach comenzó a prestar sus servicios como curandera mientras el resto ayudaba a traer a los heridos y verificar si no había gente atrapada en los escombros, bueno todos excepto Boobell, quien no había despertado desde que uso sus últimas reservas de energía para ayudar a derrotar al terrible dragón.

Mientras Boobell descansaba en el Royal Fortune, siendo custodiada por Koopido y Mortimer, el resto hizo lo que estaba en sus manos para ayudar, Jill y Lucy ayudaban a los heridos y los llevaban hacia uno de los pocos edificios que no habían sufrido daños, donde Peach y Shylass junto con los pocos voluntarios y curanderos que tenían aun fuerzas, curaban a cuanto herido llegaba.

Pauline y Hachi comenzaron hacer un recuento de daños y de perdidas tanto materiales como civiles, ambos vieron con notable frustración y enfado, los daños causado en los centros de salud de la aldea, escuelas, tiendas y lo que parecían ser lugares de retiro para Shy Guys ancianos, no podían creer a que grado habían llegado aquellos Koopas, a la aldea le tomaría meses recuperarse y solo si conseguían ayuda externa, casi de inmediato Pauline comenzó a mover sus contactos y cobrar algunos favores para que mandaran toda la ayuda posible, esta gente simplemente no podía quedar desamparada.

Goombartur se unió a una patrulla de civiles que, comenzaron a buscar en la selva el paradero de algunos exploradores que, habían ido a sus deberes de recolección de recursos y materiales unas horas antes de que llegaran los mercenarios, sus familiares estaban aterrados de que hubieran sido atrapados en el fuego cruzado cuando aquella bestia atacó y Goombartur, juró por su honor de caballero que no dejaría piedra sin revisar.

Bowsette y Morgana se ocuparon de la tarea de ayudar a limpiar el área de escombros y recuperar todo lo que no estuviera destruido junto con algunos aldeanos que intentaban de recuperar lo que pudieran de sus posesiones, cuanto más se acercaba la noche Bowsette, no dejaba de maldecir entre dientes al ver los daños causados por el grupo llamado Caparazón Sangriento.

Todo el daño se le hacía extremadamente familiar, aquellas zonas de su reino corrieron con la misma cantidad de destrucción y pronto, se dio cuenta de que querían asegurarse de que la aldea quedara como menos que un recuerdo borroso, el exceso de violencia usado en algunos ciudadanos se lo dejaba más que claro.