Super Bowsette Quest

Acto 3 Templo Subterráneo

Luego de que Peach se asegurara de que Bowsette no siguiera afectada por el veneno y que Goombartur se encontrara bien, los cuatro aventureros se acercaron a la entrada cavernosa que custodiaba la enorme planta, para su fortuna el mapa de Bowsette comenzó a brillar al acercarse a la entrada, lo que les indicaba que estaban en la pista correcta, Bowsette no estaba segura si podría evitar una rabieta sino hubiera sido así...

Utilizando la función linterna del arma de Pauline, junto con hechizo de fuego que hizo Bowsette para que los iluminara todavía más, los cuatro se internaron en las profundidades de la oscura cueva, esperando encontrar algo que les indicara donde se encontraba el dichoso fragmento de corona.

El lugar poco a poco fue revelando vestigios de una antigua civilización, las paredes de la cueva poco a poco comenzaban a verse más pulidas, como si los antiguos habitantes de la zona, hubieran decidido aprovechar lo que la naturaleza les había obsequiado para construir el sitio de descanso del grandioso fragmento.

El ambiente era polvoso y húmedo y, en un par de ocasiones tanto Peach como Goombartur habían tosido presos por el fuerte aroma, Bowsette estaba bastante acostumbrada gracias a sus excursiones a tumbas antiguas para... sustraer artefactos y reliquias de increíble poder que, aquel aroma apenas significaba una ligera molestia para su entrenada nariz.

Mientras Bowsette veía como Pauline les daba un poco de agua a sus dos compañeros, se preguntaba porque Pauline parecía no estar afectada por el aroma, siendo franca Bowsette, consideraba a la alcaldesa de New Donk como otra princesa pero con un cargo un poco menos pesado pero, al parecer había juzgado mal aquella mujer.

Aun recordaba cómo sus soldados le mencionaron que les había tomado bastante trabajo secuestrar a la alcaldesa y algunos de los habitantes de New Donk para su boda, al parecer la alcaldesa estaba dispuesta a luchar hasta las últimas consecuencias y, si bien no hubo ninguna baja mortal en su ejército, la mitad de las trompas que mando habían requerido asistencia medica... quizás debía vigilar más de cerca a aquella intrigante mujer.

Conforme avanzaban pronto encontraron vestigios de farolas de roca, antorchas colgadas de las paredes que llevaban toda una vida sin usarse, trozos de cerámica rota, algunos objetos de metal que Bowsette, intuía que se usaban para colocar inciensos y, lo que parecían ser murales que relataban algo aunque Bowsette no estaba muy segura exactamente qué.

Avanzaron por casi media hora hasta que llegaron a su primer obstáculo, una enorme puerta de roca completamente sellada, en la enorme pared de piedra donde estaba la puerta había una cantidad de escrito y jeroglíficos que Bowsette, vagamente se le hacían familiares y, justo a un costado de la puerta, había un altar con lo que parecían ser cuatro gemas de colores, rojo, verde, azul y blanco.

-Parece que llegamos a la primera línea de defensa del templo-dijo Pauline con aire tranquilo mientras, observaba con curiosidad las gemas del altar.

-Goombartur, ¿Puedes entender lo que dice en las paredes?-pregunto Peach con curiosidad, pues el pequeño Goomba no dejaba de mirar la pared frunciendo el seño muy concentrado.

-Creí que si mi querida princesa-dijo Goombartur soltando un suspiro resignado-Pero parece que mis conocimientos, no son suficientes para desenmarañar tan terrible misterios-dijo Goombartur en tono cansado.

-No te preocupes Goombartur-dijo Peach tocando con suavidad la cabeza de Goombartur-Encontraremos la manera de descifrar el acertijo-dijo Peach en tono animado, tratando de alentar a Goombartur.

-Parece que no hay nada en la base de datos de mi arma-dijo Pauline con un ligero aire de fastidio mientras apagaba la función de hologramas de su arma-Al parecer ninguno de los estudios arqueológicos actuales, tienen algo relacionado con esta escritura-dijo Pauline con aire sereno.