Acto 4 El Bosque de la Perdición

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Luego de que su nueva amiga Jill se prepara con todo lo necesario para la peligrosa travesía, y que su novia Lucy le entregara un pequeño almuerzo y un último beso de despedía para la buena suerte, el grupo de cuatro chicas comenzó a internarse en las entrañas del peligroso bosque.

Pronto Peach se dio cuenta de que, nada de lo que había vivido hasta el momento, la preparó para experimentar lo que sentía a cada pasó que daba en ese tenebroso bosque, la temperatura del lugar era incluso más fría que la del puerto y Peach, no solo le estaba costando respirar por el frio del ambiente, sino que también por la sensación de pesadez que sentía en todo el lugar.

El lugar estaba lleno de árboles muertos cuyo tamaño era suficientemente grande para compararse con el de una casa, los arboles estaban tan cerca uno del otro que Peach, no comprendía como sus raíces no se chocaban entre sí, la poca vegetación medianamente viva que había en el lugar, eran arbustos de aspecto demacrado cuyas hojas tenían un color verde muy oscuro.

El aroma del lugar era incluso más penetrante que el de la ciudad, era un olor a vegetación muerta y humedad con unos ligeros toques de putrefacción que invadían todo el ambiente, Pauline agradecía haber participado activamente en la construcción del drenaje y la planta de energía subterránea de la ciudad... porque de no ser por eso, probablemente no hubiera sido capaz de tolerar la fragancia de este bosque.

Bowsette por su parte se mantenía vigilante junto con la chica zombi llamada Jill, su túnica tenía runas especiales que le ayudarían a detectar la presencia de algún ser hostil pero, si algo había aprendido bien Bowsette en sus múltiples expediciones, fue a nunca confiarse y menos en un territorio tan hostil como este.

Por su parte Jill, tenía una mezcla de nervios y emoción a partes iguales, quien diría que una chica humilde como ella estaría liderando un grupo conformado no solo por uno, sino por dos miembro de la realeza de otros reinos y, la famosa alcaldesa de Ciudad New Donk, Jill debía admitir que tuvo que contenerse mucho para no gritar como una fanática y, no pedirle de manera emocionada y nerviosa a la alcaldesa Pauline un autógrafo, quizás si todo salía bien no solo conseguiría un autógrafo, sino también pases especiales para el festival de New Donk, ¡Definitivamente haría muy feliz a su amada Lucy ir aquel legendario espectáculo!

-¿Oye te encuentras bien?-preguntó Bowsette en tono curioso, estaba casi segura de que había escuchado una especie de chillido ahogado en Jill.

-Y-y-yo-dijo ligeramente nerviosa Jill-Si descuiden, ¡Estoy en perfecto estado y lista para servirlas su alteza!-dijo Jill en tono seguro y diligente, aunque un poco alto.

-Ya te dijimos que no nos debes de tratarnos como de la realeza, lo último que queremos es llamar la atención no deseada-dijo Bowsette en tono irritado, definitivamente la novia de esta chica tenía razón, a esta tipa realmente le faltaba más de la mitad de su cerebro...

-Lo siento su alteza... ¡Digo Bowsette!-dijo Jill bastante nerviosa, agradeciendo que sus mejillas no se pudieran encender de la pena.

-Tranquila Jill, no deberías estar tan ansiosa por nuestra presencia-dijo Pauline en tono amable.

-Lo lamento es solo que... ustedes son tan importantes y yo solo soy... bueno yo-dijo Jill algo apenada mientras se rascaba la nunca, ¿Como estas personas tan extraordinarias, podía tratarla como si fuera una más de ellas?

-Yo creo que eres una buena persona Jill, no debería sentirte menos cuando estoy segura de que eres una persona extraordinaria-dijo Peach en tono dulce y amable.

-M-muchas gracias por el cumplido Peach-dijo Jill visiblemente apenada pese a la falta de su sonrojo en el rostro, Jill ahora entendía porque decían que la sonrisa de la princesa del reino de los hongos era simplemente encantadora, aunque no se comparaba con esa sonrisa gentil y madura de su amada Lucy.

Super Bowsette QuestDonde viven las historias. Descúbrelo ahora