Cuando despertó estaba sola en la habitación. Y fue un alivio no verlo allí. ¿Porqué Dios era tan cruel? Estaba completamente enamorada de aquel hombre y lo tenía tan cerca y a la vez tan lejos. No podía olvidar quien era.
Se solía decir que era un mujeriego. Las amantes ocasionales no duraban más de un mes.
Aquel hombre lo que le hacía falta era alguien que lo amara de verdad. Alguien que le enseñará amar. ¿Sería posible eso? Se pregunto. Su jefe era un hombre frío, educado pero distante. Ella había conocido la parte amable y la no muy amable. Después de un largo tiempo se había acostumbrado a su mal humor y a sus comentarios sarcásticos.
Había empezado a ver una parte buena en él. Y lamentablemente había empezado a enamorarse de él. Tenía la sensación que él se escondía bajo aquella fachada de hombre frío, sentía que él podía dar más de sí mismo.Después de tomar una ducha. Se cambió y bajo a desayunar. Estaban todos reunidos en la mesa tomando el desayuno cuando llegó.
Tayler se paró de su asiento, fue a su encuentro.
Aquel día lucia una camisa azul remangada hasta el codo, con los tres primeros botones desabrochados y uno vaqueros negro que moldeaba sus fuertes piernas. Vestía formal. Se veía tan diferente a aquel empresario exigente.
-Estas preciosa -dijo. Lo suficientemente alto para que lo demás le escucharán. Lo dijo con sinceridad, aquella mujer era hermosa.
Por un momento se quedó petrificada, hasta que comprendió que se trataba de una farsa. Una parte de ella sufrió una desilusión.
-Gracia, cariño- se obligó a responder. Estaba un poco tensa.
Él sonrió y miro sus carnosos labios. Con aquel vestido veraniego, el pelo suelto Y el rostro libre de maquillaje estaba hermosa. Era una mujer hermosa pero era su secretaria, no podía olvidar aquello, se recriminó.
No obstante tenía que hacer la falsa creíble.
La tomó de la cintura y la atrajo hacia si y la beso.
Cuando sus labios se depositaron sobre los de ella, la pasión entre ellos se desató. Solo había planteado un pequeño beso, pero este se hizo más profundo.
Ella sintió una descarga eléctrica recorrer todo su cuerpo. Sintió una emoción fuerte y profunda como nunca antes le había sentido.Ella se quedó paralizada por un instante.
Él se vio obligado a separarse.
Tayler se apartó y contempló a la sonrojada chica delante de él. La temperatura de su cuerpo había subido.
Aquel beso no había sido falso, ambos lo sabían. Había surgido tan natural. Aunque ambos trataban de engañarse diciendo que era parte de la actuación.
Para los presentes no quedaron dudas de que la relación iba en serio.
Aquel día paso entre reuniones de trabajos. Al llegar la noche ambos estaban agotados. El viaje se había extendido, pues había parecido un nuevo cliente. Las cosas estaban resultando mejor de lo que él había planeado, almenas en el ámbito laboral.
La farsa continuó cada día, ella estaba deseando que todo aquello terminara. Puesta mientras más cerca de él estaba, más lo amaba. Estaba segura que extrañaría sus besos cuando todo terminara.
Aquel día él la recibió en la terraza con un beso que puso todo su cuerpo en alerta. Aún no terminaba de acostumbrarse a sus besos.
Ella tomó asiento a su lado, un poco avergonzada por el espectáculo presentado. Aunque debería estar acostumbrada. Él siempre se levantaba temprano.
Cuando ella bajaba a desayunar él ya estaba allí esperándola. Se pregunto si lo hacía con la intención de besarla. Pero luego alejo esa absurda idea de su cabeza. Solo era una farsa. Cada mañana después de saludarle con un buenos días, él la besaba con pasión.
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Entre un amor del pasado.(2- Serie magnates apasionados)
RomanceSu jefe Tayler ,era todo lo que una mujer podría desear eso, cuando no estaba gritando y de mal humor. Apesar de la frialdad que le caracterizaba . Miriam se enamoró de él nada más verlo. Después de un viaje de negocios ,que terminó en placer ,su...