17:Sorpresa.

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Sentada en la cama en pleno amanecer, mientras observaba a tras vez de la venta, el  despertar del sol. Recordó aquella  lejana mañana en la que había despertado en su brazo, él  le había observado durante una rato  casi con adoración luego le había besos lentamente, de eso había  sido casi un mes. Algo que tenía claro era que de no ser porque se encontraba débil por la enfermedad le hubiera hecho el amor allí mismo y ella sabía que no hubiera podido resistirse. ¿Como iba hacerlo?, siendo sincera consigo misma lo deseaba y no tenía la fuerza suficiente para resistirse a sus encantó, el hombre sabías como seducir una mujer. Sólo basta con un toque para que ella ardiera de pasión por él.

Todo había vuelto  a su carril. Tayler se había mantenido un poco alejado debido  al trabajo.
Tenía una montaña de papales  que firmar  y citas de negocios que realizar. Todo aquello se había acumulado  durante las semanas que estuvo enfermo, aquello le había contado una vez al teléfono, le llamaba cada noche sin falta. Hablaban de todo y durante horas.

Él le había pedido constantemente  que regresará a su trabajo. Lo había estado pensando durante mucho tiempo pero no se había decidido, hasta entonces.

Lo había pensado muchas veces, ya había tomado una decisión .
Aquel día le daría una sorpresa. Él  le había informado que su puesto estaba disponible en cuanto ella  quisiera regresar.

Esperaba no estar cometiendo un error nuevamente. La última vez había salido muy lastimada.

Bajo de la cama decidida, tenía que pensar  positivo, aquella vez todo  sería diferente. 

Lo suyo había terminado  antes de empezar.

Tomó una ducha y luego busco en el armario algo adecuado para el trabajo.

Al mirarse al espejo, sonrió complacida. Tal vez se había arreglado más de la cuenta.  Decidió dejarse el  pelo suelto para variar.

La larga cabellera risada caí en la espalda, gloriosa y brillante.

Sabia el horario de su llegada. Siempre había estado allí primero que él.

Cuando llegó  lo primero que hizo fue pasar por recursos humanos. Pero  no fue necesario decir nada, al parecer el jefe  ya se había encargado de todo por si ella decidía regresar. La secretaria suplente  fue reubicada  en otra planta.

Era bueno estar allí.

Supo que había llegado apenas escucho sus pasos. El hombre tenía pasos firmes.

No pudo evitar que su corazón se acelerará de emoción.

-Buenos días, señorita Harrison- dijo  interrumpiendo la conversación que tenía a través del celular.

Llevaba varios papeles en una mano y en la otra sostenía el celular. No miro hacia el escritorio,  de haberlo hecho se hubiera dado cuenta de que su nueva secretaria no estaba allí, y que en su lugar había otra persona.

Una persona que él  había estado esperando. Era un hombre muy observador, pero en los últimos días estaba teniendo  mucho trabajo  entraba temprano  a trabajar y salía pasada la medianoche. Tenía Que mantener el negocio estable  y seguir abriéndose paso en el mercado.

-Buenos días señor Takisto, me temo que la señorita Harrison  fue enviada a otra planta.

Se detuvo en seco al escuchar aquella voz que también conocía, la mano se quedó  frisada en el pomo de la puerta. Como  si se tratase  de una película giró la cabeza lentamente  y al ver la allí, sonrió de oreja a oreja. Una sonrisa  sincera, real y hermosa. Era un más apuesto cuando sonreía.

Entre un amor del pasado.(2- Serie magnates apasionados)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora