Miriam cada día estaba más radiante, se había recuperado a grandes pasos , no obstante el doctor le había advertido que tenía que seguir cuidándose. Tayler por su parte le consentía todos sus caprichos y siempre estaba al pendiente de ella. Cuando estaba en la empresa solía llamarla todos los días.
Aquel día Tayler y ella habían ordenado en línea los muebles para la habitación de la niña. Pero habían decidido ir personalmente a comprar la ropa.
- ¿Si sabes que es una sola niña, cierto?- le preguntó al ver la montaña de ropa ,peluches y otros objetos.
- Si ¿Porqué?
-Porque es demasiada ropa, en poco tiempo lo dejará todo.
-¿Así?
Su semblante se tornó dudosos, parecía incluso un poco inseguro.
- Si, por lo tanto no vale la pena gastar tanto en ropa-dijo a la vez que lo tomaba de la mano.
-El dinero no importa, quiero que no le falte nada.
- Lo sé. Y estoy segura de que así será, pero sobretodo nunca le faltará amor.
-La amo, es mía.
No tenía porqué sentir celos, al escuchar sus palabras. Como madre le hacía feliz que el amara su hija, estaba encantada con que él aceptará la criatura. Pero como mujer, como amante sentía celos porque él no la amaba, sólo la deseaba, pero el deseo era algo pasajero. Bien podía él sustituirla por otra. El deseo era un asentimiento fuerte en cuanto al sexo, pero no era un sentimiento sólido para formar una relación estable, para formar un hogar.
De regreso a casa, hicieron una parada en un restauran ordenado ron comida para llevar. Cuando llegaron a casa nubes grises cubrían el cielo.
-Hemos llegado justo a tiempo-dijo él.
-Se ha desatado el cielo -dijo mirando a través de la ventana como la lluvia mojaba todo a su paso.
Subieron algunas de la bolsas a la habitación.Tomaron el almuerzo en el salon.Luego se quedaron allí conversando sobre que nombre le pondrían a la nena.
Él timbre de la puerta, interrumpió la pequeña discusión que tenían, sobre el nombre de la niña.
-¿Espera vista?- le preguntó extrañado.
-No.
-Iré a ver quien es.
Pero apena se había puesto en pie, cuando Irina entro al salón seguida de empleada, a la mujer se le veía preocupada.
- No la pude detener- excusó.
- No hay problema.
-Tayler, querido. Me disculpo pero realmente necesito de tu ayuda. No podía esperar.
No pasó desapercibido para él, el ceño fruncido de Miriam.
- No atiendo asuntos de negocios en mi casa.
- Lo sé, me disculpo. Pero en verdad es urgente. Podríamos hablar en un lugar más privando.
Miriam se levantó del mueble donde estaba sentada, dispuesta a salir de allí antes de hacer o decir algo de lo cual luego se arrepintiera.
Pero cuando paso por él lado de Tayler, este le impidió salir.
-Es la madre de mi hija, puedes decir lo que viniste a decir delante de ella.
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Entre un amor del pasado.(2- Serie magnates apasionados)
RomanceSu jefe Tayler ,era todo lo que una mujer podría desear eso, cuando no estaba gritando y de mal humor. Apesar de la frialdad que le caracterizaba . Miriam se enamoró de él nada más verlo. Después de un viaje de negocios ,que terminó en placer ,su...