19:Furioso.

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Cuando volvió en si, aún estaba oscuro  el miedo le invadió.  Tenía  que salir de allí.  Le dolía la cabeza  y temblaba de miedo. 

Al tocarse la cabeza sintió algo  húmedo, miro su mano con manchas de sangre.

Se puso en pie aún mareada. Con cautela se dirigió a la puerta de salida. Rogando que aquel hombre  se hubiera marchado.

Cuando al fin salió  de casa, corrió  hasta la casa de su vecino, afortunadamente  este era de sueño ligero.  Cuando  la vio, le hizo entrar de inmediato.

-¡Dios santo! Entra criatura ¿Qué te paso?- el señor  Dmitry   le hizo pasar.  Era un señor mayor el cual vivía con su esposa, tenía el pelo canoso  por su edad. Era una persona  amable, al igual que su señora. 

Le contó  parte de lo sucedido entre susurros temblorosos. Quería llorar pero  el miedo hasta eso le había paralizado. El nudo en su garganta no le dejaba respirar.

No pasaron ni cinco minutos cuando se escucharon las sirenas  de la Policía y la ambulancia.

Le curaron  la herida, mientras los oficiales de la policía  revisaban  la casa y examinaban  la zona.

Ella aun estaba en shock. Su vecino había  sido quien había hablado con la policía.

-¿Desea llamar a alguien?¿ Podemos llamar a alguien  que venga por usted? No es seguro que pase la noche en casa. Mañana  cuando este más tranquila  tomaremos su declaración- le dijo el oficial amablemente   al ver la joven  aún temblando.  En aquellos casos las víctimas  solían resultar  lastimada  de una forma u otro  y en el peor de los casos  muerta.  Aquella chica había tenido suerte hasta cierto punto.

En cuanto  tubo el teléfono en mano el cual  le había  facilitado el policía,  llamo a Tayler, el celular parecía estar apagado. Intento  llamarlo  al teléfono de la casa , pero este sólo sonaba.

-Por favor-susurro, angustiada.

Desesperada marco el de la oficina,  cabía  la posibilidad  de que él estuviera allí pero  al igual que el de casa sólo sonaba.

Se abrazo a si misma, aun temblando lo necesitaba tanto.  Estaba sola allí, su casa no era segura por el momento.  Aún le dolía  cabeza y se sentía mareada.  Él ladrón le había golpeado  tan fuerte que había caído inconsciente.

Allí estaba ella otra vez, pero aquella vez no le miraba con odio  si no con tristeza. Vio las lágrimas  en sus ojos, intento  acercarse a ella, pero cada paso que daba ella se alejaba más.  De pronto no era Zoé la chica que lloraba. Mirian, ella estaba allí  llorando, pero no sabía porque.  Corrió  hacía ella para estrecharla  en su brazos, pero ella desapareció.

Despertó  sobresaltado y aun mas confuso.

Tayler  se había quedado  dormido,  sentado detrás del escritorio.

El sonido del teléfono  le hizo  volver  en si, pero  no fue lo suficientemente rápido  para tomar la llamada.

Le resuelto extraño aquella llamada, busco  el número Y devolvió la llamada.

Apenas escucho lo que le dijeron salió corriendo  de la oficina.  Se montó en su coche y arrancó tan rápido como pudo. En cuestión de minutos  llego a su destino. Era una suerte que las calles estuvieran  solitarias a esa hora.

Apenas llegó vio el auto  de la policía  y la ambulancia. Él policía que había contestado  no le había dicho que ella estaba herida.

Su corazón  se acelero, corrió hacías la ambulancia, rogando que ella estuviera bien.

Cuando entró a la ambulancia, la vio sentada en la camilla, ella se abrazaba  a si misma y temblaba, tenía una venda en su cabeza.

-Mirian-susurro, para no asustarla.

Ella lo miro con ojos llenos de miedo y entonces  empezó a sollozar. Tal como había visto en su sueño.

Él la brazo  con fuerza y  beso su cabeza con cuidado para no lastimarla.

-Tranquila cariño, estoy aquí. No dejaré que nada malo te pase. Tranquila...

Continuó susurrando palabras  de apoyo  mientras ella lloraba. A pesar de lo furioso que estaba, hervía  de rabia, quería encontrar aquel maldito  y matarlo por lo que había hecho.  Domino su rabia por ella, era lo que menos necesitaba en aquellos momentos.

Lloraba de alivio, él  estaba allí, sólo sus brazos podían brindarle  la seguridad que necesitaba. Lo abrazo con fuerza, el calor de su cuerpo le tranquiliza.

Había visto su rostro, ella estaba en  estado  de shock, su rostro pálido, como de color grisáceo

Cuando se calmó un poco le ayudó a salir del ambulancia. Hablo brevemente con el policía  a cargo, sin soltarla. La dejo en el coche y luego se subió a su lado. De camino ninguno hablo, pero él la miraba de vez en cuando. La preocupación era notable en su semblante.

La llevo a su apartamento.

Una vez en el ascensor  él  la abrazo nuevamente. Sólo se despegó de ella para abrir la puerta.  La tomo en brazos y ella lo rodeó con sus brazos, le dejó en la cama, aún temblaba.  Odiaba  verla  así.

- No te vallas - dijo al verlo alejarse.

Él  regreso  a su lado de inmediato.

- No iré a ningún lado, sólo haré una llamada.

Ella asintió, un tanto avergonzada. Pero  aun estaba asustada y dolorida.

El doctor llegó tan rápido como  se le hizo posible. Tayler lo recibió  y lo llevo hasta la habitación. Ella parecía dormida  pero él  sabía que no lo estaba, habían estado acostado un buen rato hasta que el timbre de la puerta le había interrumpido.

Ella no protestó , ni hizo preguntas cuando vio el doctor.  Él  le había explicado  que quería  que un especialista le examinará la herida.

Él doctor  la examinó bajo la atenta mirada de él, el cual no se despegó de ella en ningún instante.

Tayler  apretó  los labios y su mandíbula se tenso  al verlo las marcas en sus brazos.  Se juró  encontrar aquel maldito  y hacerlo pagar por lo que le había hecho a su chica.

Se sentía tan culpable, tan solo si le hubiera prestado más atención, si le hubiera convencido para que pasará la noche con él. Pero en vez de eso la había  evitado y casi ignorado  todo el día, debido  a su remordimientos.

En cuanto ella se durmió, por el calmante que le había inyectado el médico, salió de la habitación con este.

-¿Cómo está?- pregunto, quería una repuesta más precisa.

-Por su estado, es notable que sufrió  un trauma. Y sea lo que sea que ha sucedido  le a hecho revivir aquello. Estaba muy nerviosa  y asustada. Además de la herida en la cabeza, tiene marcas en los brazos, al parecer alguien la agarro con brusquedad.

Él médico lo miro con una interrogante  en sus ojos.

Él  supo de inmediato las conclusiones que estaba sacando aquel hombre.

-Alguien entró a su casa y la atacó. Fue un robo-aclaro él-Yo jamás golpearía una mujer-remarco para dejar  bien claro que él no le había ocasionado las heridas.

-Bien. No es recomendable  que este sola, aunque dormirá un largo rato por los medicamentos.

Le pago por sus servicios  y lo acompaño a la puerta.

Luego regreso junto  a ella. Se acostó a su lado y la atrajo hacia si. No podía perderla a ella también, era la único real y verdadero  que tenía.  Era una mujer hermosa no sólo físicamente.  Era amable, inteligente, trabajadora, apasionada.  Tenía  que tener más cuidado con ella. Tenía que dejar se pensar en Zoé, dejar su tormentoso pasado atrás, antes de que este lo arrastrará a los dos.  Ella  no merecía  aquello. Por su bien  y el de él , tenía que sacar a Zoé de su mente.

Él problema  era que no era tan fácil  hacerlo, no cuando la culpa lo perseguía.

Que les pareció?

Entre un amor del pasado.(2- Serie magnates apasionados)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora