12:Decisiones.

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En algún momento  ella se percató  de que habían dejado la ciudad atrás.  Allí le carreta era adornada   por densos  árboles a ambos lados.

-¿Dónde estamos? ¡Quiero irme a casa  ya!

El auto  salió de la carretera  y se adentro por un camino de tierra.

-¡Detente!-grito ella.

-Para de gritar, no estoy  sordo. Vamos a hablar en un lugar tranquilo. Si después de eso no me quieres ver, te dejare en paz

-No quiero ir a ningún lugar tranquilo. Detén el auto, da media vuelta  y regresemos- dijo cada palabras con fingida calma.

Ella había estado tan concentrada en lo que decía que no había escuchado el ruido  que había producido una de las llanta del auto al pincharse.

Él  por su parte detuvo el auto. Juro en silencio.

-Bien, ahora llévame a casa- dijo, pensando  que había detenido el auto para hacer lo que le pedía.

- Eso no será posible.

-¿Cómo que no será posible?

-El auto  se ha averiado.

-¡No!

Bajo del carro furiosa.

-¡Has que funcione!

-¡No soy mago !-exclamo- una de las llantas  se pinchó.

-Todo los hombres saben algo  de mecánica.

-No puedo saberlo todo. Nunca he tenido la necesidad  de arreglar uno. Y No tengo llanta de repuesto.

Ella lo fulmino  con la mirada.

- ¡De que silbe gastar tanto dinero  en un trapo de auto  que se daña de nada! 

Después  de decir eso, empezó a caminar  por donde habían llegado. Murmurando algo a cerca de lo inservible   que eran los autos  de lujo  y sobre lo estirado que era él.

Él  la miro con una sonrisa  en su rostro, tal vez el destino estaba obrando  a su favor.

La alcanzó en dos pasos y se colocó a su lado sin tocarla.

-No podemos regresar, está muy oscuro-intento razonar con ella.

Ella se detuvo  y lo miro.

-No sé tu, pero yo no pienso quedarme aquí en medio de la nada- dijo, haciendo gesto con su manos señalando  a su alrededor.  Había árboles por dondequiera y la única luz que había era la de la luna.
-Como quieras, tengo una cabaña más adelante, está a poco pasos. Pasaré la noche allí , si quieres puedes venir conmigo.

-No pienso ir  a ningún lado contigo, tu planeaste esto-empezó caminar nuevamente. No confía en él, todo lo que estaba pasando era su culpa.

- ¿Crees que yo planee que mi auto  se dañara? eso es el colmo- dijo ofendido, luego su semblante se suavizo y agrego-Suerte entonces, cariño. Hay muchos animales que salen en busca comida en la noche.

Él se hecho a andar indolente y con sonrisa plasmada en el rostro.

Escucho unos pasos detrás de él.

-Me alegro que cambiará de opinión.

-No lo hago por ti. No quiero ser la cena de ningún  animal. Mañana a primera  hora de la mañana regreso a la ciudad.

-Como digas jefa.

No tuvieron que caminar mucho  para encontrar la cabaña. Aunque aquello no parecía una cabaña, era más una casa de campo.

Entre un amor del pasado.(2- Serie magnates apasionados)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora