15:Enfermo.

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Despertó un poco desorientado, solo basto una mirada  a su alrededor para saber donde estaba.

El dolor le recorría todo el cuerpo, sentía  la ropa húmeda y la  boca seca.

Había  ignorado los síntomas, por eso  se sentía peor. Se había  quedado  dormido  en el sofá, aquello si que era extraño. Sólo recordaba que había cerrado los ojos un momento  en lo que ella  se alistaba.

No sabia que hora era, pero  por la ventana vio la oscuridad que envolvía  la noche.

Miro  su reloj, pero  veía los números borrosos. Renuncio a la tarea de ver la hora.  No podía  ni siquiera  coordinar sus pasos.Su caminar  era un tanto inestable.

El malestar  se había intensificado, al pasar  las horas.

Encontró el objeto  de sus malas noche  en la cocina. Allí estaba ella, estaba de espalda, no podía  ver lo que hacia. 

Su larga cabellera  estaba  suelta, se había cambiado de ropa, el vestido le quedaba  perfecto. No disimulada ninguna de sus curvas. Estaba descalza, pero  apostaba que anteriormente sus pies  habían estado adornados por  algunos tacos, como si se tratara de confirmar su pensamientos, vio la zapatillas de tacón  en un rincón de la cocina. 

Como si ella  hubiera  detectado  su presencia, se giro y lo observó. Inmediatamente  su semblante cambio.

Dejo lo que estaba haciendo y se acerco a él, tenía mal aspecto.

-Pareces enfermo, siéntate.

-Solo estoy cansado, necesito dormir  más, ya se me pasara- dijo, al ver el semblante de preocupación de la joven.

Tomo asiento  en la silla que ella le indicó.

-Deberías ir al médico.

-No es nada. Disculpa  que me quedara dormido en el  sofá.

-No tienes porque  disculparte. No estás  bien, tu cuerpo lo necesitaba. Así como necesitas ir a un medico.

- Lo único que necesito  es a ti-dijo levantándose de la silla.  Su cuerpo protestó  pero  se mantuvo firme, almenas tan firme  como podía según su condición.

Ella no se alejo, cuando  él la rodeó con sus brazos , sintió  el calor que desprendía  su cuerpo.

-¡Estas ardiendo!

-Es por ti-dijo juguetón.

-No es momento de bromas.  Siéntate, te prepararé  un té.

-Si jefa.

Ella lo miro sin una pizca  de gracia.
Minutos más tarde le entrego una taza de té, y unos analgésicos. Esperaba que aquello  al menos  le  ayudará a bajar un poco la fiebre.

-¿Qué es esto?-pregunto, viendo  la pastilla que ella le extendía.

-Solo tómalo, te sentirás  mejor. La cena  casi está  lista.

Minutos  mas tarde se sentía mejor, al menos podía coordinar sus pasos. Habían  tomado  la cena en la cocina, él  apenas había comido.

- Sera mejor que me valla.

Se acercó a ella  y esta vez la beso sin rodeo.

Seria tan fácil dejar todo atrás y acostumbrarse a aquello. Pero  no, no podía  caer tan fácil.

-No debiste hacer eso- le recriminó, retomando la compostura.

-Disculpa. Tienes  razón pero ya no podía  aguantar más. Sin tus dulces labios.  Nos vemos mañana.

Entre un amor del pasado.(2- Serie magnates apasionados)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora