16:Entrelazados.

31.2K 1.8K 15
                                    

Despertó  solo en la habitación. Pero  vagamente  recordaba   una suave  voz que le susurraba  al oído palabras que no podía entender y una  mano que le acariciaba el pelo. No estaba  del todo seguro  si había sido un sueño o algo real.

Se sentó en la cama con un poco de dificultad , se sentía un poco  mejor. Aunque  era consiente que no del todo. Aún se sentía débil y aquello  le molestaba de cierta forma. 

En aquel momento  la puerta se abrió.

-Veo que te has despertado-dijo a la vez que avanzaba  con una bandeja en mano, hacia él.

No pasó desapercibido  para ella el ceño fruncido en su rostro.

-Te traje algo  de comer- dijo, un poco vacilante, él  parecía estar molesto. Tal vez  le molestaba que estuviera allí.

-Ahora lo único que quiero es estar solo- su voz sonó seca sin emoción.

Ella se sintió  de sobra, no sabía que había cambiado, él se había  mostrado  complacido  de que estuviera allí horas antes.

- Disculpa  la molestia- se giró sobre sus talones dispuesta a irse. Pero  su voz le detuvo.

-Quédate- le pidió, estaba vez su voz era suave  y amistosa.  Hacia tiempo  que se había acostumbrado  a no necesitar  a nadie. Se había vuelto un solitario.

-No te entiendo-dijo confusa y molesta.

-Me disculpo. No eres una molestia- un ataque  de tos le hizo  parar de hablar.

Ella dejo la bandeja  en la mesita  y se acerco a él.

-No hables, aún estás  débil. Tienes  que descansar.

Tomó un poco de agua, del vaso que ella le extendió.

-Déjame explicarte. Es sólo que me molesta  estar  en esta situación. Estando  así no puedo encargarme de mi trabajo, tengo una empresa que manejar, empleados que dependen de mi y negocios que cerrar.

Él se había referido al trabajo, pero ella sabía  lo suficiente  como para saber  que lo que realmente  le molestaba era el hecho de estar  vulnerable hasta cierto punto,  depender  de otra persona. Claro  que no iba a decírselo, pero  ahora podía entender  el cambio de humor. Era un hombre, autoritario, implacables,mandon,activo, la lista era larga . El hecho  de tener  que necesitar  ayuda de otra persona estando tan débil, no era fácil para él. Allí la postura  de hombre  de negocios, había  caído. Sólo era un  hombre enfermo, eso sí uno muy guapo  a pesar de su estado  de Salud.

Con su ayuda se tomó un poco de  sopa.

Dejo la bandeja sobre la mesita  y se sentó en un lado de la cama.  Tocó su frente y se percató de que al menos  la fiebre  había bajado. Pero  por su gestos  sabía que el dolor de cabeza persistía.

Tomó un frasco  de la mesa y le dio una pastilla de la que el doctor  le había  recetado.

-Es para el dolor de cabeza.

-¿Cómo lo supiste?- cuestionó.

-Mi hermano solía sufrir de migraña con frecuencia . Asique por tus gesto  lo deduje. 

-Entiendo.

Le hubiera gustado hacer más preguntas, pero estaba sintiéndose  un poco mareado.

-Debo ir me.

Al pronunciar  aquellas palabras captó  toda su atención.

- Lo sé, agradezco  tu ayuda cariño. Me disculpo por lo sucedió  hace rato. Lo estoy  agradecido que este aquí .
Ella le regaló una encantadora sonrisa.

Ella no quería irse y él no quería que ella se fuera. Pero  ninguno dijo nada.

-No olvides tomar los medicamentos. Si no lo haces puedes  volver  a estar como al inicio.

-No lo haré, descuida. Tengo trabajo que hacer.

-Bien, la medicina empezará  hacer  afectó pronto. Si necesitas  algo  no dudes  en llamar.

Él medio asintió y le regaló una sonrisa  de lado.

Después de eso salió de la habitación.

Tayler por su parte paso el resto del día en cama.

A la mañana siguiente despertó  mucho mejor.

Estaba aun en cama el  reloj apenas marcaba la 7:00 de la mañana, cuándo su celular sonó. La noticia  que le dieron  hizo que  su cabeza martillara de dolor nuevamente. 

Unos de sus clientes más importante había irrumpido  en su oficina exigiendo  hablar con él. Por lo visto el hombre estaba molesto por algo, de lo cual no tenía  idea que era.   Se negaba a hablar con nadie  más, exigía que fuera  él quien le atendiera personalmente.

No fue una tarea fácil levantarse Y vestirse.

Cuando  los ataques  de tos  se manifestaban, lo dejaban  sin aire y un terrible dolor en el pecho.

A pesar de que vestía impecable y a la medida como siempre, apenas  puso  un pie en la empresa sus empleados  se percataron  de su palidez.

El problema  había surgido debido  a que el hombre  alegaba  que había recibido  una factura  con una cifra mayor a lo acordado en el contracto.


El problema se había resuelto  casi de inmediato, pues al investigar  se había percatado de que todo había  sido un error. La factura pertenecía a otro cliente. Debido a la similitudes  de nombre  había surgido  el error.

Después de aquello el hombre se retiró calmado  e incluso se disculpó por el escandalo.

A pesar de su estado, el hombre de negocio había surgido, había resuelto el problema. Era bueno en aquello.  

Lo que si era un hecho , era que se sentía fatal y el clima  húmedo  no ayudaba. 

Había dejado el coche fuera del estacionamiento, en su afán por llegar deprisa.
Apenas salió una ráfaga  de viento frío le golpeó. Con largo paso llegó al coche y para cuando   entró a este, estaba mojado por la fuerte lluvia que caía.

Apenas  llegó  se despojó de la ropa húmeda. Se envolvió  en el albornoz   y se recostó en el sofá. Estaba cansado de estar en la cama .Se tomó una pastilla para el dolor de cabeza y cerró los ojos.

Estaba casi dormido  cuando escuchó  el timbre. Con pasos pocos  firmes  se dirigió  a la puerta. Tenia los ojos entrecerrado pues la luz le molestaba.

Apenas lo vio supo, que algo había sucedido. El hombre estaba pálido  y parecía  peor  que el día anterior.

-¿Que hiciste?- le reprochó  en voz  baja. Para evitar  hacer ruido. Pues apenas  podía  abrir los ojos.

Vio la ropa  mojada amontonada  a los pies del sofá. 

-¡Dios santo! ¿Como se te ocurre  salir en estas condiciones? Esta lloviendo  a cántaros.

-Un asunto urgente en la empresa requería de mi presencia- su voz estaba  totalmente ronca.

-Pues si lo que quieres es sanar, lo estas haciendo  muy bien-dijo con sarcasmo.

Paso un brazo por su cintura y le ayudó a subir a su habitación.

Él  no protestó, simplemente se dejo guiar.

La medicina había empezado hacer efecto  y se sentía  aturdido. Sólo fue cuestión de minutos para que él  se quedará dormido.

Ella por su parte estaba angustiada  y  agotada. Había tenido una noche pésima. No había podido dormir, sólo pensando en como él estaría.

El cansancio hizo malla en ella, tomo. Una silla y la acerco a la cama,  se sentó allí junto a él, tomo una de sus grandes  manos en la de ella,arescosto la cabeza en la cama Y allí se durmió.

La escena era un tanto tierna, ambos dormían profundamente.


Él  fue el primero  en despertar. Afortunadamente  el dolor había pasado. Se sentía mucho mejor y estaría perfecto de no ser por la tos.

La observó dormir, estaba en una posición  incómoda.  Se levantó  de la cama y la acomodó  en el lado que había estado vacío. Se acostó junto a ella y la acorruco en sus brazos.

Ahora podía  ver el cansancio  en su rostro  y la ojeras.  


No tardo mucho en dormirse  nuevamente. Era bueno tenerla allí en sus brazos.  Sólo bastaba un toque para que la pasión quemara su piel. 


La miraba  con ojos de ángel, era más que deseo, más que pasión. Pero  aún no encontraba un nombre para definir lo que sentía por ella o tal vez sólo no se había dado cuenta de sus sentimientos.

Estaba tan cerrado a amar de nuevo que rechazaba la sola idea de volverse a enamorarse   no obstante ella era especial.  

Casi salgo de vacaciones, así podré terminal la novela, he durado mucho tiempo. Pero   no tengo tiempo suficiente  para concentrarme y escribir espero comprendan.

Entre un amor del pasado.(2- Serie magnates apasionados)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora