No tenia que levantar la vista para saber que él había llegado. Había algo en su presencia que le delataba.
-Buenos días, señorita lewis- el saludó fue formal como de costumbre. Pero hubo algo en su tono que le hizo fruncir el seño.
-Buenos días, señor Takisto.
Él apenas la miró y entró a su despacho. Ella lo observo con recelo. Parecía de mal humor aquella mañana. Lo cual le parecía extraño debido a que la noche anterior , la había pasado bien. No había notado ningún cambio en él. Todo había sido como siempre.
-¿Que le sucede?- se preguntó en voz alta, con un mal presentimiento. Algo en su interior le advertía que algo malo se avecinaba, era como una corazonada.
Minutos después la observo entrar. Le resultaba difícil lo que tenía que hacer. Mirian era una chica muy diferente a las que había conocido.
Su postura era tensa y parecía más sulfurado que antes su jefe estaba sosteniendo una acalorada discusión por teléfono. Decidió retirarse y darle privacidad.
Cuándo volvió a entrar, la situación no había mejorado mucho.
-¿Que quieres?-cuestiono, con brusquedad.
Pudo notar la sorpresa reflejada en su rostro, debido a su cambio de actitud. Pero lo hacía por su bien. Era lo mejor, se repetía a cada rato. Aquello no era agradable para él. Después de aquello todo volvería a la normalidad. Además aquella llamada de su padre le había alterado aún más.
-¡Se pude saber que te pasa!- exclamó ella visiblemente molesta. Su actitud había logrado al fin sacarle de sus casillas
Al final lanzó un suspiro, no sabía que pasaba pero era notable que tenia que ver con ella. La noche anterior se habían despido como de costumbre. Él no le había dado señales de que estaba enfadado. Y ella no le había dado motivos para eso.
Se levantó de la silla y se acercó a ella.
Su postura le intimidada. Con un traje azul marino a la medida y aquellos ojos negros, que le miraba con frialdad. Se sentía en desventaja.
-Recuerda cuál es tu lugar, solo eres una empleada más- dijo, mirándola con frialdad.
Mirian se quedo paralizada ante su mirada, le miraba como si ella hubiera cometido un cruel crimen.
En aquel momento deseo que se abriera un hoyo en el suelo y se la tragara. Se sintió avergonzada y humillada.
Ella no dijo nada ,solo asintió, simplemente salió. Antes de que sus ojos brillosos delataran sus sentimientos.
Por otro lado , Tayler se maldijo asimismo al ver el brillo en sus ojos. No había querido ser tan brusco. Pero tenía que hacer lo correcto.
Se sentía enfadada, el la había usado y tirado como un trapo viejo. Pero el dolor que sentía no se comparaba con nada.
A la hora de almuerzo,salió de la empresa tan rápido como pudo. No porque tuviera hambre, si no porque necesitaba calmarse.
No había derramado una sola lágrima, porque sabía que si empezaba no sabría como parar.
Sentado en la parte superior de una hermoso restaurante se pasó la hora se almuerzo pensando. Pago por una comida que no probó.
Tomo el ascensor y marco el número del piso al que iba.
Apenas llego a la planta deseada, se encontró con Tayler frente a su escritorio.
-Llegas tardes- le recriminó.
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Entre un amor del pasado.(2- Serie magnates apasionados)
RomanceSu jefe Tayler ,era todo lo que una mujer podría desear eso, cuando no estaba gritando y de mal humor. Apesar de la frialdad que le caracterizaba . Miriam se enamoró de él nada más verlo. Después de un viaje de negocios ,que terminó en placer ,su...