Durante los siguientes días ella se mantuvo distante. Algo que él noto.
Lo evitaba todo lo que podía e inventaba las excusas más absurdas.
Aquel día no fue diferente.
Cansado de su actitud, la acorralo en su oficina. Iba a poner punto final a aquello.
-¿Qué sucede?- pregunto sin rodeos.
-¿Con qué?
Él la miro con el ceño fruncido.
-Con nosotros-gruño.
- Nada-contesto a duras penas. Aunque en su interior quería gritar y reprocharle.
-Si algo va mal, necesito que hablemos. Sabes que eres muy importante para mi-dijo con ternura.
Pero no me amas, le recriminó en sus pensamientos. No podía continuar así.
-Solo estoy un poco cansada, en los últimos días no me he sentido muy bien.
-Debiste decírmelo, te llevare al médico de inmediato.
-No, estoy bien. Es solo cansancio.
-Cariño, no te vez muy bien.¿ Segura que estas bien?
- Si-contesto. Agradeció estar sentada porque nuevamente allí estaban aquellos mareos. Además lo último que necesitaba de él, era que se portada tierno.
Al llegar el medio día no se sentía mucho mejor, pero como iba a sentirse bien cuando su corazón estaba destrozado.
Entro a la sala de junta y se sentó al lado de él, como era de costumbre.
Lo observó dirigir la reunió con liderazgo. Era muy bueno en su trabajo.
-Mirian, puedes impartir las carpetas con la información del nuevo proyecto -le pidió una vez terminó de hablar.
Ella noto alarmada que la había olvidado en la oficina de él.
-Creo que la olvide en tu oficina, iré por ellas.
Él asintió y la miro al salir con preocupación. ¿Que estaba mal? se pregunto nuevamente.
Escucho la puerta abrirse, una de las secretarias se acercó a él y con discreción que comunicó algo.
Inmediatamente dejó todo y salió tan rápido de allí como pudo. Su salida no fue nada discreta.
Cuando entró a su oficina, la vio inmóvil en el piso.
Un creciente miedo lo invadió. Soltó una maldición.
Se arrodilló a su lado y la tomo en brazos, estaba completamente inconsciente, la llevó hacía el sofá.
-Mirian-dijo-vamos cariño habré los ojos-nada, ella continuaba inmóvil.
Tomo el pañuelo que solía llevar en el bolsillo y lo humedeció con un poco de agua, del vaso que le había pasado la joven.
Lo paso por la frente, las mejillas, entonces noto que parpadeaba-eso es abre los ojos-le animo. Sin dejar de acariciar su cabeza.
-¿Qué pasó? - le preguntó a la otra mujer.
- No lo sé señor, pasaba por aquí y escuche un fuerte ruido, por eso me atreví a entrar -aclaro rápidamente pues sabia lo receloso que era su jefe con su intimidad -la vi tirada en él suelo y sólo pensé en informarle.
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Entre un amor del pasado.(2- Serie magnates apasionados)
RomanceSu jefe Tayler ,era todo lo que una mujer podría desear eso, cuando no estaba gritando y de mal humor. Apesar de la frialdad que le caracterizaba . Miriam se enamoró de él nada más verlo. Después de un viaje de negocios ,que terminó en placer ,su...