You can be my daddy 2 season [WSPtgn]

18.- No le digas la verdad.

La manera en la que YoonJi se lo dijo, fue fría, escalofriante y poderosa. Como un balde de agua helada. Jin lo sabía ¡Diablos! Por supuesto que lo sabía, pero escucharlo de la mujer que tanto amaba sobrepasaba cualquier expectativa. Pues lo que tanto deseo por demasiado tiempo, resulto ser una realidad.

Del amor que existió entre ellos dos, salió un ser humano. Un joven concebido entre la llama del amor que sentían el doctor y la pequeña YoonJi. Era imposible creerlo, pero ahí estaba, sentado en su escritorio con el muchacho trabajando al otro lado de la puerta.

Verlo desde que se enteró de la realidad, era mágico, necesitaba gritarle al mundo que era el padre de WooSeok, pero YoonJi le suplicó que no le dijera nada.

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— ¿Qué dices? —. SeokJin clavó los ojos en YoonJi.

— Tienes razón SeokJin, WooSeok es tú hijo. —. Reafirmo la mujer con un nudo formándose en su garganta. No podía creer que lo estuviera diciendo.

SeokJin tragó saliva, estaba a punto de llorar. Miró a su alrededor, y tomó a Ji del brazo, buscando un lugar en donde pudieran estar a solas.

Ji supo que en cuanto Hoseok se enterara de que había revelado la verdad, su matrimonio y la relación con WooSeok estarían en peligro. Guío a Jin hasta su consultorio y le pidió a su ayudante que le concediera 10 minutos para conversar con el doctor.

Jin ni siquiera miró el consultorio, no noto las fotografías que tenía YoonJi de su familia. No miró la foto que había de WooSeok a los 3 años, ni la que tenía de JinHo a los 2. No le dio tiempo de ver la foto de WonHo cuando era joven y tampoco observó el montón de diplomas que tenía YoonJi, aquellos que contaban su trayectoria académica y laboral.

Atónito, se sentó en una de las sillas para pacientes y tocó su frente. Estaba pálido y sudaba frío. Comenzó a llorar, por qué la verdad sospechaba pasaba más que las ilusiones rotas.

— ¿Por qué no me lo dijiste antes? —. Jin levantó la mirada y negó. — ¡Por qué!

Ji desvió la mirada y suspiró.

— Por qué tú ya habías hecho tú vida. Te alejaste tan pronto y demasiado rápido. Decidí que Hoseok era lo único que necesitaba para continuar, que no iba a encontrar a nadie que me amará tanto como me ama él... —. Ji intentó retener las lágrimas, pero el dolor y la culpa comenzaban a ser insoportables. —... cuando me enteré que estaba embarazada, creí que incluso Hoseok se alejaría de mí, pero yo quería tener al bebé. WooSeok es la única prueba de que algún día te amé.

Al escuchar lo que YoonJi había dicho, SeokJin se puso de pie y se aproximó a ella para abrazarla con fuerza.

— YoonJi, yo nunca te deje de amar. —. Declaró el doctor, sin pensarlo; decidió que había llegado el momento de contarle a Ji, el motivo de su separación. Pero necesitaba saber el resto de la historia. — ¿Tú esposo sabe que WooSeok es mi hijo?

Ji asintió.

— Pero lo ama como si fuera suyo. Incluso Yoongi y su esposo lo saben.

Jin asintió anonadado.

— YoonJi... WooSeok merece saber la verdad.

Ji miró a SeokJin con el pánico plasmado en los ojos. Negó enérgica y tomó a SeokJin por la camisa.

— Jin... Tú has hecho tú vida, WooSeok y yo hemos hecho la nuestra. Sí tú le dices algo a mi hijo, mi y la suya vida estarán arruinadas.

— YoonJi, WooSeok es hijo mío. Por 20 años he dejado que otro se encargue de lo que yo debí hacer, pero no fue, ni será mi intención. MeiJin creció con todo lo que quiso, ha tenido y tendrá el acceso a la mejor educación y a grandes oportunidades. Sí WooSeok toma mis apellidos, todo eso será para él.

Ji negó una vez más.

— Escucha SeokJin, Hoseok y yo nos hemos esforzado demasiado por darles la vida que se merecen. Mis hijos también viven como dioses. No nos haces falta, porque Hoseok hace lo suficiente. Además ¿Crees que tu padre y tu esposa verán bien a mi hijo? No quiero que lo llamen bastardo, no quiero que profanen su nombre y no quiero que él sufra. Doctor Kim, le suplico que por el amor que nos tuvimos, no le diga nada a mi hijo.

— Nuestro hijo YoonJi. —. Interfirió el doctor.

— ¡No, SeokJin! Mi hijo.

Jin suspiró dándose por vencido y posó la vista en su compañera.

— Entonces, te pido por favor que no lo alejes de mí. Verlo es lo único que pido para ser feliz. —. Suplicó.

Ji desvió la mirada, pero asintió. Sí esa la única manera de continuar en paz, estaba dispuesta a aceptarlo.

Jin sonrió.

— YoonJi, déjame hablarte del pasado y contarte el motivo de mi boda con JiWoo.

— Doctor Kim, el pasado es pasado. Por favor, no pretenda perturbar mi presente, reviviendo a los muertos. Ahora, por favor, salga de aquí. Tengo que trabajar.

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Al recordar la conversación con YoonJi y la promesa de poder pasar tiempo con su hijo, SeokJin se puso de pie y salió de su oficina.

WooSeok había terminado sus deberes y comenzó a estudiar para su examen que presentaba la semana próxima. Su papá le había conseguido una oportunidad en su universidad y le permitirían hacer un examen de nivelación.

El chico estaba entusiasmado, sí lograba pasar el examen, conseguiría entrar al curso sin haberse retrasado jamás. Sabía que lo conseguiría, a pesar de que todo el mundo le decía que era imposible. Se conocía y lo lograría.

— ¿Estás ocupado?

WooSeok soltó un respingo al escuchar la voz de su jefe. Como un rayo, abrió el cajón de su escritorio y engullo sus libros y su lápiz. Aun no era su descanso y temía por una reprimenda.

Jin comenzó a reír, mientras WooSeok comenzaba a disculparse.

— Lo siento mucho, señor. Yo he terminado todo lo que me pidió y... acabó de sacar eso, solamente quería revisar algunas cosas... yo. Perdón.

Jin negó con la cabeza, sin dejar de reír y se acercó a él.

— ¿Qué era eso?

WooSeok sabía que ya era demasiado tarde para continuar fingiendo.

— Estaba estudiando señor. —. El chico se apresuró a contarle los planes que tenía y la nueva oportunidad que le consiguió su padre.

Jin lo escuchó con atención, sin poder borrar la sonrisa del rostro. Su hijo era un hombre.

— Comprendo. Pues... quiero que sepas que puedes estudiar cuanto quieras. Yo no tengo ningún problema. —. Dijo y se acercó al chico.

WooSeok sonrió agradecido y le dedicó una reverencia larga.

SeokJin lo miró.

— Y me parece que cuando ingreses a la universidad, necesitarás un auto y mucha ropa ¿Qué te parece ir de compras?

WooSeok miró a Jin, atónito.

— Señor Kim...

— No te preocupes hijo. Digamos que me gusta ver a los chicos superarse. Además, últimamente, el dinero me sobra. Vamos.