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Abro mis ojos con pesadez, una vez más están hinchados.

Maldita sea, una vez más lloraste por él.

Es increíble que me haya derrumbado, Dylan me vio débil, no creo que sea bueno, ¿Por qué no puedo ser fuerte?, lo peor de todo es que no sé si confié mi dolor en la persona correcta.

— ¡Chicos despierten! —grita mi papá a todo pulmón — ¡Necesito que se arreglen vamos a salir! —ordena con cierta emoción en su voz. Como la hija obediente que soy, me levanto y me doy un baño, busco en el closet algo para ponerme, saco una falda beige y una blusa blanca, para complementar tome una chaqueta rosa y por último me pongo unos botines cafés, cepillo mi cabello y acompaño mi outfit con unos accesorios.

— Chicos ¿Ya están listos? —cuestiona mi papá después de una hora y media.

— Ya —afirmamos los tres al unísono.

—¿Saben a dónde nos van a llevar?

— Ni idea —niega Nina con una expresión divertida.

— Algo me dice que es la reunión de la que han estado hablando —manifiesta Adam levantando la ceja en gesto de duda.

—¿Reunión?

— Si, al parecer se iban a reunir con unos viejos amigos, llevan días planeándolo, pero hasta hace poco se presentó la oportunidad de reunirse — comenta Adam, subimos al auto y nos dirigimos a la casa de los amigos de mamá y papá, mamá se ve muy ansiosa al igual que mi papá, pero nadie dice nada.

— Emma despierta —me llama mi hermana — Llegamos —añade con voz suave y agradable, al parecer me quedé dormida, para ser sincera ya no se me hace extraño, esto es muy normal en mí.

— Ya estoy despierta —digo cubriendo mis ojos para que estos se puedan abrir mejor.

— Pequeña dormilona ya baja —ordena Adam con dulzura, bajamos y al parecer si está un poco lejos el lugar.

Nos encontramos frente a una casa bastante hermosa, por lo que veo los dueños tienen un hermoso jardín, la casa es grande, algo rustica, pero muy hogareña, mis papás tocan el timbre y no tardan mucho en abrir.

— Qué bueno que ya llegaron, ¿Cuánto tiempo ha pasado? —celebra la desconocida al vernos, es un poco alta como de un metro sesenta, su cabello tiene una tonalidad de rojizo y castaño, sus ojos son color miel, es bastante bonita.

— Bastante Jackie —responde mi mamá con una sonrisa.

—¿Ellos son tus hijos? —cuestiona bastante feliz — Mira nada más, están enormes, tú debes ser Adam —apunta a mi hermano — Y tú Nina —señala a mi hermana y ella asiente — Y tú la pequeña Emma —expresa más emocionada.

— Si, eso parece.

—Vamos pasen, muero por presentarles a mi hijo, tiene poco que nos mudamos y al parecer ya ha hecho bastantes amigos —suelta muy emocionada, mucha amabilidad es rara y sorprendente, es obvio que si nos conoce, nos invita a tomar asiento.

—¿Dónde está Marco? —cuestiona mi papá en busca de su amigo.

— Cierto, esta atrás preparando la carne asada —informa la señora Jackie señalando el lugar.

— Bueno, voy a ver si puedo ayudarle.

— Amor, necesito que bajes —llama a su hijo, creo que si era hijo.

— ¿Me necesitas mamá? —por la voz confirmo que es un chico, no logro verlo, parece que está atrás de mí, aunque su voz suena conocida.

— Perfecto —sonríe entusiasmada — Te presento a Roxi, es una gran amiga.

NUNCA ME DIGAS TE AMODonde viven las historias. Descúbrelo ahora