—¿Lista?
—Espera, acaso...
—¿Lo olvidaste?
—No, es solo que... —estoy demasiado apenada, sobre todo con él.
—Si lo olvidaste —responde triste.
—Lo siento —susurro,
—Descuida, entonces —silencio —¿Será en otro momento?
—No, veámonos donde siempre y hagamos algo —me apresuro a decir.
—Bien, no tardes —cuelga, me aseguro de llevar dinero, quiero compensarlo, ¡carajo!, ¿lo notará?, me pregunto al recordar el detalle un tanto notable, camino lo más rápido posible, estoy segura de que me perdonará, es difícil que él se moleste conmigo, aunque es seguro que debería estar más que molesto, logro ver a mi mejor amigo y me acerco con cautela, cubro sus ojos...
—Emma, sé que eres tú —dice divertido, pero no respondo —O será que eres... —espera, ¿en quién piensa? —No, imposible —se dice a si mismo —¿Eres Nat?
—¿Qué? ¿Cómo puedes confundirme así? —pregunto tratando de sonar lo más molesta posible.
—Hey, sabía que eras tú, pero no... —me observa con un semblante extraño —¿Qué te paso? —suelta enfadado, sabía que requería ayuda de Nina para que no lo notara.
—Fue un accidente —respondo apenada.
—Disculpa, eso no es un "accidente"
—Si, fue mi culpa, me metí en una pelea...
—Emma, tú no peleas, deja de proteger a quien te hizo eso —me encojo de hombros, él está molesto, se siente bonito que me proteja, pero siento que no es para tanto.
—Ya te dije, yo me lo busque, trate de....
—Ni se te ocurra cubrir a quien te hirió así
—No, es sólo que Eithan y Dylan estaban a punto de pelear, mejor dicho, pelearon, yo me interpuse cuando Eithan iba a golpear a Dy...
—¿Acaso no aprendiste que no debes entrometerte en una pelea de hombres? —cuestiona "más calmado", lo entiendo, se preocupa por mí, me siento muy regañada, es la primera vez que parece estar enfadado, mis ojos comienzan a cristalizarse, mi mejor amigo me ve con cierto pesar.
—No soy una niña —replico molesta.
—Lo sé, es sólo que...
—No te gusta verme así —él asiente, yo opto por abrazarlo —Lo siento Diego, es sólo que no lo pensé.
—Dime al menos que no le hablas a esos tontos.
—Bueno, ¿tú qué harías si te hacen sentir como un objeto?
—Los mando a la chin...
—Diego
—Lo siento, sé que estás enojada con ellos, pero te conozco, es cuestión de tiempo para que ablanden tu corazón y los perdones.
—Oye —replico fingiendo estar enojada.
—No te enojes, sabes que es cierto.
—Bien, ¿qué haremos? —inquiero para evitar seguir con esta conversación.
—No lo sé —se encoge de hombros.
—Quiero dulces —pido como una niña pequeña.
—¿Hablas enserio?
—Sip.
—Te adoro Em —dice apretando mi cachete sano, yo sólo rio y nos dirigimos a la dulcería —Sigo sin entender por qué amas las paletas de chocolate rellenas de chile.
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NUNCA ME DIGAS TE AMO
RomansaHablar de amor puede sonar algo muy complejo, tomar decisiones entre a quién debemos amar, puede ser igual de complejo e incluso un paso que si se da en falso, puede llevarnos por un camino incierto, pero si eres realista, todo camino es incierto. ...