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Al llegar a la escuela logro ver a Meli esperando en la entrada bastante entretenida en su celular.

— Hola Meli ─me apresuro a saludarla.

— Hola Emma.

—¿Vamos a dejar mis cosas?

— Si ─nos dirigimos al salón, hace un frío fatal, sin querer choco con Eithan, ─ Maldita sea ─pienso, esto es tan difícil, no puedo evitar sentirme mal.

¿Desde cuándo nos volvimos unos completos desconocidos? ¿Cómo es que todo cambio tan rápido?

— ¡Ay mujer!, se nota que aún te duele ─suelta Meli haciendo una mueca.

— Si, pero tengo que ser fuerte ¿no?

— Tienes razón ─responde dedicándome una sonrisa ─ ¿Vienes conmigo?

— No, aquí me quedo ─respondo enfocando mi mirada en mis cosas.

Es verdad aún me duele, se supone que soy fuerte, pero la realidad es que finjo serlo. El saber que está a una distancia de mí hace que me sienta mal, recordar que no lo volveré a tener a mi lado y que no soy yo la razón de su felicidad me rompe el corazón, pero recordar que fui un juego para él, hace que me autodestruya.

Desde el día que empecé a sacar las fuerzas necesarias para ahuyentar el dolor, algo en mi murió, no sé qué es, pero lo siento así, es como si estuviera muerta en vida, trato de sonreír, pero simplemente me irrito con cualquier cosa y no tolero nada, pensar en cursilerías hacen que sienta asco, leer los poemas que hablaban de lo bonito que es estar enamorado me desquicia, acaso ¿es normal esto?

Cada día encuentro menos sentido a venir a la escuela, cada día se ha vuelto tan rutinario y repetitivo, una parte de mi sabe la respuesta a eso y es que Eithan volvía mis días diferentes, no sólo era el hecho de estar a su lado todos los días, sino que él hacía cada día especial, el hecho de que habláramos a través de papelitos, jugáramos gato, nos tomáramos de la mano mientras escuchábamos la clase, nos abrazáramos y todo lo que solíamos hacer cuando pasábamos tiempo juntos, de una u otra forma lograba hacerme feliz.

— Hola Emma ─saluda Lydia sacándome de mis pensamientos.

— Hola Lydia ─respondo dándole un beso en la mejilla, en seguida llega la maestra y comienza a dar su clase, la clase es un poco aburrida, lo bueno que me hace tener el mal hábito de distraerme leyendo, por suerte la maestra no se da cuenta, sinceramente aún no tengo deseos de estar en clase y ver a todos, sólo quiero que esto termine y no tarda mucho en llegar la otra maestra.

— Chicos, necesito que se junten en equipos ─ordena; Ali, Lydia, Meli y yo nos integramos,

Que lindo, un fabuloso equipo


Flashback

Llega la segunda clase y debemos trabajar en equipo, enseguida nos indican quienes serán los integrantes de nuestro nuevo equipo, mi equipo está conformado por Eithan, Amber y Oliver: son muy divertidos, aunque Oliver es muy callado, pero se interesa por el trabajo.

Eithan tiene uno ojos hermosos, una sonrisa tierna y... ¡Rayos!, debo dejar de describirlo, sólo diré que es muy lindo.

Listo, a partir de ahora estarán todo el semestre con el equipo que les asignamos indica la profesora bastante contenta.

Fin del Flashback


— Emma, presta atención ─me ordena Lydia, al parecer estaba perdida en mis recuerdos.

NUNCA ME DIGAS TE AMODonde viven las historias. Descúbrelo ahora