—¿Estás bien?
—Si —miento.
—¿Después de ver que él se fue con ella? —me pregunta Lydia.
—Amiga, estoy bien —río un poco.
—¿Eres consciente de lo mucho que te conozco? —inquiere poco convencida de mi respuesta.
—Ly, estoy bien, no tengo por qué enojarme, él y yo no somos nada.
—Pero si sientes algo por él —se lleva las manos a la boca con sorpresa —A no ser que no te importe porque a quien amas es a Dylan.
—¿Yo qué? —su voz hace que me sobresalte, Lydia y yo damos por terminado el tema.
—Que cantas bien —dice ella sonriente y se acerca a su novio.
—Nos vemos mañana Emma —dice, yo asiento y nos despedimos, la abrazo con fuerza me espero hasta verla marcharse.
—Supongo que hoy no tienes clases —comento al verlo aún aquí.
—Así es, pero si tengo mucha tarea —dice haciendo un puchero.
—Lamento tu situación —le dedico una sonrisa.
—¿Qué tienes?
—Sueño —río un poco —Sueño y tarea.
—Pero la terminas pronto, ¿o no?
—Si, aunque también debo idear algunas cosas y así, también debo pensar en qué carrera estudiaré porque mi tarea de orientación lo amerita.
—¿Lo haces solo por la tarea?
—No, también por mí, pero son tantos campos que no sé por dónde comenzar —me encojo de hombros apenada.
—¿Puedo llevarte a tu casa?
—Si es tu voluntad, si —digo divertida.
—Señorita, permítame escoltarla —hace una pequeña reverencia y toma mi mochila, cosa que hace que me sonroje.
—No es necesario hacer esto —le digo reteniendo mi mochila.
—Lo hago con mucho gusto —termino cediendo, aunque tener público hace que mi pena se incremente, vamos al estacionamiento en busca de su auto, una vez que sube las cosas a la parte trasera nos encaminamos a mi casa.
—Si no es molestia, ¿podríamos pasar a la papelería?
—Claro —sonríe —¿Qué te pidieron?
—¿Hacer o de material? —cuestiono divertida ante la mala formulación de su pregunta.
—Cualquiera de las dos.
—Debo hacer una maqueta —respondo, aunque él golpea su cabeza —¿Qué pasa?
—Olvide que debo hacer una escultura.
—¿Para qué materia es?
—Arte —hago una mueca, esa materia no sería mi fuerte, pasamos a la papelería que para él es muy surtida, cosa que confirmo en cuanto entramos.
Dylan pide sus materiales, yo veo lo que hay y tardo un poco en escoger, lo único de lo que tengo certeza es en las pinturas.
—¿En qué piensas? —me dice recargándose en mí y rodeándome con sus brazos.
—Estoy debatiendo qué material usaré para hacer la mitad del planeta —digo divertida, su aire golpea mi piel haciendo que me ponga nerviosa de tanta cercanía, sus ojos me dejan atrapada, veo a aquel niño que amé demasiado, el niño que me regaló muchos momentos bellos, paso saliva en seco, se acerca lentamente, no me muevo, mi cuerpo no parece tener intención alguna de separarse.
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NUNCA ME DIGAS TE AMO
RomanceHablar de amor puede sonar algo muy complejo, tomar decisiones entre a quién debemos amar, puede ser igual de complejo e incluso un paso que si se da en falso, puede llevarnos por un camino incierto, pero si eres realista, todo camino es incierto. ...