___☆_44_☆___

16 4 0
                                    

—Hace mucho que quería hacer esto —dice separándose un poco de mí, no consigo decir nada, intento darle la cara, pero sigo sorprendida e incapaz de articular una palabra.

Me apoyo en su pecho, por alguna razón me siento torpe e insegura de enfrentarlo, no creí que esto era lo que quería hacer, me perdí en mis pensamientos, pero ahora estoy un poco avergonzada y más confundida. Lo abrazo, no quiero verlo, él trata de hacerme verlo, pero me aferro a él, parece rendirse y me acerca más a él poniendo su rostro cerca de mi cuello, su respiración roza mi piel obligándome a separarme de él.

—Deberíamos ponernos a hacer nuestra tarea —digo un poco nerviosa, decido sentarme y tomar agua, él no dice nada y no me hace platica alguna. Tomo mi cuaderno para poder hacer un boceto y pasar bien los países a la pelotita de unicel, aunque es casi imposible, mis manos me tiemblan y su presencia hace que de verdad me sienta torpe e insegura.

—¿Por qué me miras tanto? —pregunto cubriendo mis mejillas al sentir su mirada en mí.

—¿Debería haber una razón para mirarte? —inquiere elevando una de sus cejas.

—No lo sé, tú dime.

—Me traes mucha paz.

—¿Estabas estresado? —pregunto y sin querer suelto una carcajada.

—No, pero estoy pensando en muchas cosas.

—Concéntrate en tu trabajo —ordeno negando con la cabeza al ver el poco avance en su prototipo.

—Saldrá muy bien —dice orgulloso —Emma.

—¿Si Dylan?

—Tienes algo —ahora si me ver bien a la cara.

—¿Algo de qué?

—Aquí —se acerca y pasa su dedo por mi mejilla, aunque se aleja huyendo —Es mi venganza Spanky —no sé en qué momento embarró pintura en su dedo, pero me levanto amenazándolo con la pintura verde.

—Bueno, prepárate para mi venganza —amenazo intentando acercarme a él.

—Ey, no, eso no era parte del trato —responde con falsa sorpresa.

—No Dyl, aquí no se aplica eso —le dedico una sonrisa maliciosa y amenazo acercarme con un pincel.

—Pequeña, me van a regañar si manchas está cara.

—Ash, eso se escuchó muy patético para tratarse de ti —le lanzo un poco de pintura, aunque termino ensuciando el piso, es una suerte que aquí no haya una alfombra —El baño está muy cerca —digo al ver que cierra su ojo.

—No tengo problema —dice y ahora toma otro botecillo de pintura.

—No es justo —digo al interpretar sus intenciones.

—Emma, me rindo.

—Por favor, no caeré en eso y lo sabes —digo alejándome más, mi escape es subir o meterme al baño, pero a este hombre le encanta echar a perder mis planes, me sujeta de la mano y mancha mi rostro, yo hago lo mismo.

—Tendremos que comprar más pintura —dice incapaz de poder ver.

—Y las pagarás de nuevo —advierto.

—Creí que querrías pagarlas.

—Para nada, tú eres responsable de que se desperdiciaran.

—¿De verdad?

—Si —decido entrar al baño y lavar mi rostro, aún tengo un poco de color rojo en mis mejillas, llevo mis dedos a mis labios, fue un beso, no sentí repulsión, lo recibí desconcertada y todo mi ser está desorientado.

NUNCA ME DIGAS TE AMODonde viven las historias. Descúbrelo ahora