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Hay amores que son tan misteriosos,
y que su calidez sobrepasa todo,
ese amor espera y siempre está,
la familia, nuestro centro y fruto del amor...


Llegar a casa y sentir el aroma de los árboles y las flores me trae buenos recuerdos, puedo ver que parte del jardín se encuentra bien arreglado por mi Ita.

—¡Llegaron al fin! —nos recibe mi prima bastante feliz.

—Hace mucho que no nos vemos —digo dejándome rodear por sus brazos.

—Ya sé, pero ahora estamos aquí y todos quieren verte ya —dice dándome un pequeño empujón.

—¡YA LLEGUÉ!—grito a todo pulmón, no sé dónde están, pero aparecerán.

—Mi mariquita —me saluda mi Ito, me acerco y lo saludo dándole un gran abrazo y recibiendo un beso en mi cachete.

—Hola, ya vine —le digo con una gran sonrisa.

—Muy bien, te estábamos esperando.

—¿Y mi Ita?

—Salió con tú tía para comprar unas cosas, en un rato regresa, puedes subir a dejar tus cosas, será un gran día —me dedica una sonrisa y va a recibir a los demás.

Obedezco y subo a mi habitación, es hermoso venir a visitarlos, las habitaciones nunca faltan, arriba están habitaciones para la familia y ellos tienen su habitación en lo que sería la planta baja, eso debido a los riesgos que corren al subir escalones.


Lydia

¿Ya llegaste?

Emma

Si mamá, sana y salva.

Lydia

Muy bien, saludos a tu familia, me hubiera gustado ir

Emma

Lo sé, a mí también me hubiera gustado tenerte a mi lado, pero será para otro momento.

Lydia

Está bien Emma, disfruta de tu día, te quiero.

Emma

Yo más, mucho, mucho más...


—Se que tenemos nuestras habitaciones, pero uuuurge una pijamada —suelta Sofía.

—Y se hará, como dices, hace falta —responde Nina, ambas entran a lo que es mi habitación.

—¿Escuchaste todo? —inquiere Sofi.

—Claro, la pregunta del millón es ¿dónde será la pijamada?

—Obviamente en el cuarto de la festejada, esa es la costumbre —me recuerda Nina.

—Bien, traigan sus cosas —respondo divertida y negando con ternura.

—¿Ya les conté?

—Geme, tú nos dejas siempre con la incertidumbre no eres capaz de mandarnos un mensaje o llamarnos siquiera —se queja Nina con pesar.

—Lo que quiere decir es que no nos has contado casi nada —explico al verla desconcertada.

—Es que...

—No te tenido tiempo —la imita Nina —. Lo sabemos.

—Ash —se queja poniendo los ojos en blanco.

NUNCA ME DIGAS TE AMODonde viven las historias. Descúbrelo ahora