Capítulo 2 (II)

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Cuando digo que Dante es mi hijo, se forma silencio inmediato y todos me miran

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Cuando digo que Dante es mi hijo, se forma silencio inmediato y todos me miran. Maverick tiene los ojos algo abiertos, algo más sorprendido que el resto.

-¿Cómo que tienes un hijo? -pregunta Kay sorprendida, rompiendo el silencio.

-Él es la razón por la que mi divorcio ha durado más. La custodia de Dante es mía. -digo, echando mi espalda atrás.

-Pero... -murmura Maverick, mirándome sin saber qué decir.

Saco mi móvil del bolso y les enseño la foto de mi fondo de pantalla. Todos se apoyan en la mesa para ver a mi pequeño de pelo rizado y ojos azules.

-Tiene tus ojos. -murmura Ian mirando la foto. Yo me río.

-No lo creo. -digo divertida. Ellos me miran.

-¿Cómo que no? -preguntan a la vez.

-Adopté a Dante hace tres años, cuando él tenía dos.

Sus bocas se abren ligeramente y un "Aaahh" sale de sus bocas, haciéndome reír.

-¿Pensabais que iba a acostarme con ese hombre? -pregunto, mirando a Maverick.

-Pues yo pensé que a lo mejor era de Maverick. -me dice Kayla. La miro con los ojos muy abiertos, y algo avergonzada.

-Dios, Kay. -murmuro avergonzada, haciendo reír a los chicos.

-¿Y dónde has dejado a esa preciosidad? -pregunta ella.

-Con Matteo. Volvió de Afganistán y como ya no volverá al ejército, se queda a Dante unos días. Luego ellos vendrán aquí y volveremos a Verona cuando la Navidad haya terminado. -miro a Maverick de reojo. -Supongo.

-¿Supones? -pregunta Maverick.

-No pinto nada en Italia. Mi hermano va a venir a vivir a Palo Alto con su novia, Mia y Gio quieren irse de Italia y yo dije que si me divorciaba, volvería para quedarme.

-¡Si! -exclama Kay, haciendo un extraño baile. Yo me río un poco.

∼•∼•∼

El día siguiente, despierto por el sonido de mi teléfono. Lo cojo a ciegas, descuelgo y me lo pongo en la oreja.

-¿Aja?

-Zia. -dice la voz de Maverick. Abro los ojos de golpe y me siento en la cama.

-Maverick, dime.

-Me preguntaba si querrías venir a mi casa un rato, ya sabes, para ver a Bee. -me dice rápido. Yo sonrío.

-Claro. -miro la hora. Coño que tarde. -En quince minutos estoy allí.

-Perfecto. En el mismo departamento que siempre. Nos vemos ahora.

Cuelgo la llamada y me tumbo en la cama. Suspiro con una sonrisa en la cara y me levanto rápidamente. Dios mío, espero que no sólo sea para ver a Bee.

Diecinueve días antes (I & II) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora