Durante el jueves, me dedico a hacer nada. Por la mañana duermo como una marmota y no me despierto hasta las cuatro de la tarde. Como algo ligero, me baño en la piscina y me ducho. Para cuando me quiero dar cuenta, ya son las diez de la noche. Hemos quedado con los chicos y Kayla para ir a la fiesta que hacen cerca de aquí, en el paseo de mar de aquí al lado.
Me visto con una falda de polipiel granate corta, un bralette negro y unos tacones del mismo color. Me maquillo poquito, sólo me delineo los ojos y pinto mis labios de un rojo vino permanente y mate.
Mamá y papá me matarían si me vieran así.
Guardo algo de dinero en la funda de mi móvil y lo meto en el bolsillo de mi falda. La llave de casa la guardo en mis pechos y lista. Como algo rápido antes de salir de casa. Mientras camino hacia el paseo de mar, recibo un mensaje de Kayla.
"Te esperamos en la estatua del principio del paseo."
Desde dónde estoy ya veo la estatua. Camino a paso tranquilo hacia allí, cruzándome con alguna gente que parece ir borracha. Me hace gracia esto. Yo siempre que bebo, no llego a ese punto de no conocer tierra. A lo lejos veo a los chicos y Kayla sentándose a los pies de la estatua.
-Buenas noches. -saludo, haciendo que se percaten de mi presencia cuando llego.
-Si tu madre te viera así, te mataba. -dice Kayla, levantándose riendo. Yo me río también y ella me abraza. -Pero vas preciosa.
-Tú también. -le digo sonriendo. Ella va con un vestido ajustado del mismo color que mi falda y unos tacones beige.
-¿Vamos? -pregunta contenta. Yo asiento con la cabeza.
Empezamos a caminar, mientras aprovecho para saludar a los chicos con un beso en la mejilla. Maverick me sorprende pasando su brazo por encima de mis hombros.
-Estás preciosa. -me susurra. Yo sonrío un poco, notando como el calor llega a mi cara.
-Gracias. -murmuro.
Seguimos caminando entre la gente hasta llegar a una barra con altavoces a su alrededor y tres barmans sirviendo vasos a la gente.
-¿Has probado el alcohol nunca? -me pregunta Kayla por encima de la música.
-He estado limitada toda la vida, pero no tanto. -digo riendo. Ella rueda los ojos divertida.
Nos acercamos a la barra los seis y cada uno pedimos los que queremos. Cuando me dan mi whisky con refresco de limón, le doy un trago generoso. Como echaba de menos esto.
-¿Sabes que no puedes beber siendo menor de 21? -pregunta Maverick en mi oído.
-Ellos no lo saben. -le susurro en su oído, haciéndolo reír. -Además, en Italia puedo beber con 18 años, así que yo me haré la despistada.
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Diecinueve días antes (I & II) ©
Romantizm"Quiero casarme. Pero no ahora y con él." Cuando eres obligada a casarte, haces lo posible por despejarte los días antes de la boda. Zia De Luca, en un intento de pasar unas vacaciones tranquilas y solitarias para despejar la mente antes de casarse...