El siguiente día por la mañana, Matteo se lleva a Dante con su novia y yo me quedo en casa sola. Yo me visto con sólo una sudadera de Matteo, unos calcetines largos hasta encima de la rodilla y mis zapatillas de andar por casa. Me hago una coleta alta y me lío a limpiar un poco la casa.
El timbre de mi casa suena y sin mirar quien es abro, mientras barro la entrada. Abro la puerta de fuera para echar todo fuera cuando veo a Maverick caminar hacia la casa con una caja gigante en sus brazos.
-No me mires con esa cara, te dije que hoy tendrías tu otro regalo. -me dice con una pequeña sonrisa.
Dejo la escoba dentro, apoyada en el mueble de la entrada. Maverick deja la caja en el suelo del portal y yo me arrodillo enfrente.
-¿Qué es? -pregunto sonriendo, mientras examino la caja.
-Ábrela.
Abro la caja poco a poco y asomo la cabeza. Mis ojos se abren de par en par al ver un cachorro Shiba Inu dormido en una camita negra.
-No puede ser. -susurro. El perrito levanta la cabeza de golpe, despertándose y se apoya en el borde de la caja. -Hola, chiquitín.
El perro lame mi cara contento y su cola golpea el interior de la caja, haciéndome reír. Lo cojo en brazos y lo achucho como con Bee.
-Es tuyo con una condición. -dice Maverick. Yo lo miro interrogante. -Custodia compartida como con Bee.
-Hecho. -sonrío. Miro al cachorro y beso su cabeza. -Te vas a llamar Marley.
-¿Marley? -pregunta divertido.
-Marley. -afirmo con una sonrisa. Me levanto del suelo con Marley en brazos y miro a Maverick. -Pasa si quieres.
-Claro.
Él coge la caja y me sigue. Cierro la puerta y dejo al perro en el suelo, que lo huele todo mientras nos sigue hacia el salón. Maverick deja la caja al lado del sofá.
-Tienes un saco de comida, una cama, dos cuencos y la cartilla del veterinario. -me dice Maverick, mientras saca la cama de la caja. Marley va rápidamente hacia la cama y se tumba en ella.
-Igual de vago que Dante. -murmuro divertida, haciendo reír a Maverick.
Nos sentamos ambos en el sofá y él se quita la chaqueta dejándola en el respaldo del sofá.
-Te pasaste con el regalo de Navidad, Zia. -me dice.
-Ti pisisti cin il rigili di nividid.
Él se ríe y yo sonrío un poco.
-Tú me has regalado a Marley. -me defiendo. Él rueda los ojos.
-¿Y los viajes a mis padres, a la abuela y los m...? -le tapo la boca antes de que continúe y él me mira divertido.
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Diecinueve días antes (I & II) ©
Romansa"Quiero casarme. Pero no ahora y con él." Cuando eres obligada a casarte, haces lo posible por despejarte los días antes de la boda. Zia De Luca, en un intento de pasar unas vacaciones tranquilas y solitarias para despejar la mente antes de casarse...